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Panorama político

Un verano en el que juega su destino la autocracia de mercado que propone Milei

Javier Milei y Fátima Florez, un espectáculo de verano

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Una situación sin aparente lógica política está teniendo lugar en estos días.

El Gobierno hizo público un ataque doble para anular la función del Congreso, mediante un DNU que reemplaza o modifica centenares de leyes y decretos, y un gigantesco proyecto de 664 artículos que pide una delegación legislativa total y amenaza libertades elementales garantizadas en la Constitución.

No es, por ahora, un escenario equiparable al autogolpe de Alberto Fujimori en 1992, cuando disolvió el Congreso. Los proyectos de Milei deberían pasar el tamiz de ambas cámaras, donde el peso de La Libertad Avanza (LLA) se reduce a menos de 20% de las bancas.

Se supone que las espadas legislativas del oficialismo deberían estar rosqueando 7x24 para, como mínimo, cajonear el decreto de necesidad y urgencia (DNU) y extender así su validez, y aprobar cuanto antes la ley titulada “Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos” con la que el Ejecutivo procura tener manos libres hasta 2027.

No es lo que está ocurriendo. Jefes legislativos que prefieren eludir la confrontación directa con el oficialismo describen un escenario desconcertante, en el que sus pares de LLA no toman la iniciativa ni parecen responder a una estrategia consolidada. La no negociación parece ser el objetivo, refrendado por la hostilidad que despliega el Presidente, con acusaciones de coimas y pactos espurios dirigidas contra quienes le deberían dar los votos para cederle la suma del poder público. Como si la hipótesis de un choque de frente fuera la buscada.

En este punto, cabe recordar que antes de dar el autogolpe, Fujimori había sonsacado, durante dos años, sucesivas delegaciones de facultades del Congreso. Esos poderes excepcionales le parecieron insuficientes al “Chino” cuando creció la conflictividad por la reforma económica y la corrupción descarada de su Gobierno, iniciado en 1990.

La no negociación parece ser la estrategia, refrendada por las acusaciones de coimas y pactos espurios dirigidas contra quienes le deberían dar los votos para cederle la suma del poder público. Como si la hipótesis de un choque de frente fuera la buscada

Un legislador clave en las discusiones por venir, no peronista ni libertario, describe a la jefa del Senado, Victoria Villarruel, como alguien que avanza por su cuenta en desconexión con el Hotel Libertador. El titular de Diputados, Martín Menem, es descripto como un invitado que quedó afuera del VIP y prefiere guardarse, mientras integrantes clave de los bloques oficialistas admiten estar afuera de cualquier negociación.

Queda Guillermo Francos, el integrante del “grupo aeropuertos” señalado como más experimentado en lides políticas por su experiencia noventista. Un reconocido experto en rosca del Congreso transmitió una dura sentencia futbolística sobre Francos. “Tiene poco juego y está fuera de timing. Llega tarde a todas las pelotas”.

Otras personas del micromundo Milei, como Karina y la ministra suprema Sandra Pettovello, suman cero a la hora de jugar de visitante. Por el contrario, actúan como gatekeepers que repelen invasores que alteren a un Presidente con una personalidad tan peculiar.

Para suplir sus déficits, el Gobierno cuenta con la mayoría de los diputados y senadores del PRO, ya despojados de cualquier impostura republicana que alguna vez hubieran exhibido. No sólo los macristas puros y los bullrichistas propagan el vandalismo institucional que propone Milei. En otro giro, María Eugenia Vidal, alguna vez paloma, salió a dar la cara por los misiles legislativos del Ejecutivo. Al menos, el movimiento le sirve a la exgobernadora para quedar a salvo de la insinuación de coimas que disparó el mandatario contra los legisladores del PRO y la UCR renuentes a tomarse unas vacaciones de cuatro años para darle todo el poder a un presidente que quiere prohibir los derechos de reunión y de protesta, levantar cualquier límite a los conflictos de intereses, legalizar el gatillo fácil e instaurar la toga, los jeques que compran clubes y el homeschooling a partir de cuarto grado.

“Pragmáticos cínicos”, según Alfonsín

El sector de la Unión Cívica Radical (UCR) filomileísta hace morisquetas de todo tipo para dar a conocer su predisposición a dar vía libre al contenido del DNU y la ley ómnibus, pero implora al Presidente que disimule formas legislativas que lo asocian a un autócrata. Temen que cobre vida la foto de Raúl Alfonsín que algunos de ellos sacan a pasear por redes sociales cada tanto.

En su mensaje ante la Asamblea Legislativa de 1983, Alfonsín les dejó un mensaje: “Quienes piensan que el fin justifica los medios suponen que un futuro maravilloso borrará las culpas provenientes de las claudicaciones éticas y de los crímenes. La justificación de los medios en función de los fines implica admitir la propia corrupción, pero, sobre todo, implica admitir que se puede dañar a otros seres humanos”.

Ese 10 de diciembre, el líder radical definió a quienes proponen saltearse los procedimientos democráticos con la excusa de una emergencia. “Toda esa lógica de los pragmáticos cínicos remite siempre a un porvenir lejano”.

