Debate de cierre en la Feria del Libro: cruces alrededor de la palabra “memoria” y discusión sobre la censura
Participaron Tomás Abraham, Marcelo Birmajer, Claudia Piñeiro y Dolores Reyes con la conducción de Hinde Pomeraniec. Los momentos de mayor tensión en el diálogo.
Por segundo año consecutivo, tuvo lugar el debate de cierre de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Gentileza Fundación El Libro
Por segundo año consecutivo la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires tuvo un debate de cierre. En esta edición el título elegido fue “La cultura en el país de la libertad” y los participantes, moderados por la periodista y escritora Hinde Pomeraniec, fueron Tomás Abraham, Marcelo Birmajer, Claudia Piñeiro y Dolores Reyes. Con momentos de tensión, en especial cuando se habló de la memoria y la dictadura, los disertantes cruzaron opiniones en una jornada marcada por un diálogo que, como ocurrió en 2024, resultó un poco trabado.
Luego de las presentaciones de rigor y ante una sala colmada en el predio porteño de La Rural, la moderadora anunció que para este encuentro fueron elegidas “cuatro personas influyentes de la cultura” en la Argentina y que la intención era que hablaran a partir de dos ejes: dónde está la libertad y por qué volvió a la agenda pública la noción de “censura”.
El primero en intervenir fue Birmajer, quien al comenzar recordó que en 2011 tuvo lugar un episodio que calificó de “censura paraestatal” durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner cuando “desde el sindicato de camioneros” impidieron la salida de los vehículos que transportaban los diarios La Nación y Clarín. De inmediato, y un poco alejado de la agenda propuesta desde la organización, Birmajer se refirió a una “guerra mundial”.
“Es la del fundamentalismo islámico contra las democracias liberales”, detalló el escritor y señaló como principales responsables a “la República Islámica de Irán y a Hamas”.
De regreso al plano local, Birmajer apuntó que encuentra “inaceptables” los embates a escritores y periodistas desde el Gobierno nacional. “Dentro del mileísmo, aparecen inaceptables persecuciones”, detalló y dijo que muchas veces eso se extiende con “acusaciones y difamaciones” en las redes sociales de parte también de los seguidores de Javier Milei.
Hacia el final de su primera participación, Birmajer dijo que cree que parte de la construcción de esta actualidad nacional a la que calificó de “vulgar” es responsabilidad, según analizó, “del movimiento woke y el progresismo”.
Después llegó el turno de Dolores Reyes, quien apenas comenzó señaló: “Nada conecta tanto con la libertad y sus bordes como la literatura”.
De inmediato, la escritora nombró a una serie de autores y autoras que para ella fueron importantes y que le hicieron pensar, también, en las condiciones en las que escribieron. Entre otros, nombró a Libertad Demitrópulos, Juan José Saer, Rodolfo Walsh y Héctor Oesterheld y le dedicó un tramo de su intervención a la figura de Antonio Di Benedetto, quien estuvo detenido arbitrariamente por la dictadura militar y fue torturado. “No se le permitía escribir ficción”, recordó la autora de Cometierra e invitó a reflexionar sobre las formas y las condiciones de producción de quienes se dedican a la escritura.
El públicó colmó la sala Victoria Ocampo para el debate de cierre 2025. Gentileza Fundación El Libro
Por su parte, en su primera intervención, Claudia Piñeiro retomó uno de los temas propuestos para el debate y subrayó que lo que ocurre en la actualidad es que la censura existe de manera indirecta.
Piñeiro contó que se organizó una lectura colectiva entre escritores de la novela, pero que los ataques contra la autora no se detuvieron. “La censura sigue, Dolores hoy abre su Instagram y todavía tiene gente insultándola”, dijo y agregó que a esto, entonces, se suma el problema de la autocensura.
“La gente decide callarse para no sentirse agredida”, agregó en referencia a los ataques desde el Gobierno nacional a figuras del mundo del espectáculo, la cultura y el periodismo.
En cuarto lugar tuvo la palabra Tomás Abraham, quien se mostró en disenso con sus antecesores.
“No veo un problema de censura en nuestra sociedad”, afirmó el filósofo y destacó que en la Argentina hay “alternancia en el poder” desde el regreso de la democracia. “No hay censores acreditados ni prohibiciones de autores”, sostuvo con énfasis y agregó: “Decimos lo que queremos cuando y donde queremos”. Esa última frase despertó la inquietud de las participantes, quienes discreparon con esa afirmación.
Abraham también se refirió a la “cancelación” y al “ninguneo” llevado, entre otros “por formadores de opinión pública” que, en su visión, “dictan desde su autoridad qué no debería leerse” y “qué libros no merecen reseñas” en los medios.
También aseguró que, en su opinión, existe “una hegemonía que logra establecerse con ayuda del Estado” y que hay personas que terminan afuera de algunos espacios “por no ser parte del elenco oficialista”.
