Manuel Adorni llegó al debate legislativo porteño con el aura de ser más que un candidato: es la voz del Presidente. En su rol como vocero del Gobierno nacional, su palabra tiene peso institucional y su presencia mediática es diaria. Pero en el escenario de 17 atriles de candidatos porteños, el funcionario nacional eligió reivindicar su pertenencia total al modelo nacional de Javier Milei, disparó contra la izquierda, ridiculizó al kirchnerismo y se mostró abierto a una alianza táctica con el echado Ramiro Marra.
—“Que un zurdo me llame ñoqui es un mimo al alma. Se los recomiendo como práctica, hace muy bien”, fue su primera frase, en respuesta a una chicana previa del candidato Luca Bonfante, de una expresión de la izquierda. La frase marcó el tono que seguiría toda su intervención: provocador, sin concesiones y apuntando al corazón del electorado libertario.
Afirmó que la Ciudad de Buenos Aires, si bien “está mejor que hace 17 años”, “se estancó” por culpa de un Estado sobredimensionado. Señaló como símbolo de ese derroche al Canal de la Ciudad, que definió como “un gasto inútil” de $4.500 millones anuales.
—“Fue una promesa de campaña de Mauricio Macri cerrarlo en 2007. Hoy tiene un millón de dólares más de presupuesto que entonces”, denunció.
Para Adorni, la solución es clara y única: llevar el modelo de Milei a la Ciudad.
—“Si seguimos así, más tarde o más temprano el kirchnerismo va a volver. Y la única manera de frenar eso es aplicar el modelo de Milei en todos los rincones del país”, afirmó.
El respaldo mutuo con Marra
En el turno de preguntas, Ramiro Marra —ex candidato a jefe de Gobierno de La Libertad Avanza y actual aspirante por la Ucedé— le propuso sellar una alianza explícita para impedir el regreso del kirchnerismo al poder en la Ciudad.
—“¿Estás dispuesto a que nos unamos para terminar con el kirchnerismo?”, preguntó Marra. Adorni no dudó:
—“Todo lo que vaya en línea con nuestras ideas, lo vamos a apoyar. Somos la única alternativa para ganarle al kirchnerismo. Lo demostramos este año y cinco meses de gestión”.
El gesto de unidad selló de forma implícita una reconciliación tras la interna feroz que desplazó a Marra de La Libertad Avanza a instancias de Karina Milei. En el escenario, ambos funcionaron como un frente libertario unificado.
El cruce más tenso: Santoro vs. Adorni
Pero el momento más áspero del bloque fue el cruce con Leandro Santoro, candidato de Unión por la Patria, que lo interpeló sobre un desarrollo inmobiliario irregular en tierras públicas (el Paseo Gigena), en el que estarían involucrados funcionarios nacionales del Gobierno de Milei, como el presidente del Banco Central y el ministro de Economía.
Adorni no respondió sobre el emprendimiento. En cambio, devolvió el golpe con una ráfaga de acusaciones personales y políticas.
—“Es extraño que vos hables de negocios cuando eras compañero de guitarra de Alberto”, lanzó.
—“Mientras vos tocabas esa guitarrita muy divertida, nosotros estábamos fundiéndonos, encerrados, viendo cómo nuestros abuelos morían, cómo mis hijos no podían educarse. Vacunatorio VIP. Destrucción de la economía. Eso nos dejaron el 10 de diciembre”, enumeró, sin alterar el tono.
Y cerró el cruce con una definición que fue, a la vez, afirmación ideológica y desafío político:
—“Sí, yo soy Milei. Adorni es Milei. Porque a mí no me avergüenza la gente con la que trabajo. Vos sos solo Santoro porque te avergonzás de todos los equipos a los que perteneciste”.
El tercero en preguntarle fue Ricardo Caruso Lombardi, quien lo increpó por no reclamar desde la Nación los US$6.000 millones de la coparticipación que le corresponden a la Ciudad. Adorni, que había agotado su tiempo en el cruce con Santoro, no llegó a contestar. La omisión fue notoria, sobre todo porque la relación entre el Gobierno nacional y el distrito porteño es uno de los ejes de tensión más visibles del actual escenario político.
JJD