No obstante, también tallan radicales que no se inscriben en la idea de hacerle gauchadas a Milei y trazan una estrategia para frenar a un Presidente al que califican como “autócrata”, “peligroso” y “loco”.

La pulseada en el partido centenario encuentra a un bloque liderado por los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de Corrientes, Gustavo Valdés, a quienes sus adversarios internos denominan “mileístas”. A ambos los secunda su par chaqueño Leandro Zdero, deudor del correntino por el financiamiento de la campaña para vencer al peronista Jorge Capitanich.

La lectura de ese trío de gobernadores es que sus electores votaron masivamente por el ultraderechista en el balotaje del 19 de noviembre, por lo que ubicarse en la vereda de enfrente de la Casa Rosada no sólo les generaría inconvenientes de gobernabilidad, sino que podría alejarlos de su base.

Tanto en las facciones del partido cercanas como lejanas al oficialismo hay coincidencia plena en que el votante potencialmente radical apoyó abrumadoramente a Milei para derrotar a Sergio Massa. Para los más críticos —y en esto también se anotan peronistas disidentes, larretistas y provinciales—, cualquier movimiento que hoy los ubique en la misma trinchera que el peronismo y la izquierda implicaría un alto costo. “Pararnos al lado del kirchnerismo sería lo más funcional a Milei que podemos hacer”, dice uno de ellos.

La estrategia de los intransigentes es que el transcurrir de las semanas hará sentir las consecuencias de la estampida inflacionaria generada por la devaluación de 54,3%

La misma voz señala que la UCR no podría pagar el riesgo de la fragmentación, porque un escenario de polarización entre un autócrata ultraderechista y una “resistencia” peronista, equivaldría a la evaporación del mapa político.

La estrategia de los radicales intransigentes es que el transcurrir de las semanas hará sentir las consecuencias de la estampida inflacionaria generada por la devaluación de 54,3%, cuya magnitud y desaprensión por las consecuencias podrían erosionar significativamente el capital de un Presidente que dijo que el ajuste sería pagado por la enigmática casta.

La lógica de ese sector de la UCR es que, hacia febrero, con alguna cautelar concedida, un segundo mes de inflación al 30%, Fátima Florez pensando en levantar antes de tiempo la floja imitación de su novio y el inicio de clases a la vista, aumentará la irritación ante las veleidades de Federico Sturzenegger, la toga, la fascinación adolescente por Elon Musk y los tropiezos despóticos de Patricia Bullrich. Será, entonces, tiempo de impedir la autocracia de Milei con el rechazo al DNU, sin pagar el costo de alianzas mal vistas.

Las “anclas” de Caputo

El diagnóstico sombrío encuentra eco en economistas “promercados” y keynesianos. El cuadro describe una devaluación implementada por Luis Caputo bastante superior a la prevista, entre otros, por quienes actuaban de voceros de Milei en la transición. Ese paso produjo un impacto en los bienes y servicios “transables”, aquellos que se intercambian con el mundo y cuyo precio es internacional (combustibles, buena parte de los alimentos, carne, tecnología). La contracara de ese fogonazo es el hundimiento de los precios “no transables”, como los salarios. Es lo que todos los economistas circunscriben como el “ancla” estelar del programa de Caputo: que los precios encuentren un techo por efecto de la depresión económica. La paz de los cementerios.

Esta semana, Suramericana, la consultora dirigida por Martín Guzmán, enumera varias razones para pensar que la inflación no se atemorizará ante la recesión. Los vapuleados salarios, los alquileres y los servicios locales entablarán una puja para recuperar al menos parte del terreno perdido, a lo que se suma el impacto de tarifas “sinceradas”. El peluquero deberá aumentar el precio del corte si quiere comprar bananas y pagar la luz.

Otra “ancla” del plan oficial es la cotización del dólar, que crecerá dos por ciento mensual. En un bimestre, la inflación apuntaría al menos a 60%, con lo cual la moneda estadounidense habrá perdido buena parte de la apreciación anunciada el 13 de diciembre. Con presiones múltiples sobre los precios, habrá que volver a empezar, como en el mito de Sísifo, grafica Suramericana. Otro salto devaluatorio en el corto plazo haría que los salarios se enfrentaran a una caída del poder adquisitivo de 20% en apenas un trimestre, y la proyección de inflación anual escalaría a 400%, estima la consultora de Guzmán.

Se devela el secreto mejor guardado por Milei: la casta era el trabajador.

Peligros, egos y dudas peronistas

Las especulaciones que demoran la reacción ante el desborde autoritario de Milei exasperan a kirchneristas y peronistas que pretenden dar batalla. Con el antecedente del acuerdo en el Senado, en el que Villarruel orquestó el reparto de comisiones con todo el arco ajeno a Unión por la Patria, una voz legislativa encolumnada detrás de Cristina Fernández de Kirchner teme que la UCR se preste a dormir el tratamiento del DNU. Al fin y al cabo, ese partido cruzó líneas en su alianza con Macri que años ha parecían impensables.

