Votó el 57,6% del padrón

Sorpresa en Misiones: Rovira ganó con lo justo y cerca de Milei denunciaron manipulación del escrutinio

8 de junio de 2025 22:07 h

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El Frente Renovador de la Concordia volvió a ganar en Misiones, pero no como siempre. Con el 98% de las mesas escrutadas, el espacio que conduce el exgobernador Carlos Rovira se imponía en las elecciones legislativas provinciales con apenas el 28,6% de los votos: el porcentaje más bajo desde que la Renovación gobierna la provincia, hace más de dos décadas. Por primera vez desde el 2013, el oficialismo logró mantener el control de la Legislatura sin arrasar —retuvo 6 de las 11 bancas que puso en juego. Y lo hizo en un escenario marcado por dos factores clave: la baja participación y la fragmentación opositora.

En segundo lugar, con el 21,8%, quedó La Libertad Avanza, con el extenista Diego Hartfield a la cabeza, seguido muy de cerca por la verdadera sorpresa de la noche: el 19,1% alcanzado por el partido Por la Vida y los Valores, cuya lista lideró Ramón Amarilla, el suboficial retirado que fue referente de la protesta policial de mayo de 2024, preso en el penal de Cerro Azul desde septiembre del año pasado acusado de “sedición”. Cuarto, con un digno 8,8%, se ubicó el Partido Agrario y Social (PAyS) del dirigente Héctor “Cacho” Bárbaro.

Por su parte, Unidos por el Futuro, el frente de retazos del PRO y la UCR que llevó como candidato a Santiago Koch, quedó relegado con un 5,9%, superado por Martín Arjol, el “radical peluca” que compitió con el sello del Partido Libertario, alcanzó un 8,3%. En tanto, Mónica Gurina, referente sindical docente y cabeza del frente Confluencia Popular por la Patria, quedó séptima, con el 2,4%. Esa dispersión del voto opositor fue funcional al esquema rovirista, que resistió el avance libertario sin mostrar músculo, pero con eficacia quirúrgica.

Además, la participación fue apenas del 57,6% de un padrón de más de un millón de personas, un porcentaje calcado del que se registró en las elecciones provinciales de 2021, cuando Misiones fue la primera provincia en ir a las urnas después de la pandemia de Covid-19. Esta vez, sin embargo, en algunos municipios, como San Pedro, el ausentismo fue aún mayor, con apenas el 51% de participación. Zonas afectadas por la desregulación del sector yerbatero —una de las consecuencias del ajuste libertario— mostraron desinterés o rechazo al sistema.

Pero la jornada electoral no solo estuvo marcada por la apatía: también fue atravesada por denuncias de la oposición y una sospechosa lentitud en el escrutinio. El conteo oficial quedó paralizado por más de dos horas con apenas el 45% de las mesas cargadas, lo que desató una ola de críticas de los candidatos opositores, sobre todo libertarios y radicales. “Qué turbio esto”, deslizó un alto funcionario del gobierno nacional ante elDiarioAR, cuando pasaban los minutos y la web del Centro de Cómputos no se actualizaba. El resultado final se conoció recién pasada la medianoche.

577 días después

Pasadas las 22.30, cuando la carga de datos volvió a moverse, en el búnker de la Renovación —la llamada Casa del Militante, en Félix de Azara casi Entre Ríos— comenzó a tomar forma un festejo medido. Fue entonces cuando Rovira rompió un silencio que llevaba 577 días: rodeado de su tropa, agradeció el respaldo de la militancia y reivindicó el rumbo del proyecto renovador. La última vez que había hablado en público había sido el 9 de noviembre de 2023, en el acto de cierre de campaña con Sergio Massa en Misiones, antes del balottage presidencial. Esta vez no hubo euforia. Solo un mensaje sereno, para marcar la línea de continuidad.

Rovira agradeció al electorado por el respaldo: “Vayan mis saludos y mi agradecimiento a todo el pueblo de la provincia que ha dado una gesta, como siempre, contundente de la democracia”, expresó el mandamás provincial, escoltado por el gobernador Hugo Passalacqua. Además, destacó la amplitud ideológica y generacional de la nueva conformación de su espacio, al resaltar el protagonismo juvenil y la diversidad interna: “Hoy se consagró la Renovación Neo y Blend, con jóvenes de pensamiento liberal, peronista, radical e independiente. Esto no se ve en ningún otro lugar del país”, afirmó.

