Argentina cara y salarios en deuda: virtudes y defectos de la apreciación cambiaria

La economía argentina transita un sendero conocido, aunque hoy más estrecho: el Gobierno aprovecha las ventajas de la apreciación cambiaria, pero el esquema enfrenta crecientes tensiones. Este modelo permitió una mejora notable en el poder adquisitivo medido en dólares. Tras muchos años, una parte de la población volvió a acceder a bienes importados y a viajar al exterior a precios similares —o incluso más bajos— que los locales. Sin embargo, estos beneficios conviven con una economía interna que, pese a una inflación sustancialmente menor, sigue siendo costosa tanto para los extranjeros como para los propios argentinos.
Esta aparente contradicción remite a una discusión macroeconómica clave: cómo gestionar un proceso de estabilización basado en la apreciación del tipo de cambio, que si bien contribuyó a mejorar los ingresos, aún está lejos de devolverlos a los niveles de años anteriores.
Los salarios reales se recuperaron pero con límites
Desde una perspectiva de largo plazo, los salarios reales del sector privado registrado comenzaron a recuperarse significativamente desde el piso alcanzado a principios de 2024. Esta mejora permitió superar en un 2,5% los niveles de noviembre de 2023. Este fenómeno refleja el efecto de la desinflación en una economía con alta indexación: al ajustarse los salarios nominales por la inflación pasada y desacelerarse mes a mes los precios, se genera una mejora en el poder adquisitivo. En nuestra lectura, esta fue la principal herramienta del Gobierno tanto para recomponer ingresos como para reducir los niveles de pobreza.
No obstante, dado que esta recuperación se basó centralmente en la desinflación, ya alcanzados niveles más reducidos de inflación (como los actuales), el efecto tiende a debilitarse. La aceleración de los precios en marzo y abril complicó aún más el panorama. Así, el gobierno muestra crecientes dificultades para mostrar una buena performance salarial desde fines de 2024 y, en los últimos meses, mostró resultados negativos. En este marco, hace meses que el poder adquisitivo no crece y si bien la recuperación fue importante desde el piso de inicios de 2024, está lejos de ser récord: aún nos encontramos 10% por debajo del nivel de 2017.
Turismo récord y alta demanda de importaciones
En segundo lugar, dos rubros del balance de pagos que se relacionan con el poder de compra de los argentinos registran niveles muy elevados y presionan sobre el resultado del sector externo. El turismo emisivo y las importaciones se ubican en niveles que históricamente fueron la antesala de crisis en el sector externo. Las importaciones de bienes se encuentran un 5% por encima de los niveles máximos de 2017-18, mientras que el turismo emisivo, un 10%.

¿Pueden compatibilizarse una elevada demanda de dólares con estos salarios reales? Sí. La explicación está en la dinámica del tipo de cambio real que media la relación entre los ingresos y la demanda externa, es decir, entre el salario real y el salario en dólares.
El tipo de cambio real mide cuán barata o cara está la economía respecto al resto del mundo. Argentina hoy está cara en términos históricos. El tipo de cambio real está cerca de los niveles de fines de los 90s. Esto implica que, a costa de una menor competitividad internacional, y a pesar de los niveles del salario real en pesos, los salarios altos en dólares incentivan la compra de bienes importados y el turismo internacional, al encarecer los ingresos de los argentinos en relación con el exterior.

El nudo del programa económico actual: la Argentina cara
El programa económico actual, al utilizar el tipo de cambio como ancla, desvincula la evolución del salario en dólares con el salario real. Dado que este proceso está forzado, es decir, es sostenido a pesar de las presiones del mercado y de la creciente falta de dólares, esta divergencia es especialmente relevante. Actualmente, si bien el salario real está lejos de recuperar los niveles de 2015 o 2017, el salario en dólares ya es alto en términos históricos y dificulta el equilibrio externo. Actualmente nos encontramos en niveles de salarios en dólares similares a los de 2017 pero en niveles reales 10% abajo. Es decir, el programa económico lleva a los salarios en dólares elevados, como consecuencia del ancla cambiaria pero este esfuerzo macroeconómico no se traduce en una recuperación de igual intensidad en el poder adquisitivo. La política cambiaria y el tipo de estabilización llevada a adelante están en el centro de la escena.
Salarios altos en dólares, viajes al exterior récord conviven con una economía cara, salarios en deuda y pobreza en niveles aún elevados. Paradojas de una Argentina cara.
Los autores son directores de C-P Consultora.
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