Entrevista

Juan Martín Graña, economista y candidato: “Un nuevo golpe a la economía de las familias va a ser demoledor”

Juan Martín Graña, licenciador y doctor en economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA), busca presentar una alternativa progresista a la polarización que buscan La Libertad Avanza y Fuerza Patria. Investigador del Consejo de Investigaciones Científicas (Conicet) en la Universidad de San Martín, profesor de la UBA, especialista en cuestiones laborales, está 11° en la lista a diputados por la ciudad de Buenos Aires del nuevo Movimiento Ciudadano, que encabeza Alejandro Katz y que promueve a Esteban Paulón como senador. Se presenta como de “izquierda democrática” e integra el llamado Grupo Paternal con otros economistas como Martín Kalos, Diana García, Pedro Gaite, Adrián Rojze, Nicolás Bertholet y Ricardo Martín.

–¿En qué se diferencian ustedes de de los libertarios y de Fuerza Patria?

–Nos reivindicamos como una fuerza de izquierda democrática y en ese sentido, evidentemente para el público en general seríamos progresistas y, por ende, estamos bastante en contra de los planteos económicos de (Javier) Milei. Esta idea de reducir al mínimo el Estado, donde el mercado tiene que tener todo. Pero también nos diferenciamos de la otra oferta progresista que sería Fuerza Patria porque pensamos que en la gestión económica tiene que haber ciertas variables razonables. Frente a Milei, decimos que el dólar no puede estar donde vos quieras, No podés hacer una estrategia de apreciación del peso porque efectivamente te lleva a estas corridas cambiarias. Pero, por el otro lado, en una economía donde hemos perdido la moneda por sucesivas devaluaciones, inflación, no podemos tener un Estado que no sea solvente. Entonces no hay que decir que hay que buscar un superávit fiscal, como dice Milei, pero sí tener en cuenta las restricciones de gasto que tiene el Estado para hacer todo lo que creemos que tiene que hacer, que se parece mucho más a un Estado presente que a lo que está construyendo Milei. En esta discusión actual del Congreso, Paulón, que es diputado actualmente, ha votado a favor de la ley en emergencia de discapacidad, en las universidades, en el Garrahan. Creemos en que haya obra pública. Pero evidentemente hay que buscarle la vuelta para que eso no implique que el Estado no sea solvente.

–Paulón votó también en contra de la ley Bases...

–Sí, y obviamente está dispuesto a votar en contra del decreto 70/23, que fue rechazado en el Senado, pero en Diputados no se votó. También votó contra la rebaja de Bienes Personales. Es parte de cómo hace el Estado para financiar lo que tiene que financiar. Nosotros planteamos que es necesario una reforma tributaria que vuelva a poner la carga en los que más posibilidades. Hay que recuperar el impuesto a los bienes personales, que necesita reforma porque está mal diseñado, pero tiene que ser un pilar central. En estos días, Katz hizo un hilo de X discutiendo los regímenes especiales de Tierra del Fuego, de la industria automotriz, de la farmacéutica, de la economía del conocimiento, donde hay un gasto (desgravación) tributario gigante para los resultados económicos que se obtienen. Hay 3,5% del PBI en gasto tributario. Serían impuestos que el Estado deja de recaudar. Es mucho más que el superávit que dice Milei que tiene y que el gasto que de todas estas iniciativas legislativas que el Gobierno veta. Hay que subir impuestos a los más ricos y perseguir la evasión. El Gobierno no está fiscalizando, no está buscando los evasores, los alaba y mismo hemos tenido discursos de la UIA (Unión Industrial Argentina) diciendo que la Aduana es un colador. Ahí hay fuentes de financiamiento muy grandes que el Estado tiene que cumplir y que Milei abiertamente no cumple.

–¿Pero qué pasaría con los trabajadores de la industria de Tierra del Fuego? Sin esa industria, todo sería importado 100% y habría más déficit comercial...

–En el caso particular de Tierra del Fuego hay dos cuestiones. Obviamente hay que buscar una transformación del régimen como para no afectar a los trabajadores, que han ido a vivir a la provincia amparados en ese esquema. Hay que mantener cierta inversión del régimen para transformar la estructura productiva de esa provincia. Pero pensemos en el caso de las divisas: gran parte del régimen es para la compra de kits desarmados afuera y los arman en la provincia. Tampoco es que habría un gasto en divisas muy superior si el régimen se transforma. La pregunta es qué hace Tierra del Fuego. Hay que discutirlo en el Congreso. También hay que discutir los beneficios que se están llevando Mercado Libre, Globant y otras empresas grandes del régimen de economía del conocimiento, cuando efectivamente ya no los necesitan.

–Una diputada de La Cámpora, Luciana Potenza, presentó un proyecto en ese sentido...

–Efectivamente. Y si lo pensamos también con Tierra del Fuego, tenés dos empresas que se apropian de esos beneficios, una vinculada al ministro de Economía (N. de la R.: Luis Caputo, en referencia a su primo Nicolás Caputo, socio de Mirgor). La política económica tiene que apoyar a empresas y sectores para desarrollarse en una lógica público-privada, no de enemigos, sino de cooperación, pero tiene que haber condicionalidad y temporalidad. Yo te doy beneficios para que cumplas ciertos objetivos. No los cumplís, los perdés. Los cumplís, también los perdés, porque si no, se generan rentas y jugadores que se mantienen en situaciones privilegiadas sin aportar al desarrollo económico.

