Entrevista

Kelly Olmos: “La inflación la podrá bajar el próximo gobierno, si somos nosotros”

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En la puerta del Ministerio de Trabajo, sobre la avenida Leandro N. Alem, protestan colectiveros de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). No es infrecuente. Con la inflación al 8,4% mensual, los trabajadores no pueden más que reclamar aumentos salariales. Pero en el piso 13 del ministerio, la jefa de la cartera, Kelly Olmos, está dispuesta a reabrir cuanta paritaria haya con tal de compensar las alzas de precios. Considera que aún así el peronismo puede ganar las elecciones y advierte contra el ajuste que promete la oposición. Por ahora, no apuesta por ningún peronista en particular para las elecciones presidenciales.

-¿Qué es lo que propone la oposición?

-La oposición lo que dice es “nosotros no vamos a aumentar impuestos”. En la práctica los han ido aumentando en la ciudad de Buenos Aires. Pero, al margen, ellos dicen que van a hacer lo mismo pero más rápido que lo que hizo (Mauricio) Macri cuando asumió en 2016 y él directamente eliminó el impuesto a los ricos, es decir, el impuesto al patrimonio, que no es solo para los ricos, pero sí para los que tienen un nivel patrimonial importante. Eliminó derechos arancelarios, por ejemplo, a la minería, a varios sectores de la producción primaria, a los que después, en la crisis de 2018/2019, los tuvo que restituir. Eso significa que el nivel de ajuste que tienen previsto va a ser leonino. Sus economistas o el propio Macri dicen, para emular a Milei, que van a dinamitar casi todo. Intentan generar un proceso de desestabilización para que el mercado haga ahora, a través de las corridas cambiarias y los que estas puedan desencadenar, el ajuste draconiano que ellos piensan que hay que hacer.

Cada vez que hay un desequilibrio entre oferta y demanda, ellos siempre piensan en reducir la demanda, sobre todo de los más humildes. Nunca te plantean cómo incrementar la oferta, te hablan de lluvia de inversiones que nunca llegan o han sido eminentemente de carácter especulativo. Lo que pasó entre 2016 y 2019 en la Argentina significó 100 mil millones de dólares de endeudamiento adicional para financiar especulación y fuga. No dejaron ni un cordón cuneta con ese endeudamiento. Lo ves en la ciudad de Buenos Aires: la inversión que ellos promueven es una inversión rentista, que no brinda un servicio habitacional.

-Pero la oposición crece porque ustedes difunden los 33 meses consecutivos de crecimiento del empleo, pero crece mucho el empleo informal y a su vez el salario, si bien mejoró en el primer trimestre, si uno mira el gobierno de Alberto Fernández, continuó la caída del poder de compra, que se había derrumbado en la segunda mitad del gobierno de Macri...

-Sí, pero hay que identificar los problemas. No es que nosotros continuamos con una política iniciada en el macrismo de pérdida de capacidad adquisitiva. La política que llevó adelante el macrismo demolió puestos de trabajo y demolió capacidad adquisitiva. Las dos cosas. Nosotros desde que llegamos trabajamos por revertir esa situación. Tuvimos condiciones que no tuvo el macrismo, por ejemplo, una pandemia. El macrismo nos había dejado sobreendeudados en dólares y con default en la posibilidad de acceder a crédito externo e interno. Nosotros, al poco tiempo de acceder, llegó esta pandemia y lo primero que hicimos fue proteger los puestos de trabajo. Trabajamos muchísimo de una manera tripartita con los gremios, con las cámaras empresarias. Hubo que reorganizar todo el trabajo en función de la situación de la pandemia y se generaron decisiones muy fuertes, como prohibir los despidos. Y obviamente, si uno prohibía los despidos, tenía que compensarlo ayudando a las empresas a pagar los salarios. Para los sectores informales hubo una serie de subsidios. Como no teníamos ni crédito interno ni externo, hubo que emitir porque no había en ese momento otra alternativa. Los que nos critican por cuánto se emitió en ese momento deberían decir qué hubieran hecho si hubieran dejado morir de hambre y cerrar más puestos de trabajo durante ese período. O no comprar vacunas. ¿Qué es lo que hubieran ajustado ellos?

