Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Tras las mentiras sobre Brigitte Macron

Noticias falsas sobre la identidad de género: el problema no es nacer hombre sino crecer sin pensamiento crítico

Emmanuel y Brigitte Macron

Emma Reverter

0

El presidente francés, Emmanuel Macron, y su esposa, Brigitte, presentaron hace unas semanas una demanda por difamación en Estados Unidos contra la podcaster conservadora Candace Owens, que difundió una noticias falsa que decía que Brigitte Macron “había nacido hombre” y se llamaba Jean-Michel Trogneux. La demanda afirma que las pruebas refutan claramente esta “narrativa grotesca”, ya que en realidad Jean Michel Trogneux es el hermano mayor de la primera dama de Francia. También denuncia “un acoso sin tregua a escala mundial”.

No es un caso aislado. Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue víctima de una mentira parecida. Michelle Obama también tuvo que soportar que se dijera que era un hombre. Incluso Kamala Harris, exvicepresidenta y candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, fue rebautizada falsamente como “Kamal Aroush”.

María Carmen Meneses, doctora en Antropología Social y Cultural por la Universidad de Granada, señala que todas estas campañas comparten una premisa: atacar la legitimidad y la imagen de mujeres con poder o influencia –o vinculadas al poder– utilizando la misoginia, combinada con transfobia, racismo y una preocupante erosión del pensamiento crítico. “Son bulos que marcan modelos muy claros sobre cómo debe funcionar o ser la sociedad”, explica. “Es una forma de atacar a mujeres que sobresalen. En general se ejerce mucha violencia contra mujeres poderosas y brillantes, y la lupa con la que se las examina es muy potente”.

Meneses explica que a lo largo de la historia de la humanidad las noticias falsas y los chismes han cumplido una función social. Por un lado, tienen una función de integración y pertenencia: compartir y comentar rumores crea vínculos dentro de un grupo, refuerza la identidad colectiva y traza una frontera clara entre quienes “están dentro” y quienes quedan fuera. “Los antropólogos que hacen trabajo de campo saben que han sido aceptados por la comunidad que estudian cuando alguien comparte un chisme o bulo con ellos”, indica.

También desempeñan una función de control, ya que al circular historias acompañadas de un juicio se establece qué se considera aceptable o inaceptable, lo que actúa como mecanismo de vigilancia social. Finalmente, tienen una función coercitiva: el miedo a convertirse en objeto de un rumor o mentira puede disuadir a las personas de actuar de forma contraria a las normas del grupo o a mantener un perfil bajo para no tener problemas.

“El mensaje es claro: si como mujer te sales de nuestras pautas, te vamos a destruir”, señala Meneses. “Ahora los antropólogos asistimos a un momento único en la historia, ya que con las redes y los algoritmos el tiempo de difusión de un bulo (noticia falsa) o rumor ha desaparecido y en pocas horas se ha viralizado y ha dado la vuelta al mundo”, indica.

En Occidente se utiliza la identidad sexual o de género como arma

¿Por qué se viralizan las noticias falsas sobre la supuesta transexualidad de las mujeres de líderes mundiales? Según la antropóloga, “en Occidente se utiliza la identidad sexual o de género como arma” y se tiene una visión muy dicotómica de la realidad. En cambio, en culturas donde históricamente se ha reconocido la existencia de un tercer género o sexo —como en Samoa, entre los fa’afafine; en el pueblo cherokee, con los two-spirit; o en comunidades del sur de Asia, como las de India y Bangladés, con los hijras— “semejante bulo no se habría viralizado” porque habría provocado, simplemente, un “¿y qué?”.

Meneses también subraya que, al analizar estas mentiras sobre un político o sobre alguien de su círculo íntimo, es importante ver en qué momento surgió. “No basta con examinar el contenido del bulo; hay que preguntarse por qué surge en ese momento concreto”, señala. En muchos casos, explica, la habladuría no aparece de forma espontánea, sino como reacción a una medida, una declaración o un posicionamiento que ha generado polarización. Ese momento de tensión política o social actúa como catalizador: el rumor se convierte en un arma para reforzar el rechazo hacia esa figura y movilizar a personas que están en contra del político o la medida. En el caso de Brigitte Macron, como en el de Jacinda Ardern, exprimera ministra de Nueva Zelanda, estas mentiras nacen tras las medidas impuestas durante la pandemia.

Estos bulos se imponen porque ya no hay pensamiento crítico

Milagros Sainz directora del grupo de investigación de género y TIC de la UOC

Milagros Sainz, psicóloga social y directora del grupo de investigación de género y TIC de la Universitat Oberta de Catalunya, recuerda que la estrategia de atacar a las mujeres que sobresalen para destruirlas no es nueva: “En otros momentos de la historia, las mujeres empoderadas eran acusadas de brujería o superstición. En los bulos contra Brigitte Macron, Michelle Obama o Begoña Gómez se mezcla la misoginia, el racismo, el edadismo y la transfobia. Se utiliza a mujeres con un perfil alto para atacar a sus maridos y dañar su reputación”.

