Militantes peronistas se retiran llorando del búnker y temen por el futuro

Tempranísimo reconoció su derrota Sergio Massa ante la multitud de militantes que se había juntado en el búnker de Unión por la Patria (UP), en el Complejo C, en Chacarita, y temprano también empezaron a marcharse. Algunas llorando. Una de ellas, Eva, de 32 años, actriz, productora de contenidos políticos y de salud mental en redes sociales y empleada del Ministerio de Cultura de la Nación. “No esperaba este resultado. Sabía que estaba peleado, pero no esta diferencia. Es un cachetazo, un baldazo de agua helada. Más allá de perder una elección, porque yo soy peronista, lo que me da miedo es la alternativa que nos queda. Siento que estamos en un momento muy difícil de la Argentina, que tuvimos un gobierno que no supo dar lo que necesitaba el país, después de cuatro años de macrismo feroz. Venimos de ocho años muy complicados y no pensé que la salida iba a ser este. Me cuesta proyectar de acá a cuatro años cuando no sé qué va a pasar el martes”, se seca las lágrimas Eva y admite que lo que más le preocupa es la política de derechos humanos y la violencia. Más allá de que además la inquieta la dolarización, la eliminación del Banco Central, los vouchers para la educación pública o el arancelamiento de los hospitales públicos.

Un joven despotricaba ante otros amigos. Decía por qué era Javier Milei y no una opción más moderada como Horacio Rodríguez Larreta el sucesor de Alberto Fernández. Al lado pasaba Pedro Pablo Mendoza, oficial de taller de mantenimiento de 48 años, con una remera que decía Axel, por Kicillof. “Es un golpazo, un baldazo de agua para todos, pero, bueno, hay que seguir adelante, hay que dejarlo gobernar, hay que ver cómo va el país, cómo funciona lo que tiene en la mente”, comentaba Pedro Pablo. “Dios quiso que gane, ya está. Sabíamos que iba a pasar esto porque no hablamos con la juventud. Ahora mandan los jóvenes. Veo difícil los próximos cuatro años para los más necesitados. Dios quiera que Milei se fije en los más necesitados, que no les saquen un Plan Trabajar porque eso le sirve a la gente para trabajar”, sostenía el tallerista mientras se iba con un amigo.

Juan José Troncoso, veterinario de 42 años, le comentaba a una amiga: “Vamos a ser el hazmerreír del mundo”. Trabaja en la universidad pública y en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). “Mi papá tiene 85 años, probablemente no pase sus últimos días de la mejor forma. Sus remedios son gratis ahora. No creo que lo sigan siendo. Es muy triste. Eso en lo personal. Los próximos cuatro años serán muy difíciles porque tienen formas muy violentas. Se lo ve en las pintadas, la reivindicación de la dictadura, no son 30.000, no lleva a nada bueno, vandalizaron la universidad diceiendo 'zurdos de mierda van a correr'. Las expresiones del candidato que ahora será presidente... Acá hay amor, fraternidad, personas que rechazan eso y somos muchos, por suerte. ¿Pero qué pasa si del otro lado te patean en el suelo? Yo no concibo la violencia”, lamenta Juan José.

AR/DTC