“Es el precio de la libertad”, aseguró y afirmó: “En las dictaduras se apresa y se mata, en democracia se cancela”.
Tomás Abraham durante el debate de cierre de la Feria del Libro 2025. Gentileza Fundación El Libro
DEBATE Y CRUCES
Una vez terminadas las primeras exposiciones, la conductora invitó a los participantes a debatir. El primero en hacerlo fue Abraham, quien se mostró en desacuerdo con una parte de las palabras iniciales de Birmajer.
“Yo creo que hoy en día pensar en términos de guerra es absolutamente suicida”, sostuvo el filósofo y señaló que hay “otros fundamentalismos, también el judío”.
“Lo que vivimos en Ucrania, en Gaza, en Siria, en Sudán es destrucción de humanidad. En las guerras actuales, que no son tales, nadie gana”, afirmó.
Luego de esa primera divergencia, Birmajer reafirmó su posición inicial y luego retomó el diálogo diciendo que coincidía con los planteos de Piñeiro y Reyes y aseguró: “Me parece fundamental que nos protejamos entre escritores”, en referencia a los ataques que recibieron ellas y distintas autoras.
Dolores Reyes durante el debate de cierre de la Feria del Libro 2025. Gentileza Fundación El Libro
Piñeiro, por su parte, dijo que no coincidía con Abraham cuando sostuvo que todos pueden decir lo que quieren. La escritora contó que tanto ella como Reyes suelen recibir amenazas o imágenes que les envían a sus cuentas en las redes sociales y que eso muchas veces puede llevar a que las personas no quieran decir lo que piensan.
La mayoría de los presentes coincidió en que esas prácticas –a las que Birmajer describió como “patotas de trolls”– muchas veces están fomentadas desde el propio presidente Milei.
“Ratifico lo que dije: es inaceptable que el Presidente insulte”, dijo Birmajer y también pidió que se recordara “cuando el kirchnerismo atacaba” a distintas figuras públicas.
El escritor también hizo referencia a una supuesta “imposición estatal” del uso del lenguaje inclusivo durante el gobierno de Alberto Fernández, que Reyes rebatió. “Nadie impuso un lenguaje, soy maestra desde los 19 años”, contó la escritora y agregó que el lenguaje se fue adaptando al uso de los jóvenes y de las personas en la calle.
Sin embargo, uno de los cruces más intensos de la jornada tuvo lugar cuando Reyes y Piñeiro contaron que entre los mensajes agresivos que reciben en algunos casos les envían imágenes que en algunos casos remiten a símbolos de la dictadura militar.
“La lista de víctimas diarias de todo tipo es infinita. No queremos salir de ahí, no los queremos olvidar. ¡Basta! Vamos para adelante, ¡hay que pelear!”, dijo con ironía Abraham y retrucó: “Viven de la memoria, no quieren salir del pozo”.
De inmediato, en el público se empezó a escuchar un grupo que gritaba “¡memoria! ¡memoria!” en rechazo a las palabras del filósofo.
El público participó con aplausos y gestos de aprobación o reprobación durante el debate. Gentileza Fundación El Libro
Piñeiro recordó: “Me mandan por las redes fotos de Falcon verdes” y Abraham siguió subiendo el tono: “¡Borrate de las redes!”.
Momentos después, Hinde Pomeraniec retomó los asuntos pautados para el debate y consultó a Abraham sobre la autocensura. El filósofo dijo que en todo momento dice lo que piensa y que en momentos de miedo o peligro sí prefirió callar.
“Durante la dictadura no tuve actividad pública”, señaló y luego volvió a atacar a las participantes señalando que él prefería no ponerse “en el lugar de víctimas”.
En este punto, Piñeiro recordó que cuando un presidente como Milei se refiere a escritores o periodistas se trata de algo grave porque es una de las personas “más importantes” del país.
“Milei me da risa, a mí me asusta la hermana, él es un papanata”, dijo el filósofo y la escritora apuntó que para ella los ataques desde el poder Ejecutivo son “una barbaridad” y “horadan la democracia”, lo que volvió a despertar el aplauso de los presentes.
Los cruces, otra vez, siguieron cuando el filósofo, con tono de chicana, le preguntó a Reyes como hacía para que la invitaran a tantas ferias de libros en el país y en el exterior. “Te envidio, a mí no me invitan nunca”, dijo con sorna y la escritora contó que suele ir a lugares a los que nadie quiere ir.
Piñeiro entonces, retrucó: “Decir que no te invitan a una feria, ¿no es ponerte en lugar de víctima?”.
“Yo tengo cierto orgullo. No me interesa buscar el aplauso”, concluyó Abraham, mientras que la escritora reflexionó: “Yo creo en esto (que digo), siempre actúo en consecuencia de lo que creo”.
AL/MG
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