Si el DNU entra en un límbo sería una gran victoria para el Ejecutivo, gracias a las normas laxas de aprobación que orquestó el kirchnerismo en 2006 y al contubernio con los tribunales federales vía los tentáculos de Macri, Mariano Cúneo Libarona y Rodolfo Barra.

“El DNU y la ley ómnibus representan el peligro serio de que los dos partidos con origen popular y democrático se terminen”, dice la fuente con varios mandatos legislativos a cuestas. “Con el modelo de Milei, sin cauce institucional, va a haber sangre. La idea que tienen Macri y Milei para ganar es a través de una guerra civil, y nosotros tenemos que evitar eso”, agrega.

La alarma es común en el campo de los derechos humanos, la izquierda y parte del peronismo. Otros sectores del Partido Justicialista, si bien definidamente opositores, le ponen menos carga dramática al asunto.

Por ahora, no aparecen esbozos de acuerdismo o defección dentro del peronismo, como sí habían surgido a esta altura de 2015, albores de la Presidencia de Macri. Un síntoma de esa consolidación es el recurso para declarar la inconstitucionalidad del DNU realizada ante la Corte Suprema por orden de Ricardo Quintela, el gobernador de La Rioja, una de las provincias más dependientes de los fondos federales.

Esta semana, los bloques peronistas, los gobernadores, sindicalistas y autoridades partidarias participaron de una reunión en la que, según varios de los presentes, la postura contra los peligros de Milei fue unánime. “La presentación de Quintela en la Corte es un mensaje para los nuestros, pero también para los radicales. Con este plan económico, ninguna provincia se va a salvar por bajar la cabeza”. En la idea de que nadie se salva solo también se anotan voces parlamentarias radicales.

La fundamentada presunción de que Milei supone un desafío para la democracia queda en entredicho con movimientos de figuras centrales de Unión por la Patria.

Esta semana, Massa recuperó la voz para anticipar el contenido de un libro a ser publicado en marzo por editorial Planeta, presuntamente en marzo. Un instant book de su año y medio en el Palacio de Hacienda. Cuando aparentemente tiembla la democracia, el postulante presidencial que perdió el balotaje se dedica a promocionar una obra como quien espera que se convierta en bestseller, mientras se reserva su opinión sobre el rumbo del Ejecutivo.

La fundamentada idea de que Milei supone un desafío para la democracia queda en entredicho con movimientos de figuras centrales de Unión por la Patria

El exministro de Economía sigue los pormenores de la política con base en su fundación Encuentro. A su vez, analiza la oferta del fondo Greylock Capital, antiguo acreedor de Argentina, y de un par más. A algunos, esa vertiente de Massa como asesor financiero les parece turbia e injustificable para un político en actividad. “El cree que lo favorece, porque lo muestra requerido por el sector privado, a tono con el ascenso de Milei, y por eso lo difunde”, afirma un exfuncionario que cree conocer la lógica de pensamiento del excandidato.

El proyecto de Máximo

Otro que dio la nota en la semana fue Máximo Kirchner, en sendas entrevistas en las radios El Destape y Con Vos. La no novedad es que el diputado sigue su batalla personal contra Guzmán. Consultado por Diego Iglesias por alguna autocrítica en los últimos cuatro años, Máximo se reprochó no haberse opuesto con más énfasis al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Por lo demás, reivindicó lo actuado, incluida la defensa de los subsidios indiscriminados a los servicios públicos. Varias derrotas electorales después y con Milei instalado en la Casa Rosada, el razonamiento de que las clases medias altas utilizaron los pesos ahorrados en las facturas de gas y luz para comprar dólares, a costa de la emisión inflacionaria para cubrir subsidios, sigue fuera del radar del líder de La Cámpora.

El dato novedoso es que el diputado bonaerense levanta la teoría de que su madre habría ganado las elecciones presidenciales si no hubiera estado “proscripta”. No lo estaba, pero para la mesa decisoria que componen Cristina, su hijo y un par de personas más, sí. Massa, encantado con ese razonamiento que lo menoscaba como candidato.

Máximo Kirchner también fue noticia por la presentación de un proyecto para crear el Fondo Federal para el Desarrollo con 60% de lo recaudado por las retenciones a la soja. En tres carillas, la iniciativa estipula cómo se repartirían esos fondos según población, necesidades básicas insatisfechas y producción de la oleaginosa.

El proyecto, con intenciones redistributivas a contracorriente del plan gubernamental de maximizar ganancias de los privilegiados del modelo, omite mencionar qué partidas habría que reducir para destinar los recursos de la manera que Máximo Kirchner y otros trece diputados proponen. Un clásico.

Entre pasos estratégicos para frenar la temible avanzada de Macri y Milei, resquemores no saldados y juegos personales, surge un probable factor de unidad peronista: Daniel Scioli, embarcado en la aventura personal de ser embajador de Milei en Brasilia.

Son varios los senadores que lo están esperando a para no aprobarle su pliego en el Senado. 

SL

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