En una sesión de alta tensión que tuvo en vilo a propios y ajenos, el Senado rechazó esta noche el proyecto de Ficha Limpia y no podrá volver a ser tratado en lo que queda del año parlamentario. La iniciativa obtuvo 36 votos a favor pero 35 en contra. La mayoría requerida era de 37, más de la mitad de los miembros de la Cámara alta. Es decir, quedó a un solo voto de ser aprobada.
“No hay margen, hay que terminar con este tema”. La frase, repetida hasta el cansancio durante las últimas 24 horas previas, fue el espíritu que pavimentó el quórum para la sesión por Ficha Limpia en el Senado. Esta vez no hubo sorpresas: los 38 senadores no peronistas, incluso algunos aliados habituales del kirchnerismo como Martín Lousteau, dieron el presente y habilitaron el inicio de la sesión. Más allá de la resistencia del Gobierno a la ley –temían que la represalia implique la convocatoria de la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, por el caso $LIBRA– ningún legislador quiso exponerse –una vez más– al escrache mediático.
En el peronismo de Unión por la Patria dominaban las caras largas. El día anterior, José Mayans, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti se habían reunido con Cristina Fernández de Kirchner en el Instituto Patria. Predominaba un clima de desánimo. Antes de que comenzara la sesión, el PJ nacional había sacado un comunicado, titulado “No hay Ficha Limpia cuando el verdadero objetivo es ensuciar la voluntad popular”, que parecía casi una admisión de lo inevitable de la derrota.
“Rechazamos de forma categórica este nuevo intento de disciplinamiento, esta operación de proscripción disfrazada de moralidad institucional”, denunciaba el órgano partidario, que preside CFK: una de las principales afectadas por el proyecto de Ficha Limpia si se convierte en ley. Si la iniciativa se sanciona, la ex presidenta no podrá volver a ser candidata a un cargo nacional, ya que la ley prohíbe que cualquiera con condena por un delito de corrupción con doble conforme (es decir, confirmado por Casación Penal) pueda presentarse a elecciones nacionales. Si podrá, sin embargo, ser candidata provincial en PBA.
Pese al desánimo, el peronismo buscó cobrarse revancha. Si el oficialismo vota la sanción de Ficha Limpia para que CFK no pudiera ser candidata, ellos impulsarían la interpelación de Karina Milei por el caso $LIBRA. “No sé si tiene terror porque es una presidenta de un partido que no habla. Tiene dificultades para expresarse pero tiene que dar explicaciones”, pinchó Mayans, quien señaló a la secretaria de la Presidencia como “la que cobraba las comisiones” para reunirse con el Presidente. “Queremos saber por qué le quiso cobrar una entrevista hasta a Pallarols”, denunció.
El oficialismo, sin embargo, logró blindar a Karina con la ayuda del PRO, parte del radicalismo y las fuerzas provinciales. La votación salió 36 votos a favor y 33 en contra: dado que se necesitaban dos tercios del recinto, La Libertad Avanza logró rechazar la avanzada de UxP.
El jefe de la bancada de la UCR, Eduardo Vischi, intentó justificar su decisión argumentando que el proyecto tenía que ser debatido primero en la comisión. Di Tullio, senadora muy cercana de CFK, lo cruzó: “No pasa a comisión por votarlo en contra. Lo que único que hacen es encubrir a quien no quieren dar explicaciones en el recinto”, manifestó, irritada.
Los radicales Martín Lousteau y Maximiliano Abad, en cambio, sí acompañaron el pedido de apartamiento de reglamento del peronismo para citar a Karina. También lo hicieron los santacruceños Natalia Gadano y José Carambia, que hace unas semanas habían amagado con no dar quórum para la sesión por Ficha Limpia y, en esta ocasión, dieron el presente.
UxP también aprovechó para citar al ministro de Economía, Luis Caputo, quien había sido citado también por la Cámara de Diputados pero definió ausentarse sin justificación. Pero también fracasó: con 35 votos a favor y 34 en contra, el Senado rechazó citar a Caputo.
Designación de autoridades: el anticipo de un clima de sospechas
En un escenario marcado por el pulso de las negociaciones por Ficha Limpia, Victoria Villarruel se anotó un triunfo desapercibido: la aprobación de las autoridades del Senado. Luego del fracaso de la sesión preparatoria de febrero, que se cayó por falta de quórum, la vice logró designar a Bartolomé Abdala como presidente provisional del Senado. El puntano, uno de los pocos aliados que Villarruel tiene en el bloque libertario, logró así asegurar su lugar como segundo en la línea de sucesión presidencial.
Villarruel, además, logró designar a su asesor, el cordobés Emilio Viramonte, como secretario Administrativo. El resto de los cargos quedaron como habían sido negociados el año pasado: Agustín Giustinian, mano derecha técnica de Villarruel, como secretario Parlamentario; la radical Dolores Martínez, como prosecretaria Parlamentaria; y Lucas Clark como prosecretario Administrativo.
Las autoridades fueron aprobadas por todo el cuerpo, incluso el peronismo, hasta entonces furioso con el oficialismo por el tratamiento de Ficha Limpia. Este acompañamiento levantó algunas cejas de parte de los aliados, que sospechan que el Gobierno encontrará una manera, sobre el final de la sesión, para dinamitar la votación de Ficha Limpia. “Están negociando por detrás. El Gobierno está intentando que haya ruido al final de la sesión y no se pueda votar”, mascullaba, enojado, un senador opositor no peronista.
La relación del Gobierno con la Ficha Limpia ha sido, cuanto menos, zigzagueante. Desde que la Cámara de Diputados aprobó, luego de dos intentos, la Ficha Limpia, el oficialismo ha dilatado el tratamiento en el Senado durante meses. El Gobierno no termina de sentirse del todo cómodo con la iniciativa, que ha sido siempre una bandera del PRO.
Por un lado, la sanción de la ley coincide con la elección porteña, en la cual Silvia Lospennato, principal impulsora de la FIcha Limpia, compite con Manuel Adorni por el control del último terruño PRO. En LLA nadie quiere regalarle a Lospennato una nueva bandera en la semana previa a los comicios.
Por el otro, la Ficha Limpia ha servido como moneda de cambio para negociar con el kirchnerismo. Es la amenaza que siempre pesa sobre la cabeza sobre CFK y el Gobierno ha aprovechado para utilizarlo como extorsión y apalancamiento. Su sanción significaría perder una herramienta de negociación.
Pero, además, el Gobierno sabe que la Justicia es un terreno cenagoso en donde Javier Milei no ha terminado de hacer pie. Santiago Caputo y el vice de Justicia, Sebastián Amerio, mantienen vasos comunicantes con distintos despachos judiciales, pero no le escapan a la realidad que quien manda en el mundillo judicial es otra persona: Mauricio Macri. Y más de uno teme que, el día de mañana, la Ficha Limpia termine jugándoles en contra.
MC/MG