Radiografía de un colapso: así se volatilizaron dos billones invertidos en criptomonedas

Raúl Sánchez / Carlos del Castillo

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Con su brutal caída de precios, el sector cripto ha dilapidado todo el crecimiento que acumuló durante 2021, el año de su explosión. El precio del Bitcoin oscila ahora en los 16.000 dólares, mucho más cerca de los valores que tenía antes de la pandemia (en torno a los 10.000 dólares) que al récord de más de 69.000 dólares que alcanzó en noviembre de 2021.

El debate ahora es si los precios que registró durante los confinamientos fueron una burbuja marcada por el contexto del auge de la digitalización, un choque de realidad que se ha llevado todo el sector tecnológico. El Banco Central Europeo dice que no tiene futuro ni como inversión ni como método de pago.

Con todo, el Bitcoin es una de las criptomonedas más estables porque es la que más seguridad ofrece a los inversores de que no va a desaparecer de la noche a la mañana. El resto son aún más volátiles y la mayoría han sufrido una depreciación masiva. Los datos de CoinMarketCap de las cotizaciones diarias de las 200 principales criptomonedas obtenidos y analizados por elDiario.es lo confirman. Ver metodología detallada.

Como muestra el siguiente gráfico, los desplomes superiores al 90% del valor máximo alcanzado por cada criptomoneda en los dos últimos años han sido la norma en el sector. En concreto, 153 de los 200 criptoactivos analizados han pasado a valer menos de una décima parte de su pico alcanzado entre 2021 y 2022.

Las únicas que han mantenido su valor son las denominadas stablecoins. Estas se emparejan al precio de una moneda tradicional, normalmente el dólar. Se utilizan para mantener a salvo fondos que los criptoinversores no quieren someter a la volatilidad que caracteriza al sector, pero sin llegar a sacarlos de él (lo que implica el pago de una comisión en la mayoría de plataformas). Pero tampoco este tipo de activos están a salvo del pánico. En diciembre Binance, la plataforma más importante, se vio obligada a congelar las retiradas de fondos de su stablecoin tras unas horas en las que se acumularon las solicitudes de retirada, que la compañía fue incapaz de satisfacer.

Bitcoin es el activo cripto que más inversión acumuló y es responsable de casi un billón de las pérdidas totales. La mitad restante se han generado en la larga cola de monedas menos conocidas en las que miles de personas depositaron capital. En 2022 estos mecanismos de inversión se convirtieron en máquinas de perder dinero.

No es posible saber si un nuevo terremoto geopolítico volverá a impulsar el valor de las criptomonedas como lo hizo la pandemia. Por lo pronto, los responsables de las principales empresas que quedan en pie advierten que “el criptoinvierno” será largo. La industria cripto se centra ahora en establecer mecanismos para que no se produzcan bancarrotas masivas, incluso traicionando algunos de los principios fundacionales del movimiento cripto. Un ejemplo de ello es el pequeño “banco central” que ha creado Binance.

Las pocas esperanzas de recuperación que han planetado los directivos esas empresas para el corto plazo tampoco se han cumplido. Una de ellas era que la gente decidiera invertir en Bitcoin para huir la inflación y que esto revitalizara los precios. “Francamente, lo admito, sobreestimé las posibilidades de que Bitcoin fuera una cobertura contra la inflación en este entorno macro”, ha declarado Brian Armstrong, cofundador y máximo responsable de Coinbase, la segunda plataforma en volumen de negocio tras Binance.

Lo que es seguro es que varios de los magnates que empezaron 2021 como gurús del movimiento cripto y visionarios de una nueva industria se encuentran ahora en una posición muy diferente. El personaje de referencia en este sentido es Sam Bankman-Fried, el joven que llegó a acumular la mayor fortuna del mundo de las criptomonedas tras fundar FTX. La bancarrota de su plataforma se llevó por delante decenas de miles de millones de dólares y él será juzgado en EEUU por ocho cargos penales como fraude, conspiración, malversación o lavado de dinero. Se enfrenta a 115 años de cárcel.

Otros personajes que compartieron con Bankman-Fried esa lista de mayores criptomillonarios del mundo también están a punto de congelarse en el criptoinvierno. Los gemelos Tyler y Cameron Winklevoss, famosos por el litigio que le ganaron a Mark Zuckerberg por la creación de Facebook y reinvertir esas ganancias en criptomonedas, acusan ahora a Barry Silbert de no devolverles un préstamo de más de 1.000 millones de dólares y provocar problemas de liquidez en su criptoplataforma, Gemini. Silvert era otro de los nombres de esa lista de empresarios cripto más ricos de 2021. Ahora, la empresa está al borde de la quiebra tras imponer un corralito que dura ya casi dos meses.

Do Kwon, el joven coreano que creó la criptomoneda Luna que trituró 45.000 millones de dólares en una semana con su caída, se encuentra en busca y captura. También están desaparecidos cinco de sus colaboradores. Alex Mashinsky, fundador y director ejecutivo de Celsius Network, acaba de ser denunciado por la fiscalía estadounidense por la quiebra de su plataforma. “Alex Mashinsky prometió llevar a los inversores a la libertad financiera, pero los condujo por el camino de la ruina financiera”, ha afirmado la fiscal general de Nueva York. Buena parte de la historia cripto se escribirá este 2023 en los tribunales.

Metodología

Esta información se ha realizado a partir de los datos diarios de cotización de criptoactivos obtenidos de la plataforma CoinMarketCap. Se seleccionaron las 200 criptomonedas, criptoactivos y tókenes con mayor capitalización en la semana del 7 al 14 de noviembre de 2021, cuando alcanzaron su mayor valor en el mercado.

Estas 200 monedas suponían el 99% del valor global de todos los criptoactivos que cotizaban en el mercado a principios de noviembre. Se ha utilizado la capitalización de mercado (el equivalente al valor del capital flotante en Bolsa de una sociedad) para analizar el desplome del valor de la suma de las criptomonedas seleccionadas. Esta cifra se obtiene de multiplicar el precio de referencia del activo por el número de monedas que están en circulación. Es decir, solo las que están en manos del público general.

Para indicar la caída del valor de cada criptomoneda por separado, se ha utilizado el precio de referencia en el mercado al cierre de cada jornada.