Perú despliega sus tropas en la frontera con Ecuador

Más de 1.200 soldados del Ejército peruano se ubicaron a lo largo de la frontera con Ecuador, una nación contra la cual libraron en 1995 la Guerra del Cóndor por un conflicto de límites. Pero esta vez el enemigo contra el que el Gobierno de Lima ha montado esta ofensiva viene de más lejos y de muy lejos. De más lejos en Sudamérica, porque a quienes el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas peruanas busca impedir el avance, a 1.300 kilómetros de la capital peruana, con tropas, armas y 54 unidades blindadas y patrulleras son migrantes de Venezuela sin permiso para entrar al Perú. Y de muy lejos, porque el enemigo contra el que, aseguran, se ha levantado esta barrera militar es la pandemia del coronavirus. Las organizaciones de DDHH lo consideran un uso excesivo de la fuerza disuasiva y un despliegue que busca capitalizar en dos frentes a la vez en un año electoral: la lucha contra el coronavirus y la mano dura con la delincuencia, vinculada en la propaganda política con la migración venezolana.

Desde la misma frontera, la ministra de Defensa peruana, Nuria Esparch, puntualizó que el despliegue, que continuará “hasta que sea necesario”, nace de un acuerdo con Ecuador. Mencionó los dos motivos de la decisión. Primero, la salud pública, “las fronteras están cerradas por motivos sanitarios y tenemos que controlar que cualquier paso tenga todas las garantías”. Y de inmediato, la seguridad, porque “hay personas aquí, no solo es contrabando, y tenemos que garantizar que los derechos y la vida de todos sea cuidada”. 

En declaraciones a la agencia EFE, Martha Fernández, presidenta de la Asociación Protección Población Vulnerable (APPV) de Perú, dijo que “el despliegue tiene que ver con las elecciones en Perú. Siempre se habla del tema venezolano, incluso algunos hacen tema de campaña la xenofobia. Vamos a ser noticia por un tiempo”. El cierre de las fronteras en marzo a causa de la pandemia no ha detenido a la migración, y a la vez ha aumentado el delito. Según APPV, al no poder ingresar por los pasos antes habilitados, los migrantes ingresan por poros fronterizos no habilitados, lo que ha hecho medrar las organizaciones ilegales de trata de personas.

Un sondeo de intención de voto realizado en octubre de 2020 por la encuestadora Ipsos en consorcio con el diario limeño El Comercio dio que el primer problema del Perú, para el 61% de los consultados, era la corrupción. Pero inmediatamente debajo venía, y esto era novedoso, que un 49% estimaba que la delincuencia era el segundo gran flagelo nacional. Ya entonces, y desde entonces, la fórmula ciudadano extranjero se había vuelto equivalente, en la prensa gráfica y los medios audiovisuales, de ciudadano venezolano a quien se atribuían hechos de delincuencia. En los discursos públicos de candidatos presidenciales para las elecciones, medios peruanos como Gestión, y otros extranjeros como el español El Economista, han indicado que varios candidatos a la presidencia en las próximas elecciones del 11 de abril, como Keiko Fujimori, George Forsyth y Daniel Urresti, buscan ser la opción de un electorado cada vez más convencido de la necesidad de la “mano dura” en la represión del crimen. 

 

AGB con información de agencias