Si uno se maneja con la declaración que Macri le hizo a Alberto de que se mueran los que se tengan que morir, se puede tener una idea al respecto. Nuestro gobierno tiene un compromiso con el impulso a la producción y el trabajo que demanda más divisas de las que demandan los programas que no tienen ese nivel de compromiso con la producción. Esa situación después se vio afectada por una guerra internacional y ahora una sequía histórica. A pesar de todo, estamos en un máximo histórico de creación de trabajo, no solo informal, sino fundamentalmente formal. Estamos en un récord histórico de 13.100.000 trabajadoras y trabajadores formales y en un récord histórico por lo mínimo de la desocupación, en un marco donde creció la población económicamente activa y creció también la ocupación. Hubo períodos donde se redujo la desocupación porque mucha gente se desanimó y dejó de formar parte de la población económicamente activa. En nuestro caso estamos en un máximo histórico de población económicamente activa, con más del 47%. Desde el punto de vista del problema de los ingresos que vos señalás, hay que entender que el problema es la alta inflación, que está generada por todas estas restricciones, fundamentalmente de disponibilidad de divisas, agudizada con la última sequía. Con el objetivo de que no haya un mayor deterioro en los ingresos es que habilitamos todas las revisiones paritarias que se nos solicitan y aceptamos que las mismas se suscriban por periodos más breves. Hasta febrero, el sector formal en promedio acompaña el proceso inflacionario, sin un delay (atraso) significativo.

-¿En qué período?

-Estoy hablando de nuestro gobierno. En promedio. Todos sabemos cómo los promedios.

-Eso incluye el sector público y privado.

-En el sector público hay incluso una capacidad de haber ganado algunos puntos y en el sector privado hay sectores que también lo pudieron hacer. Por eso siempre yo hablo de los promedios. El problema que hay en el sector informal es que efectivamente se trata de un sector sin derechos. Pero también hay un problema en cuanto a la recolección de datos del sector informal en cuanto a ingresos. La Encuesta Permanente de Hogares tiene un desfasaje de seis meses en la recolección de los datos del sector informal, que con este nivel de inflación sesga mucho el resultado. Lo cual no quiere decir que no reconozcamos que en alta inflación hay pérdida de ingresos. Sería necio no reconocerlo y que hay una sensación generalizada de que obviamente en esa carrera los salarios pierden contra los precios. Pero el Estado está presente.

En el sector formal, con una dinámica paritaria muy vigorosa y en el informal, con los complementos de ingresos, por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo se ajusta trimestralmente, la Tarjeta Alimentar hace diez días la ajustamos en un 35%, programas como el Potenciar o el Acompañar, que son complementos asociados al salario mínimo. En el último año, el salario mínimo lo ajustamos en 105%. Pero la forma de resolver esta situación, no de remediarla, sino de resolverla, es indudablemente atacar el problema de la alta inflación. Y eso lo está haciendo el Gobierno en su totalidad, con responsabilidad primaria del Ministerio de Economía, pero al que nosotros acompañamos. Hay que reforzar las divisas del Banco Central en un momento donde hemos tenido realmente mucho viento de frente. La pérdida generada por esta sequía oscila entre 17 y 20 mil millones de dólares de menores ingresos de exportación. Y eso partiendo de restricciones fuertes. No es por problemas de política.

-Ahora hay trabajadores formales bajo el nivel de pobreza...

-A veces no se compara adecuadamente. ¿Se toma el salario mínimo de las o las categorías mínimas de los trabajadores en relación a la canasta de un hogar? La canasta de un hogar está diseñada, por ejemplo, para cuatro personas. Pero el promedio de los hogares argentinos es 3,2 personas.

-Pero dos salarios mínimos, de 84 mil pesos cada uno, no cubren la canasta básica total para evitar la pobreza...

-Pero el mínimo de categoría de convenio promedio de los conveniados está en 214.000 pesos. Hay muy pocos que estén por debajo de los 100.000 o 125.000 pesos. Por ejemplo, Comercio, que es un gremio masivo, en su último ajuste paritario estableció un incremento porcentual más un bono de 25.000 pesos para que ningún trabajador que haga horario completo tenga un ingreso de menos de 200.000 pesos.

-¿Y qué hacen para combatir el trabajo informal, que afecta a más de un tercio de los empleados?

-El tema de la fiscalización acá es continuo y es una responsabilidad concurrente con las provincias, porque se trata de una competencia que tienen las provincias, El objetivo no es recaudatorio, no es de aplicación de multas, sino de que se pueda formalizar. Tenemos programas de empleo y mecanismos de entrenamiento y de incorporación al trabajo formal, como Puente al Empleo, en el cual el Estado paga una parte del salario. El trabajador en ese período no pierde los ingresos complementarios y por un año el empleador no paga cargas sociales. Es decir, tenemos políticas de fomento del blanqueo.

