Ola de COVID en China: las autoridades dicen que el 80% se contagió mientras se cuestiona la cifra de muertos

Helen Davidson

Taipéi (Taiwán) —

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Alrededor del 80% de la población china se contagió de COVID-19 desde que se levantaron las restricciones a principios de diciembre, según declararon las autoridades sanitarias chinas este fin de semana.

La cifra, que equivale a unos 1.200 millones de personas, llevó a algunos expertos a calcular que podrían haber muerto más de un millón de personas, mucho más que lo que recoge el recuento oficial del Gobierno, que las cifra en unas 72.000.

Una oleada de casos de la variante ómicron asoló China después de que el Gobierno pusiera fin bruscamente a su política de 'COVID cero' el pasado diciembre, levantando las restricciones poco antes del comienzo del año nuevo lunar y la fiesta de la primavera. El sábado, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de China dijo que cerca del 80% de los 1.410 millones de habitantes del país se contagiaron en esta ola.

En la semana previa al año nuevo lunar, el CDC informó de 12.658 muertes, que se sumaron a la cifra oficial de casi 60.000, que la mayoría de los analistas cree que está muy por debajo de la cifra real. Hasta una actualización drásticamente incrementada a principios de este mes, el número oficial de muertes en esta ola se situaba por debajo de 60.

El aumento del número de casos en diciembre desbordó rápidamente los procesos de recopilación de datos. Junto con una definición estricta de una muerte atribuida a la COVID, las cifras oficiales no tardaron en parecer muy inferiores a la realidad sobre el terreno, y el Gobierno fue acusado de falta de transparencia en los datos.

Pekín rechazó la acusación y defendió la política de 'cero COVID' y su repentino desmantelamiento. Algunos responsables de sanidad reconocieron discrepancias en los datos, pero afirmaron que ahora es el momento de centrarse en la respuesta sanitaria.

Otras estimaciones

Las dudas sobre los datos y la transparencia hicieron que los expertos busquen otras formas de calcular el impacto del brote.

El profesor Robert Booy, pediatra especializado en enfermedades infecciosas de la Universidad de Sídney, afirma que es probable que el número de víctimas mortales se sitúe entre 600.000 y un millón. Booy y otros expertos que han hablado con The Guardian afirman que es probable que el virus ya se estaba extendiendo mucho más de lo que se pensaba antes del levantamiento de las restricciones.

“Es posible que China abandonara su política de 'cero COVID' en la primera semana de diciembre, pero probablemente ya se estaba tambaleando y fracasando”, dice. “En 2022, China perdió población por primera vez desde el 'Gran Salto Adelante': un descenso de 850.000 personas. Van a perder al menos ese número en las próximas semanas de COVID, en su mayoría personas muy mayores que no han sido completamente vacunadas”.

El doctor Xi Chen, profesor asociado de política sanitaria y economía en Yale, señala que nadie dispone de datos suficientemente buenos para calcular con exactitud el número de víctimas mortales de China, pero si se hace la suposición conservadora de que tiene la tasa de letalidad más baja, del 0,11%, esto sugiere que han muerto alrededor de 1,23 millones de personas.

“Por supuesto, esto presupone que China dispone de recursos sanitarios como Corea del Sur y Nueva Zelanda”, dice.

El profesor Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Mundial de la Universidad de Ginebra, basa su estimación en las tasas de exceso de mortalidad –número de muertes por todas las causas que superan la media– de otros países que han superado sus principales primeras olas de COVID.

“Si tomamos Hong Kong, tenemos hoy en día un exceso de mortalidad... que ronda las 2.000 muertes por millón. Si trasladamos esa tasa a China, la cifra se sitúa ligeramente por debajo de los tres millones de muertes”, dice, y matiza que el sistema sanitario chino no está tan desarrollado como otros, incluido Hong Kong. “Si tomamos Brasil, la cifra se acerca a los 4.000 por millón, así que es el doble”, dice Flahault.

James Trauer, jefe de la unidad de modelos epidemiológicos de la Universidad de Monash, advierte del peligro de hacer estimaciones tan pronto, y señala que no está claro cómo ha podido llegar el CDC a la cifra del 80%, dados los problemas con la recopilación de datos.

El CDC afirma que los viajes por las vacaciones podrían propagar aún más el virus a corto plazo, pero que, dado que ya hay tantas personas que se han contagiado, “la posibilidad de un repunte epidémico a gran escala o de una segunda oleada epidémica en todo el país es muy pequeña”.

Trauer advierte del riesgo de pensar que una oleada de ómicron traiga consigo altos niveles de inmunidad de rebaño. “En Australia tuvimos una enorme primera oleada con B.A.1 el verano pasado, y luego la segunda oleada con B.A.2 vino inmediatamente después en un par de meses. No creo que deban dar por sentado que no tienen que preocuparse porque las cifras estén bajando”.

“Probablemente lo más importante desde la perspectiva china en este momento es gestionar mejor la epidemia y aumentar los recursos para tratar a las personas enfermas”, dice.