Entre brindis y loas a la motosierra, Milei busca consolidar su relato triunfalista en el primer aniversario de su gestión
Esta noche, Javier Milei se plantará frente a la cámara desde su despacho en la Casa Rosada para conmemorar su primer año en el poder. Será, en realidad, un mensaje grabado, transmitido en cadena nacional. Un monólogo ensayado, afilado y cargado de diatribas contra “la casta”, cuidadosamente calibrado por su asesor estrella Santiago Caputo, con quien parmaneció este martes durante varias horas en su despacho. “TENEMOS DISCURSO SANTIAGO”, escribió el Presidente en su cuenta de X, acompañado de una foto junto a uno de los vértices de su “triángulo de hierro”.
Milei grabó el discurso a las 17.30. Más tarde, el brindis con su gabinete será casi un reality: la ceremonia contará con la presencia de aquellos que lograron sobrevivir a una dinámica endiablada, que terminó por deborarse a figuras que parecían intocables como la excanciller Diana Mondino o el exjefe de Gabinete, Nicolás Posse. Un modelo de gestión centrífugo, que ya cuenta con más de 50 funcionarios echados solo en los primeros 365 días de gobierno.
Desde el Ejecutivo ya adelantan los temas centrales de la exposición que dará el Presidente que será transmitida a las 21: inflación en descenso, equilibrio fiscal, y un diciembre calmo como prueba de su “éxito”. Milei y Caputo tienen un objetivo claro: consolidar el relato de éxito y reforzar su identidad política, subidos a una popularidad que, según varios sondeos, coloca al líder de La Libertad Avanza en el punto más alto desde su llegada a Balcarce 50.
La ocasión tampoco es menor: a un año de asumir con promesas de refundar la Argentina, el Presidente enfrentará el desafío de convencer a millones de argentinos de que su apuesta a la motosierra dio más soluciones que problemas. Por eso, no perderá oportunidad de mostrar su medalla al mérito con la desaceleración de los precios, su principal bandera en un océano de números en rojo.
Es que la agenda del oficialismo parece estar diseñada más para alimentar las expectativas que para dar respuestas a los problemas concretos. En el último año, el consumo y la actividad económica se hundieron, pero, en su relato, eso es el precio necesario para alcanzar “la libertad”. La pobreza, que cerró el último semestre en niveles alarmantes, será ignorada o maquillada con tecnicismos. Las desigualdades, evidentes con solo salir a la calle, quedarán relegadas al olvido en una narrativa de “crecimiento futuro”. Habrá optimismo a borbotones: Milei hablará de “tiempos prósperos, felices y libres”, aunque los que siguen ajustándose el cinturón quizás tengan otra opinión. ¿Se atreverá a mencionar la lluvia de dólares que espera del FMI, ahora con el guiño de Trump?
El Presidente también hablará de un país “en calma”, algo que en su entorno describen como un triunfo en sí mismo. “No creemos que se repitan los desbordes sociales de otros tiempos”, confiaron a elDiarioAR sus colaboradores, que alardean haber reforzado la asistencia directa a partir de terminar con los intermediarios políticos. Lo que no dicen es que esta placidez no es producto de un bienestar real, sino de una estrategia de desmantelamiento de las organizaciones sociales y pactos con el sindicalismo tradicional.
Laureles y promesas
Este mediodía, Milei tuvo la ocasión perfecta para adelantar varios puntos de su discurso nocturno. Acompañado por su ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, el mandatario hizo su entrada triunfal al restaurante central de la Sociedad Rural Argentina (SRA), donde lo esperaba un auditorio de más de 400 dirigentes agropecuarios. Subió al atril y, entre aplausos y brindis anticipados, reiteró su compromiso de eliminar las retenciones y el cepo cambiario, aunque con una salvedad que ya empieza a ser habitual en su discurso: “siempre y cuando la economía crezca en 2025”.
Con la motosierra simbólica como telón de fondo, prometió que “la reducción del gasto público y el aumento de ingresos permanentes” permitirán transformar sus anuncios en realidad. “No tengan dudas: uno de los impuestos que vamos a atacar son las retenciones”, insistió, como quien vende futuro en cuotas.
“Lo peor que podemos hacer ahora es dormirnos en los laureles. Más motosierra, más libertad, más Argentina”, arengó. Y recordó que en su primer acto como Presidente en La Rural, allá por el mes de julio, anunció la eliminación de las retenciones a la leche y la carne porcina, y redujo las aplicadas a otras categorías. “Cumplimos”, enfatizó, aunque sin mencionar que el impacto de estas medidas no fue suficiente para revertir el descontento de los productores.
PL/MG
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