-Desde la oposición se propone blanquear flexibilizando las normas laborales, abaratando el despido...

-Desde el punto de vista de seguridad social, apostamos a sistemas universales y solidarios, que puedan acceder todos los beneficiarios que encuadran. Ellos habitualmente consideran que esos servicios deben estar en función de la capacidad de pago. Ellos siempre piensan más en las cuentas individuales. De modo que tenemos una concepción diametralmente distinta. Cuando ellos gobernaron, destruyeron trabajo y cuando nosotros gobernamos sin destruir derechos, logramos máximos históricos de ocupación. Esto es demostrativo de que no hay que destruir derechos para crear trabajo. Derechos laborales y de agremiación constituyen una pieza fundamental para la construcción de una sociedad moderna, que no que explota más sino que garantiza movilidad social ascendente.

¿Hay que otorgar sumas fijas para compensar la inflación, como pide Máximo Kirchner?

-El problema de cuál es el mejor mecanismo para atender la actualización salarial está asociado al diagnóstico. Si el diagnóstico es un problema de alta inflación, vos no podés responder con una solución discreta a un problema continuo. Creemos que, para el trabajador formal, la mejor manera de responder es afirmando el sistema paritario, afirmando el sistema tripartito, que es una de las instituciones más virtuosas de nuestro sistema democrático. Y para los trabajadores informales implica mantener actualizados los complementos salariales.

-¿Qué opina de la propuesta de la CGT de reducir la jornada laboral? Porque Claudio Lozano dice que, más que reducir la jornada laboral, hay quecontrolar que no haya excesos en la jornada laboral, que el 30% de los trabajadores termina trabajando más de la cuenta y sin cobrar horas extras.

-Eso de que sin cobrar horas extras no sé de dónde extrae esa información. Alimentar el debate sobre cuál debe ser la jornada laboral me parece que es positivo, va en el sentido de la evolución. Probablemente la jornada que tenemos nosotros de 48 horas ha quedado obsoleta. Y, efectivamente, respaldo el debate que se está dando en el Parlamento para revisar esa situación.

-¿Qué haría para bajar más el trabajo informal? El otro día un empresario me contaba que postulantes a un empleo formal no querían tomarlo porque tenían el Potenciar Trabajo y él desconocía el mecanismo para incorporarlos sin que pierdan ese beneficio.

-En gastronómicos hay este programa Puente al Empleo. También en el sector rural. Y aprovecho para decir que el sector gastronómico y hotelero es hoy el que está encabezando la dinámica de creación de empleo, junto al industrial y al minero.

-¿Cree que habría que hacer algún cambio en las leyes laborales, modernizarlas, como dice la oposición?

-Para ellos, modernizar es destruir derechos. No creo que ese sea el camino, en absoluto. La realidad es que cuando ellos gobiernan no crean trabajo, lo destruyen. Y nosotros cuando gobernamos, como ahora, tenemos el máximo histórico del trabajo formal. Como vos bien señalás, nos falta mucho, hemos tenido además muchas dificultades.

-Pero usted apoyó esas ideas en el gobierno de Carlos Menem. Cuando usted asumió ahora como ministra, dijo que en los 90 hubo una confusión ideológica por la caída del comunismo. ¿Cuándo se dio cuenta de que la receta neoliberal estaba equivocada?

-En 2001, con la crisis que tuvimos, alguien que tenga honestidad intelectual y no revisó sus puntos de referencia, la verdad sería muy extraño, ¿no? Lo que significó la caída de la Unión Soviética pudo y de hecho generó bastante confusión de carácter ideológico. Pero acá hubo una crisis del 2001 y eso nos debió haber llevado a todos a revisar nuestras posiciones y a haber visto fácticamente el resultado de cada situación. Por ejemplo, que el endeudamiento en dólares es un problema que genera en la Argentina inestabilidad y que le ha impedido evolucionar favorablemente en las últimas décadas. Esto nació con la dictadura militar, se incrementó durante los 90 y alcanzó un nivel inexplicable durante la última gestión del macrismo. Cuando alguien vuelve a hablar ahora de resolver la situación macroeconómica de la Argentina con endeudamiento externo o, peor aún, con dolarización, realmente habla de algo que contradice toda la trayectoria económica de la Argentina de lo que se debe hacer.