Durante su breve discurso, Rovira habló del proyecto político provincial como una experiencia única en Argentina, al que definió como “una mezcla mística de arraigambre y determinación”, y reafirmó el compromiso del espacio con la continuidad y la representación plural. “La Renovación sigue levantando las banderas de antes, de ahora y del futuro, con fuerza, juventud y compromiso con lo que falta”, cerró.

Mientras tanto, a escasos 150 metros de allí, en el hotel Julio César, donde funcionó el búnker de La Libertad Avanza, se retorcían de la indignación. El evento no contó con representantes del Gobierno nacional, pero sí mensajes de denuncia. Diego Hartfield publicó en su cuenta de X: “Las planillas que vimos nos dan muy competitivos en todas las ciudades grandes”, y reclamó la publicación de los datos completos. Adrián Núñez, presidente del partido en la provincia, fue aún más tajante: “El resultado no está cerrado y vamos hacia una definición que va a marcar un giro histórico en la provincia”.

Divide y reinarás

Un episodio ilustró de la mejor manera la capacidad del aparato rovirista para moldear la política misionera a su antojo: el intento de excluir a las fuerzas de seguridad del padrón electoral. La decisión del Tribunal Electoral —que en Misiones no actúa sin el aval de Rovira— se amparó en una cláusula de 1958 y apuntaba directamente a Ramón Amarilla, cuya base de apoyo se concentra en sectores uniformados. La maniobra fue denunciada como una proscripción encubierta. Pero días después, el propio gobierno provincial la desactivó: a instancias del gobernador Passalacqua, el procurador Carlos Giménez impulsó una salida política que el Superior Tribunal de Justicia terminó oficializando. El sistema se cerró y se abrió a la vez: bloqueó, habilitó, ordenó y dividió. El resultado, a la vista.

El caso Amarilla fue decisivo. No solo porque logró una banca desde la cárcel, sino porque su candidatura partió el voto “anti-renovador” que podría haberse concentrado en La Libertad Avanza. Además, su sello Por la Vida y los Valores, que lo llevó como cabeza de lista, estuvo atravesado por sospechas: la segunda en la boleta, Rita Flores, fue acusada durante la campaña de ser una “infiltrada” de la Renovación. Sin ir más lejos, el propio Amarilla llegó a desconocerla públicamente durante una entrevista, al igual que hizo con Walter Ríos, otro de los candidatos de su espacio, ahora también, al igual que Flores, legislador electo.

Con el diario del lunes, la estrategia rovirista de mimetización con el discurso de Milei —lo que dieron en llamar “blend”, en referencia a una supuesta mixtura ideológica— y la inclusión de candidatos afines a “las ideas de la libertad” dentro de la propia boleta oficialista, parece haber tenido un efecto relativo. La verdadera clave estuvo en dividir el voto opositor. El giro “libertario” fue solo un complemento.

Por otro lado, la elección de este domingo también dejó claro que el salto entre el fenómeno Milei y la construcción territorial no es automático. Misiones fue una de las provincias donde el Presidente arrasó en el balotaje de 2023 —sacó 56% de los votos—, pero esa energía no se transformó en estructura. Hartfield encabezó la única boleta libertaria con aval de la Casa Rosada, pero quedó atrapados en la lógica rovirista: un ecosistema que integra, disuelve o margina según convenga.

El Frente Renovador de la Concordia pasó la prueba. Pero no cómodamente. Y esa diferencia simbólica puede ser el dato político más relevante de la jornada. Porque la hegemonía sigue firme, pero dejó de ser automática. Resta saber si los cinco legisladores de La Libertad Avanza que ingresarán al recinto en diciembre ejercerán como oposición real o si terminarán absorbidos por la lógica integradora del oficialismo, que hasta ahora ha sabido digerir todo lo que le disputó poder. Rovira volvió a ganar, pero esta vez con un dato nuevo: ya no gana sin ruido.

PL/MC