Las niñas y adolescentes de Argentina dedican al trabajo doméstico el doble de tiempo que los varones

Las niñas y adolescentes de Argentina dedican el doble de tiempo que los varones de su misma edad al trabajo no remunerado y las tareas de cuidado. Los datos surgen de un estudio difundido por Unicef esta semana y muestra que, a pesar de los avances, la disparidad de género –estas tareas les quitan a las mujeres tiempo para estudiar o divertirse– se arrastra desde pequeñas.
“Desde muy pequeñas, muchas niñas y adolescentes de los hogares más vulnerables ya asumen de forma desproporcionada responsabilidades domésticas y de cuidado en el hogar que limitan su derecho a estudiar, jugar y desarrollarse plenamente”, advirtió Roberto Benes, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe.

El estudio fue realizado en Argentina, Chile, Colombia, México y Uruguay y mostró que si se suma todo el tiempo que las dedican a tareas de cuidado, en promedio, cuentan con siete horas menos que los varones para realizar actividades acordes a su edad. Es decir que, mientras podrían estar jugando o estudiando, las niñas deben ocuparse de cuidar de otras personas –hermanos menores, abuelos– o realizar trabajos domésticos.
Pero esta brecha, señala el estudio, es mucho mayor en los niveles sociales más bajos, donde ese tiempo se duplica y llega casi a 14 horas semanales más que los varones.
Para el estudio, en el país fueron entrevistadas 866 adolescentes de entre 14 y 18 años. A partir de esos datos, se puedo determinar que ellas dedicaban 42 minutos diarios a las tareas de cuidado, 2:10 horas a trabajo no remunerado y 1:28 a tareas domésticas. En todos los casos, es el doble del tiempo de los varones. En contraposición, los varones dedican casi media hora más a esparcimiento.
Pero a pesar de tener más tareas, las niñas y adolescentes dedican más tiempo que los niños a estudiar.

María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, señala que “los cuidados no remunerados constituyen una de las principales barreras para la igualdad de género. La desigual distribución del trabajo de cuidados que impacta incluso en las niñas es un reflejo de estructuras sociales que siguen asignando estas tareas según el género. Para cambiar esta realidad, necesitamos políticas públicas que redistribuyan el cuidado desde el Estado, garanticen tiempo propio para las niñas y adolescentes y promuevan una transformación cultural. Asegurar condiciones de cuidado justas desde la infancia es sembrar las bases para que niñas y adolescentes construyan un futuro con más libertad, igualdad y oportunidades”.
El estudio –Uso del tiempo entre los y las adolescentes en América Latina– tambien pudo mostrar las diferencias que existen de acuerdo al nivel socioeconómico y señala que en Argentina –lo mismo que en Uruguay– “los niños y las niñas de grupos socioeconómicos de alto poder adquisitivo muestran una tendencia a exhibir comportamientos similares. Sin embargo, en los grupos socioeconómicos de bajo poder adquisitivo, las niñas destinan una mayor cantidad de tiempo al trabajo no remunerado que los niños. Entre los niños prácticamente no se registran diferencias entre grupos socioeconómicos”.

En otro tramo indica que “el tiempo que niñas y niños dedican al cuidado está asociado a diversos factores, entre ellos la presencia de menores de cinco años en el hogar, la falta de servicios de cuidado infantil y el comportamiento de sus propios padres, lo que perpetúa patrones intergeneracionales de desigualdad”.
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