–El sindicato de informáticos presentó una denuncia ante el Ministerio de Economía diciendo que había 21 empresas que incumplían el requisito de mantener el personal para recibir la desgravación...

–Efectivamente. No sé si recordás que el año pasado Caputo y (Federico) Sturzenegger (ministro de Desregulación) festejaban la desaparición de fondos fiduciarios. Uno de los más conocidos es el de integración sociourbana, de construcción en los asentamientos. Otros eran de dirección de estos emprendimientos (N. de la R.: había uno para la reconversión de la industria fueguina). El problema actual de la Argentina no requiere de grandes reformas ni de grandes consensos. Necesitamos una política económica sostenible consistente. Este Gobierno ya lleva tres crisis cambiarias porque insiste e insiste en apreciar la moneda y no lo puede sostener. Tuvimos un blanqueo, un salvataje del Fondo (Monetario Internacional, FMI) y ahora el del Tesoro de Estados Unidos: está mostrando que esta política económica no cierra. Lo que necesita la Argentina es crecer de manera sostenible y continuar un proceso de estabilización sostenible. No apostar a una elección y si sale mal, que reviente todo, que es la lógica de las últimas presidencias.

–¿Rescata algún ministro de Economía de lo que fueron los 17 años que gobernó el peronismo en este siglo?

–Con el estado actual de la economía argentina no habría que destacar a ningún economista que haya ocupado el ministerio. Los últimos 50 años han sido muy lamentables. Pero la lógica más correcta fueron los primeros años del kirchnerismo, cuando se reconstruyó un Estado. Hay un gran déficit del progresismo, sobre todo en cabeza del kirchnerismo: reconstruir las capacidades de un Estado para llevar a cabo la política pública. No se ha reformado la ley de empleo público, no se han generado mecanismos meritocráticos de ingreso y permanencia. Las condiciones salariales en el Estado siempre han sido malas, con mucha precariedad. Cuando viene (Mauricio) Macri, y luego Milei, empiezan a echar y desbaratan el Estado. El kirchnerismo en algún momento perdió la brújula y tanto como Cristina (Fernández de Kirchner), como Macri, después Alberto (Fernández) y ahora Milei, todos buscaron una baja de la inflación abaratando tarifas y el dólar, que son dos cosas insustentables. Tenemos que plantear una política progresista, de transformación estructural, de crecimiento y desarrollo, pero conservando un equilibrio macroeconómico razonable, que es lo que tienen nuestros vecinos, el Frente Amplio en Uruguay, Lula (Da Silva) en Brasil, la Concertación y ahora (Gabriel) Boric en Chile. El kirchnerismo ha pifiado en buscar soluciones de corto plazo a un problema del desarrollo que es necesariamente a largo plazo. Hay que generar una macro que te permita un proceso de crecimiento a largo plazo porque si no, no hay cambio estructural, inversiones, aumento de la productividad que te permita mejorar las condiciones de vida de la población sin entrar en crisis constantemente.

–¿Cómo ve la situación económica a partir del próximo lunes?

–La magnitud de recursos y promesas que ha hecho Estados Unidos respecto al Gobierno y que la crisis continúa muestran que lo que está en debate es el valor del dólar en la Argentina, que se pueda generar crecimiento económico en los próximos dos años. Lamentablemente, después de dos años de jugar a atrasar el dólar, va a haber una corrección cambiaria. Veremos de qué tamaño en función del apoyo de Estados Unidos y el resultado político. Lo que más me preocupa es que va a ser otra devaluación como la de diciembre de 2023, sin compensaciones, y entonces nos vamos a meter en una crisis social aún peor... si no hacen aumentos de jubilaciones, salarios. Las jubilaciones están al mismo nivel que a fin del gobierno de Alberto Fernández. El bono está congelado desde el año pasado. Los salarios de empleados públicos nacionales están 35% abajo. No están en condiciones de sobrevivir una nueva devaluación. No va a ser como la de 2023. No va a haber una aceleración inflacionaria tan fuerte, pero la situación social ya hoy muestra una fatiga, el no llegar a fin de mes está afectando políticamente al gobierno y un nuevo golpe a la economía de las familias va a ser demoledor.

–¿Se evaporará entonces la reducción de la pobreza del 40% en el primer semestre de 2023 al 31% en el mismo periodo de 2025, una estadística que a su vez es cuestionada porque no tiene en cuenta el impacto de la suba de tarifas y alquileres?

–Exacto. Igual el dato de las estadísticas siempre hay que tomarlas con pinzas, no solo en este gobierno. Es muy posible que la canasta básica haya evolucionado mucho menos que la inflación general. Y eso hace que estadísticamente los hogares salgan de la pobreza. Pero efectivamente la situación de no llego a fin de mes es generalizada. Entonces, un pequeño salto de los precios, aunque no sea una cosa exorbitante, va a generar que esos indicadores empiecen a mostrar otra cosa. Si se pierde la esperanza de que esto mejore, que es gran parte lo que ha sostenido el voto de Milei, se va a poner muy complicado.

AR/MG