El miércoles 6 de agosto, Javier Milei encabezará en la provincia de Buenos Aires una foto clave para el oficialismo. Será el relanzamiento formal de la campaña legislativa en el principal distrito electoral del país y el intento de consolidar una nueva etapa tras el traumático cierre de listas. A su alrededor estarán los ocho candidatos seccionales de La Libertad Avanza, con quienes buscará proyectar poder político y ordenar el frente libertario bonaerense, todavía atravesado por internas. La postal marcará también el retorno de Santiago Caputo a la mesa de estrategia de campaña, luego de haber quedado completamente afuera del armado y en medio de un proceso de descomposición de su agrupación, Las Fuerzas del Cielo.
La imagen que protagonizará el Presidente no tendrá solo valor simbólico. Se trata de un gesto político orientado a reafirmar su centralidad en el proceso electoral, a un mes de las legislativas provinciales del 7 de septiembre y con vistas al tramo final rumbo a las elecciones nacionales de octubre. Aunque se trata de una disputa local por la Legislatura bonaerense, en el oficialismo resolvieron nacionalizar la campaña desde el primer momento. La orden, consensuada entre Karina Milei, Sebastián Pareja y el propio Caputo, es apelar a la misma fórmula de confrontación con la que se construyó el liderazgo presidencial: polarizar con el kirchnerismo, apuntar contra Axel Kicillof como figura provincial de la oposición y reducir el mapa político a un binomio que repita el eslogan “Kirchnerismo o Libertad”.
La organización del evento, cuya locación todavía se mantiene en reserva pero que podría ser en el municipio de Tres de Febrero, está a cargo del equipo que responde a Pareja, presidente de La Libertad Avanza bonaerense y vencedor indiscutido del cierre de listas del 19 de julio. A su lado operan Eduardo “Lule” Menem y Karina Milei, que buscaron desde el primer momento blindar el armado frente a cualquier intervención externa. El corrimiento de Caputo fue parte de esa estrategia. Pero el resultado de esa decisión fue una interna que escaló más allá de lo previsto, generó malestar entre los militantes digitales y sembró dudas en la dirigencia libertaria. En paralelo, comenzaron a llegar a Casa Rosada los primeros estudios de opinión que muestran una caída de competitividad en secciones clave del conurbano.
Con ese diagnóstico, Milei habilitó una tregua. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ofició de mediador. Mantuvo reuniones por separado con Karina y con Caputo y promovió un acuerdo que comenzó a activarse la semana pasada. La señal inicial fue una reunión entre Tomás Vidal, socio de Caputo en la consultora Move Group, y un grupo de dirigentes de la provincia alineados con Pareja. El encuentro tuvo lugar en las oficinas que Lule Menem ocupa en el primer piso de Casa Rosada y sirvió como instancia operativa para coordinar las próximas acciones de campaña.
Cerca de Caputo se muestran cautos, pero admiten que el relanzamiento electoral de Milei no puede prescindir de una estructura profesionalizada. El temor no es solo técnico, sino político: el corrimiento de Las Fuerzas del Cielo y el estilo excluyente del armado podría debilitar la conexión con el núcleo duro de votantes, un capital que Caputo considera irremplazable.
La integración del asesor todoterreno no implica una modificación de las listas ya cerradas, pero sí un rediseño en el esquema de campaña. Caputo se concentrará en la estrategia discursiva, mientras que Pareja conservará el control territorial. La campaña se ordenará a partir de dos líneas: por un lado, fuerte presencia en medios tradicionales por parte de los candidatos con mayor proyección, como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela (Primera Sección) y el de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro (Quinta); por otro, movilización en redes sociales y actividades de cercanía en los distritos, con recorridas por comercios, barrios y zonas clave del conurbano. “Nada de actos ni liturgia vieja. Todo territorio y medios”, sintetizan.
La foto que se prepara para el 6 de agosto busca dar el puntapié a ese operativo. Además de Valenzuela y Montenegro, estarán Natalia Blanco (Segunda), Maximiliano Bondarenko (Tercera), Gonzalo Cabezas (Cuarta), Oscar Liberman (Sexta), Alejandro Speroni (Séptima) y Francisco Adorni (Octava). Todos ellos competirán por ingresar al Senado y la Cámara de Diputados provinciales en una elección que se anticipa reñida. Según las primeras encuestas internas, La Libertad Avanza arranca en desventaja en al menos tres secciones clave. En la Tercera, el excomisario Bondarenko figura veinte puntos por debajo de Verónica Magario. En la Primera, Valenzuela se enfrenta al ministro Gabriel Katopodis, con una diferencia de cinco puntos. Y en el interior provincial, la falta de un acuerdo con el PRO amenaza con fragmentar el voto opositor.
En este contexto, el propio Milei prepara su desembarco. Aunque no participará de los primeros recorridos, se espera que intensifique su presencia en el territorio después del 17 de agosto, cuando se formalicen las listas nacionales. Ese día, José Luis Espert será ungido como primer candidato a diputado nacional por la provincia. Recién entonces, el Presidente planea reforzar su rol protagónico, con apariciones esporádicas y puntuales en las zonas con mayor caudal de votos. La expectativa es que, en ese tramo final, su presencia ayude a empujar las candidaturas locales, muchas de ellas poco conocidas.
En paralelo, continúa en marcha el intento de unificar el discurso nacional con las estrategias provinciales. En el oficialismo insisten: “Es una sola campaña”. Eso implica que los actos, spots y mensajes serán compartidos entre los postulantes a cargos bonaerenses y los candidatos al Congreso, que aún están en etapa de definición. Por eso mismo, la campaña de Pareja no se limitará a Buenos Aires: el esquema se aplicará también en provincias como Corrientes, donde habrá elecciones el 31 de agosto, con un esquema similar de candidatos libertarios bajo conducción nacional.
La batalla bonaerense será también una prueba para la paz interna. En las filas de La Libertad Avanza coinciden en que no hay margen para una nueva crisis. Por ahora, el objetivo está puesto en ordenar lo que quedó desordenado. En ese tablero, la postal del 6 de agosto funcionará como símbolo de unidad, reaparición presidencial y confirmación de una tregua frágil, pero necesaria.
PL/MG