A tres años del ataque

Empiezan los alegatos de las defensas en el juicio por el intento de asesinato a CFK, lo último antes de la sentencia

elDiarioAR

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A tres años del intento de magnicidio que sacudió a la política argentina, el juicio por el ataque a Cristina Fernández de Kirchner ingresó en su etapa definitiva. Este miércoles a las 9 de la mañana empiezan los alegatos de las defensas, la última instancia antes del dictado de la sentencia por parte del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°6. Es el cierre de un proceso que mantuvo en vilo a la opinión pública desde el 1° de septiembre de 2022, cuando el arma de Fernando Sabag Montiel no se disparó a centímetros del rostro de la entonces vicepresidenta.

El juicio está en su recta final. Tras la exposición de la fiscal Gabriela Baigún de hace dos semanas, y los pedidos de pena de la querella, hoy es el turno de las defensas de Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo. Se trata de la etapa que antecede directamente al veredicto: los jueces analizarán las posiciones de las partes y emitirán una sentencia que, según fuentes judiciales, podría conocerse en octubre. Los fundamentos se presentarían un mes después.

Durante la audiencia, que se desarrolla desde las 9 de la mañana, está prohibida la obtención de imágenes, grabaciones o filmaciones. Los posicionamientos de las defensas serán claves para el tribunal, que definirá la responsabilidad penal de los acusados en el intento de asesinato más grave contra una figura institucional desde el regreso de la democracia.

La fiscalía pidió 15 años de prisión para Fernando Sabag Montiel, 14 para Brenda Uliarte y la absolución de Nicolás Carrizo. La querella que representa a la expresidenta coincidió en solicitar la absolución para Carrizo, aunque durante la instrucción había sido considerado uno de los principales acusados. Sabag Montiel fue quien accionó el gatillo del arma Bersa calibre .32, que no se disparó por una falla mecánica. Uliarte, su pareja, lo acompañó ese día y lo había hecho también en vigilias previas.

El caso llegó a juicio bajo la carátula de tentativa de homicidio doblemente agravado. Se trató de un hecho que provocó un repudio generalizado, conmoción social e interrogantes sobre el grado de organización de los atacantes. A pesar de las solicitudes para ampliar la investigación hacia posibles conexiones políticas, por ahora no se han establecido vínculos con estructuras partidarias o actores institucionales.

En ese marco, la situación de Carrizo dio un giro decisivo la semana pasada. Alias “el jefe de los copitos”, pasó dos años y once meses detenido, acusado por sus mensajes en redes sociales posteriores al atentado. En uno de ellos decía: “Recién intentamos matar a Cristina”. Su defensa sostuvo desde el inicio que se trató de una broma privada, dirigida a amigos kirchneristas, que fue sacada de contexto.

Esa joda me salió carísima”, dijo Carrizo en una entrevista con el programa de Sergio Farella, en Radio Con Vos. El joven fue liberado luego de que tanto la fiscalía como la querella pidieran su absolución. “Desde el primer día sostuve que Carrizo no tuvo absolutamente ninguna participación en el atentado, ni en la planificación ni en el suministro de un arma”, explicó su abogado, Gastón Marano.

Durante su detención en el penal de Marcos Paz, Carrizo estuvo bajo custodia especial. “Te desnudan, te filman, te revisan todo. Después te gritan: ‘Eh, copito, ¿quisiste matar a Cristina?’”, relató. Dijo haber sido hostigado por un celador y afirmó que vivió con miedo por su vida durante toda su estadía en prisión. “El encierro te afecta psicológicamente. No necesitás estar en población para que te haga mal.”

La relación con los otros acusados fue ocasional y comercial, según su testimonio. “A Uliarte la conocí porque cayó a una fiesta en mi casa. A Sabag, igual. Después vinieron con la excusa de un saco perdido. Ahí empezaron a vender copitos y yo les vendía la materia prima. Nada más.” Consultado sobre si alguna vez le comentaron un plan para atacar a Cristina Fernández de Kirchner, fue tajante: “Jamás. Me enteré por la tele.”

En su reconstrucción del vínculo entre Sabag Montiel y Uliarte, Carrizo sugirió una dinámica enfermiza: “Él quería demostrarle que era valiente. Ella lo humillaba. Le decía que no era como El Presto. Yo creo que él quiso hacerse famoso para impresionarla.” A pesar de haber compartido algunas actividades, aseguró que no mantenía una relación cercana con ellos.

Incluso durante el juicio, Sabag Montiel lo acusó de haberlo “entregado”. “Un personaje. Está completamente desconectado de la realidad”, dijo Carrizo. Agregó que, en uno de los cruces en la sala, Sabag lo acusó de ser “un pagado por Cristina”. Las tensiones entre los acusados reflejan un entramado de relaciones frágiles y versiones contradictorias.

Sobre el final de la entrevista radial, Carrizo expresó arrepentimiento. “Si Cristina leyó mis mensajes, me da vergüenza. No pienso eso que dije. Pero si la ofendí, le pido disculpas. De verdad.” Reconoció que fue un intento de provocar a su entorno, sin medir las consecuencias. “Se hizo un quilombo. Algunos mensajes se malinterpretaron. Me arrastraron. Me arrepiento.”

Liberado pero aún expuesto al fallo judicial, Carrizo dijo que camina por la calle “con un ángel al lado”. Aunque espera con esperanza el veredicto, no logra dejar atrás el encierro. “Quisiera caminar tranquilo, pero no puedo. Estoy siempre atento. Es como si no pudiera salir del todo de la cárcel.”

El juicio por el intento de magnicidio avanza hacia su desenlace. Tras los alegatos de las defensas, el tribunal deberá resolver si condena a Sabag Montiel y Uliarte con las penas solicitadas o si adopta otra calificación. También deberá decidir si confirma la absolución de Carrizo y si ordena nuevas medidas, como investigar irregularidades en la instrucción o posibles vínculos políticos aún no esclarecidos.

Con los alegatos en marcha y el proceso en su instancia final, el juicio entra en sus últimos capítulos. La sentencia será un pronunciamiento clave sobre un hecho que dejó una marca profunda en la democracia argentina.

JJD