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COLUMNA NÓMADE

¿Quién le teme a John Wick?

Keanu Reeves en "John Wick 4"
24 de junio de 2023 00:01 h

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Mientras haya una clase baja, perteneceré a ella. Mientras quede un alma en la cárcel, yo no seré libre. Mientras existan los madballs, yo seré parte de ellos. ¿Qué son los madballs? En principio son unas pelotas de plástico que se hicieron en Estados Unidos como juguetes para los niños y que después pasaron a protagonizar historietas. De alguna manera son la prehistoria de todos los juguetes de la era de la ansiedad que ahora piden los chicos para mover las manos o apretar superficies. 

Los madballs eran esferas pequeñas -del tamaño de una pelota de tenis- que tenían una cara dantesca dibujada en su superficie. Es más, la cara era la pelota. Y mi amigo Santiago tiene un grupo de amigos de la escuela que se hacían llamar los amdballs, no porque fueran peligrosos, como Los Warriors, la genial película de Walter Hill, sino precisamente porque eran los disfuncionales, los que no servían, los que se autopercibían del montón. 

Cuando conocés al grupo de amigos de tu novia o de tu novio, o al grupo de amigos de tus amigas o amigos, se pone difícil ver si podés encajar. Te someten a un escaneo -o te rostizan- y después ven si te dan el carnet. Con los madballs fue amor a primera vista en la terraza de la casa de Santiago, en un asado. En la novela Cuna de gato de Kurt Vonnegut, la humanidad está organizada en equipos, equipos que se encargan de llevar a cabo la voluntad de Dios sin llegar a descubrir nunca lo que están haciendo. Bokonon (un profeta de la novela) llama karass a cada uno de esos equipos. Si descubrís que tu existencia se enreda con la de otra persona sin que existan motivos demasiados lógicos para eso, dice Bokonon, esa persona podría ser miembro de tu karass. Los madballs sin duda forman parte de mi karass y en uno de esos asados que compartimos, ellos hablaban de la película John Wick, de Keanu Reeves. No me acuerdo si bien o mal. Yo no la había visto. Pero mucho después la vi por la tele. Me gustó. Era la primera de la saga. Tenía arcos narrativos en los personajes, partía de la idea de venganza tan adictiva en las películas de Liam Neeson. 

En esa primera entrega, Wick está retirado y vive un luto por la muerte de su esposa, quien lo sacó del “negocio” que era ser sicario. Para Wick, el amor es más fuerte pero la mujer se muere de una enfermedad y él no se pone un Tinder sino que pasa las noches solitario, viendo videos de su mujer caminando por la playa y hablándole a la cámara que, suponemos, maneja John Wick. La mujer le dejó de regalo un perro, que es a la único ser que Wick adora. Bueno, unos tipos entran a la casa y le matan el perro. Mal hecho. Wick sale de la clandestinidad y hace un desastre hasta que logra vengarse de todo el mundo. John Wick 2 es mala. John Wick 3 es peor. John Wick 4 es el sumun de la estupidez humana. A diferencia de The last of Us, que primero fue un video juego y después se convirtió en una serie, John Wick empezó siendo una película de acción y terminó siendo un video juego. La película dura casi dos horas y media y hace poco leí que el director había hecho un corte de casi cuatro horas. 

¿De qué trata John Wick 4? De nada, como Seinfeld.  Un tipo -Wick- es perseguido por todo el mundo y él logra que un amigo, Wiston (interpretado por el gran Ian Mc Shane, que tiene un papel genial en la extraordinaria Sexi Beast) logre llegar a un acuerdo con los que lo quieren matar de este tipo: si Wick los mata a todos, queda libre. Y puede volver a ver videos de su esposa y comprarse un perro. 

Las películas de John Wick -como algunas religiones que prometen el paraíso, la reencarnación, fiestas con mujeres después de que te detonás con una bomba encima, todo en el cielo- no se toman en serio a la muerte. Acá, los enemigos de Wick mueren a granel como les pasa a los soldados blancos y sin rostro de Star Wars que caen como moscas y que parecen puestos ahí sólo para mostrar las bondades del sable jedi. A los veinte minutos de película ya murió casi todo el público de seis conciertos de Coldplay completos. Y Wick no para. Entonces se produce el efecto que puede pasar cuando mirás una película pornográfica y ya eyaculaste y todo se vuelve un plomo. O cuando -como decía Lacan- te desconectás de la fantasía que impulsaba el acto sexual que estabas teniendo y te das cuenta lo mecánico y repetitivo que puede ser el coito. Creo que no va a haber John Wick 5.

FC

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