En relación al hecho de que hayan sido mujeres con una base de seguidores en las redes las que hayan viralizado muchos de estas mentiras, la experta señala que en estos casos “se alinean con movimientos políticos o religiosos que perciben como más fuertes y que les permiten mantener su estatus, sin tener en cuenta que algún día ellas, o sus hijas, podrían estar en esta situación. Atacan a mujeres que han optado por alzar su voz o tener un estilo de vida diferente”.

Según Sainz, “estos bulos se imponen porque la sociedad ya no tiene pensamiento crítico”. Meneses coincide con esta opinión y alerta de que desde los años ochenta se observa en la población un retroceso alarmante en la capacidad de analizar una noticia y discernir si es verdad o es mentira y si la fuente es fiable o no lo es. “Es preocupante que como sociedad hemos perdido la capacidad de distinguir una fuente de otra y ya no nos detenemos para cotejar una información o un dato”, indica Meneses.

Sainz señala que “no podemos normalizar el bullying hacia las mujeres que tienen poder o sobresalen”. Las esposas de los líderes políticos se convierten en blanco indirecto de la confrontación, utilizadas como instrumento para dañar la imagen pública de sus maridos. La fórmula es siempre similar: difundir el bulo de que Emmanuel Macron, Pedro Sánchez o Barack Obama están casados con un hombre, insertándolo en un contexto político o social en el que esa circunstancia se presenta como algo negativo.

Este bulo también manda el mensaje de que si estos líderes políticos estuvieran casados con una mujer trans sería vergonzoso

Marina Echebarría Sáenz catedrática de la Universidad de Valladolid y activista LGBTI

Marina Echebarría Sáenz es catedrática de Derecho Mercantil por la Universidad de Valladolid y activista LGBTI. En 2020 se convirtió en la primera mujer trans catedrática de España. Señala que esta mentira también manda el mensaje de que “si estos líderes políticos estuvieran casados con una mujer trans sería vergonzoso”.

Recuerda que Lady Gaga fue víctima de una falsedad similar y optó por no negarlo, ya que consideró que ni para ella ni sus seguidores era un problema. La activista denuncia la dinámica del “yo lanzo el bulo y que sea la víctima la que se defienda”: “No es posible demostrar lo que no has hecho, es una prueba imposible”. La jurista subraya que el impacto en las mujeres señaladas y en sus familias es “un atentado a la imagen” e implica una intromisión en su vida privada, la exposición mediática forzada, y la perpetuación de prejuicios que deberían estar superados. Según Echebarría Sáenz, “la libertad de información o de opinión no es igual a tener derecho a la mentira y a atentar contra la imagen de figuras públicas”.

Según datos del Pew Research Center publicados en mayo, la forma en que los adultos de Estados Unidos se informan está cambiando, especialmente entre los más jóvenes. En 2024, el 54% de los adultos declaró obtener noticias al menos ocasionalmente a través de redes sociales, cifra que asciende al 78% entre los menores de 30 años. Además, cerca del 37% de este grupo afirma recibir información política de forma regular a través de influencers digitales, casi igualando su confianza en redes sociales (54%) con la que depositan en medios nacionales (60%). Esta tendencia crece a medida que disminuye la confianza en medios tradicionales entre los jóvenes.

Son bulos que van directamente al estómago, que conectan con los sentimientos y las emociones de las audiencias, mientras que un discurso más pensado intenta apelar a la razón y no entra con la misma facilidad

Carmen Ruiz socióloga especializada en violencia de género en adolescentes y jóvenes

Carmen Ruiz es una socióloga española especializada en violencia de género en adolescentes y jóvenes, y profesora en la Universidad de Granada. Señala que le preocupan las mentiras que llegan a los adolescentes: “Yo lo llamo el discurso de la hamburguesa, ya que son discursos para tragar y no pensar, como de comida rápida”. “Desde las universidades respondemos con discursos más elaborados, ya que es muy difícil hacer pedagogía con una frase corta o un vídeo de 20 segundos, y no tenemos la difusión masiva que sí pueden tener los bulos”, lamenta.

“Son bulos que van directamente al estómago, que conectan con los sentimientos y las emociones de las audiencias, mientras que un discurso más pensado intenta apelar a la razón y no entra con la misma facilidad”, señala. El problema, indica la socióloga, es que cuando un bulo refuerza nuestras antipatías estamos dispuestos a comprarlo: “No sé si es verdad o es mentira, pero me conviene y me mola”. “Como sociedad tenemos derecho a la verdad y afirmar que una mujer nació hombre no es tu opinión, es simplemente mentira”, concluye.

Etiquetas
stats