-El otro día hablaba en off con un colega suyo del gabinete y me decía que con la contracción económica de este año por la sequía y con la inflación que estamos teniendo, si el peronismo gana las elecciones, rompe todos los manuales, pero no perdía la esperanza.

-Nosotros estamos atravesando una situación difícil, sobre todo porque es muy difícil que la sociedad valorice adecuadamente lo que se evita. Y es enorme el sacrificio social que hemos evitado en estos años de gobierno. Como ahora, que ellos promueven una devaluación, lo cual significaría una nueva reducción muy fuerte de la capacidad adquisitiva de los ciudadanos y ciudadanas argentinas. Pero si uno va a los números en marzo, no te da una caída hasta marzo, están los datos de, por ejemplo, producción industrial, y no te está dando una contracción. Y las encuestas que nosotros hacemos de carácter laboral no nos están dando que los empresarios estén pensando en no tomar más gente. Al contrario, viste que hay tres alternativas, si va a tomar, si no va a tomar y si va a despedir, y sigue dando positivo, es decir, sigue dando que se van a incorporar más trabajadores que los se desprenderían. Estamos a un mes de inaugurar el gasoducto Néstor Kirchner, están poniéndose en marcha oleoductos que facilitan la exportación de combustible a Chile. Ahora tiene que venir la cosecha del norte del país.

El compromiso de nuestro gobierno es trabajar cotidianamente para que esos pronósticos negativos no se concreten. Yo trabajo para que se pueda sostener el nivel de actividad este año, para que se pueda sostener el nivel de ingreso. Me gustaría, como a todos los peronistas, que pudiéramos restituirle al pueblo argentino en el menor tiempo posible lo que el macrismo les destruyó de capacidad adquisitiva, eso es lo que no hemos podido hacer. Pero nuestro gobierno tiene mucho que mostrar positivo y tiene grandes posibilidades de ganar la elección de este año porque enfrente lo que tenemos es más pobreza, más ajuste, más recesión e incluso planteos totalmente inconsistentes como el de la dolarización, que llevaría a la Argentina a grados de violencia social inauditos.

-Se armó mucha polémica cuando usted dijo que prefería ganar primero el Mundial y después a la inflación...

-En ese momento parece que era políticamente correcto decir “el Mundial no me interesa”. Después, cuando vimos que ganando el Mundial, más de 5 millones de argentinas y argentinos salieron a la calle felices parece que todos reconocimos la importancia que para nuestro estado de ánimo tenía el ser campeones. Lo que yo dije es que por la inflación se trabaja todos los días. Nosotros no dejamos de trabajar, no somos Macri, no tuvimos la oportunidad de pasar un mes de vacaciones y volver acá y cuestionar que los argentinos tuvieran un día para festejarlo. Seamos felices también cuando tenemos logros, cuando ganamos el Mundial, cuando vamos a inaugurar el gasoducto Néstor Kirchner en un récord de carácter histórico lo que significa una obra de esa característica a nivel mundial. Eso quiere decir que la Argentina tiene una enorme capacidad en sus empresarios, en sus trabajadores. Hemos recuperado en un año lo que se perdió en la pandemia en términos de trabajo y de producción, cuando todos estos señores serios que creen que lo inteligente es hacer políticas que recaen sobre los más débiles decían que se iba a tardar de cuatro a cinco años.

-¿Cuándo y con qué método podremos festejar la victoria sobre la inflación?

-Este gobierno puso en marcha las reformas estructurales necesarias para mejorar la matriz de exportación de la Argentina y reducir la restricción externa (escasez de divisas). Es decir, la inflación la podrá bajar el próximo gobierno, si somos nosotros. Porque hemos visto cómo Macri despilfarró las divisas, con las políticas de apertura indiscriminada de lo que es el sector externo. Resolver la restricción externa es un trabajo que lleva tiempo. Nuestro gobierno ya lo puso en marcha y es probable que podamos recoger el beneficio fundamentalmente en 2024 y 2025. ¿Cómo? Con la capacidad exportadora adicional que se genera en el sector energético por todo el despliegue del sistema de gasoductos y oleoductos que está en marcha, en el sector minero por el desarrollo que estamos de minerales necesarios para la evolución contra el cambio climático, con el cobre y el litio, está en marcha el mayor desarrollo de la economía del conocimiento y sus posibilidades de exportación. Todo esto que nuestro gobierno puso en marcha va a ser que mejore muchísimo la restricción externa y eso le va a quitar presión al proceso inflacionario.

AR