Por qué es imposible limitar el cambio climático sin afrontar el abandono de los combustibles fósiles

Raúl Rejón

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Es imposible hacer que los planes climáticos de los países, todos unidos, consigan limitar el calentamiento global del planeta a 1,5ºC sin abordar el uso intensivo de combustibles fósiles. Es pura matemática: el 90% del COâ‚‚ que se inyecta cada año a la atmósfera es generado por quemar petróleo, gas y carbón.

Sin embargo, esta cuestión es un campo de minas en la cumbre del clima COP30 que se celebra en Belém do Pará (Brasil). “Transitar lejos de los combustibles fósiles” fue el mandato incorporado a la decisión final de la COP28 de Dubai. Y, hasta ahora, ahí se quedó todo: ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Quiénes primero? ¿Cuáles después? La concreción es nula.

El presidente de la COP, André Correa do Lago, no incluyó entre sus cuatro puntos primordiales publicados el lunes el abandono del petróleo, el gas o el carbón. Pero sí subrayó que hay que buscar la manera de “cerrar la brecha” entre los planes que remitieron los países y el objetivo de recalentamiento máximo del planeta, admitido por todos los estados.

El 90%

Nueve de cada diez toneladas de gases de efecto invernadero que se inyectan a la atmósfera son producidas por los combustibles fósiles. El cálculo para 2025 de Global Carbon Project es que, de las 42 gigatoneadas totales de COâ‚‚, 38 son generadas por los humanos al quemar petróleo, carbón y gas.

Todos los planes climáticos nacionales juntos presentados este año, como indica el Acuerdo de París, suponen una rebaja de emisiones de COâ‚‚ para 2035 de algo más del 12%, según el cálculo de los científicos de la ONU. Para estar en el camino correcto el recorte debería alcanzar el 57%, según estos mismos científicos. ¿Cómo conseguirlo sin decir que hay que alejarse de las energías sucias?

“No habrá solución si no hay una transición justa desde los combustibles fósiles a las energías renovables”, explicó, a modo de respuesta, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en Belém este jueves.

La hoja de ruta

La fórmula escogida por la presidencia brasileña es pedir a los estados que, con la intención de colocarse en la senda del 1,5ºC, admitan que hay que redactar una hoja de ruta para “superar la dependencia de los combustibles fósiles”.

Así, para “transitar lejos” de estas energías sucias –algo ya acordado en 2023– la idea es trazar un camino más concreto como herramienta para abandonar esos combustibles fósiles. Más de 80 países salieron públicamente en la COP a apoyar esta fórmula. España, y el resto de la Unión Europea, están en ese grupo.

“Lo más importante sería definir que va a existir una hoja de ruta” para “el abandono progresivo” de los combustibles fósiles, fueron las palabras de la vicepresidenta tercera del Gobierno español, Sara Aagesen, en Brasil. Las discusiones están en si se acuerda que hay que trazar esa guía, no en un posible contenido.

Enfrente se hicieron notar, no solo los países productores como Arabia Saudí, sino los estados en vías de desarrollo que necesitan fuentes de energía para crecer. Estos últimos piden dinero para transitar a las renovables. Además, las políticas de países como Rusia y EEUU lastran cualquier acuerdo.

Voluntario

Tanto la ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, como otros delegados de alto nivel en la COP30, insistieron en que esta posible hoja de ruta sería voluntaria. La enviada especial de Reino Unido, Rachel Kyte, también aclaró: “No es una imposición”.

Al regresar a Belém do Pará para el tramo final de las negociaciones de la COP30, el presidente Lula da Silva repitió que hay que “hay que pensar cómo vivir sin combustibles fósiles porque son algo que emite mucho CO2 y debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”. Y luego añadió que “no es imponer nada a nadie”.

Porque el sistema de acuerdos de las cumbres de clima es por consenso. No hay votaciones que las minorías deban aceptar una vez recontados los apoyos. De hecho, basta una minoría de un estado para bloquear cualquier decisión final en una COP.

Otra cosa es que una hoja de ruta voluntaria, con los productores de petróleo, gas y carbón incrementando sus planes de extracción de combustibles, sirva para que el desenganche de los combustibles fósiles reduzca las emisiones de COâ‚‚ lo suficiente.