EL INTENTO DE HOMICIDIO DE LA VICEPRESIDENTA

El “jefe de la banda de los copitos” dijo que manejaba un grupo de WhatsApp “con 90 personas” y que se juntarían tras el atentado

El cuarto detenido por el intento de homicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es la pieza que puede conducir a los investigadores del caso hacia un nivel más elaborado del plan para asesinar a la expresidenta y a otros posibles cómplices, según confió a elDiarioAR una fuente directa de la causa. Gabriel Nicolás Carrizo, “jefe de la banda de los copitos”, maneja un grupo de la aplicación Whatsapp al que hizo referencia en un chat con una amiga horas después del atentado a la vicepresidenta, según pudo corroborar este medio. 

“Tengo un grupo de 90 personas nos estamos juntando todos ahora pars (sic) ver como solucionar este problema”, “estamos decididos a matarla”, dijo a su contacto la madrugada del 2 de septiembre, tras detallarle que le había dado un arma a Sabag Montiel para el intento de homicidio, que había salido mal, que no entendía por qué y que su cómplice se había adelantado una semana al plan.

El teléfono de quien se presentó en la Justicia como “el jefe” de la banda de los copitos, un grupo de al menos cinco vendedores ambulantes de algodones de azúcar, todavía está siendo analizado por los peritos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y resta establecer si este grupo de Whatsapp tiene relación con el caso.

El lunes posterior a la detención de Uliarte, Carrizo convenció a sus colegas vendedores de presentarse espontáneamente ante la jueza Capuchetti para declarar como testigos y mostrarse a disposición de la Justicia y antes, de aparecer en la televisión despegándose de Sabar Montiel. 

A través de sus testimonios, buscaron despegarse de Uliarte; aportaron información sobre la mujer y sobre Sabag Montiel para ubicarlos como responsables únicos del atentado; y cuando el fiscal Carlos Rívolo les preguntó si aportarían sus teléfonos celulares y claves de acceso, accedieron. Por alguna razón, Carrizo no había borrado contenido clave de las conversaciones mantenidas después del atentado y por las cuales quedaría detenido la semana última. 

Este viernes, Carrizo dijo durante su indagatoria que creó un grupo de Whatsapp llamados “Girosos” con decenas de personas para organizar fiestas y salidas, “para salir de joda”, lo parafraseó su abogado, Gastón Marano, ante la consulta de elDiarioAR. De hecho, contó que conoció a Uliarte y Sabag Montiel en una de esas fiestas organizadas por él mismo hace unos tres meses, agregó su defensor. 

¿Cuál es el verdadero fin de ese grupo con decenas de personas y esas fiestas organizadas por Carrizo? Antes de la indagatoria, el abogado Marano, también asesor de la Comisión Bicameral Permanente de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia por recomendación del senador Ignacio Torres (Juntos por Chubut), le recomendó a Carrizo que no declarara, pero el acusado insistió y dijo a su defensor que quería hablar, por lo que sólo respondió preguntas de la defensa.

Carrizo dijo que los chats transcriptos a continuación en este artículo habían sido “una broma de mal gusto”, negó su participación en el atentado, se mostró “asustado” cuando le mostraron la Bersa calibre 32 que utilizó Sabag Montiel para el hecho y dijo que nunca había tenido armas. También negó participar en política.

Los chats

En los mensajes extraídos de su teléfono, “el jefe de los copitos” mantuvo al menos dos conversaciones con una amiga. La primera fue en la madrugada del 2 de septiembre, unas cuatro horas después de que Sabag Montiel intentara asesinar a la vicepresidenta, y en la que se refiere a su participaron en la planificación del atentado y hace especial referencia a ese grupo de Whatsapp. Esta es la transcripción textual a la que accedió elDiarioAR, sin correcciones ortográficas ni de puntuación:

Carrizo: mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional andrea las elecciones la van a volver a ganar ellos estuvo muy cercaaa fallo el arma no lo entiendo andabs bien (sic).

Amiga: hay gaby cón quien estas (sic). 

Carrizo: es largo de explicar pero tengo un grupo de 90 personas nos estamos juntando todos ahora pars (sic) ver como solucionar este problema.

Minutos antes, Carrizo le había dicho a su amiga: “Es arma es mía Entendes (sic). Estaba preocupado. Creía que Sabag Montiel había usado un arma calibre 22 que el propio Carrizo le había dado para cometer el hecho. Su amiga buscó tranquilizarlo: ”No está a tu nombre gaby“. ”No pero aparecen mis huellas“, le respondió Carrizo. 

Su amiga le dijo que las huellas no quedaban en el arma y le sugirió “no te comas la cabeza”. “Tiene la huella del otro chabon” (sic), le dijo su amiga. 

Fue entonces cuando Carrizo le contó: “Esto estaba planificado para dentro de una semana”, “hizo todo mal”, “es un pelotudo”. 

“Bueno venite cuando puedas”, “no te comas la cabeza con lo que dicen”, trató de tranquilizarlo su amiga, a lo que Carrizó retrucó: “Pensamos ponerle frente a esto”, “estamos decididos a matarla a puta esa” (sic). Su amiga le pidió que pensara en su hermano, pero Carrizo seguía con la misma idea: “Cristina tiene miedo, salio (sic) mal pero tiene miedo”. 

Casi antes de las 8.30 de la mañana del viernes 2 de septiembre, unas seis horas después de esa primera conversación, Carrizo y su amiga volvieron a comunicarse. Entonces, ya se había dado la noticia de que el arma secuestrada en el lugar del hecho durante la detención de Sabag Montiel era una pistola semiautomática Bersa calibre 32. 

Carrizo: “Mira nose (sic) si es una buena noticia pero el arma con la que intento ponerla no es la mía, yo le di un 22 corto.. recién hablé con la novia y la tiene ella así que mañana la vamos a ocultar y vamos a ir a crónica a hablar”, en referencia al canal Crónica TV, donde habían ido durante la madrugada, sin éxito, porque el personal de canal no les permitió la entrada debido al horario. 

Ante la jueza y el fiscal del caso, Carrizo dijo que sus comentarios en ese chat fueron una broma y que el arma calibre 22 no existe. Esa noche, Carrizo había intentado hablar con Uliarte insistentemente, según una fuente de la causa, y recién logró comunicarse alrededor de las 5 de la mañana.

¿Quiénes irían a la televisión al día siguiente del atentado? “Todo el grupo de trabajo”, “por que (sic) estoy recibiendo amenazas”, “todos los del grupo estamos amenazados”, “si me quieren matar” “y los periodistas me quieren entrevistar”, le dijo Carrizo a su amiga esa mañana. La mujer le respondió: “Quien gaby” (sic), “y yo q vos ago (sic) las entrevistas”, “y explicas que te amenazan”.

Ese viernes por la noche, Carrizo, Uliarte y otros cuatro hombres que se presentaron como vendedores de algodones de azúcar dieron una entrevista en Telefé Noticias despegándose de Sabag Montiel, quien estaba detenido por el intento de homicidio.

ED