Efemérides

Día del escritor y la escritora: por qué se celebra cada 13 de junio y los reclamos de quienes se dedican a la palabra escrita

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Cada 13 de junio, en homenaje a la fecha en la que nació el poeta, cuentista, novelista y ensayista argentino Leopoldo Lugones, se celebra en el país el Día del escritor y de la escritora.

Autor de libros de relatos como La guerra gaucha (1905), de poesía como Lunario sentimental (1909) y de numerosas publicaciones de ensayos y biografías, el intelectual argentino también fue el fundador y primer presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

Elogiado en su época y cuestionado por sus vaivenes a lo largo de su extensa carrera –Lugones tuvo un rol muy activo en los inicios del socialismo argentino, fue un vanguardista que con el tiempo terminó vinculado con el gobierno de facto de José Félix Uriburu y defendió ideas políticas autoritarias y elitistas–, el escritor nació el 13 de junio de 1874 en Villa María del Río Seco, Córdoba y se quitó la vida el 18 de febrero de 1938 en un hotel del Tigre. 

Fue la SADE, que presidió entre 1928 y 1932 con Horacio Quiroga como vice, la entidad que estableció la fecha de su nacimiento como el Día del escritor en la Argentina.

También bibliotecario, pedagogo y ensayista, quienes estudiaron la figura de Lugones coinciden en señalar que para este intelectual “el rol del escritor estaba unido al destino de su país y por lo tanto, debía ser parte de su acción política”. 

Profundo defensor de las bibliotecas populares, Lugones dirigió, hasta sus últimos días, la Biblioteca Nacional de Maestros.

ESCRITORAS Y ESCRITORES HOY

La conmemoración del Día del escritor y la escritora en la Argentina llega en momentos de planteos profundos de las personas que se dedican a la palabra escrita en el país.

Entre las iniciativas más recientes del sector se encuentra la de la Unión de Escritoras y Escritores de la Argentina que lanzó oficialmente durante la última edición de la Feria del libro de Buenos Aires un tarifario para que quienes se dedican a escribir y quienes demandan trabajos de esta índole se manejen con ciertos parámetros. El objetivo: que, más allá de las cuestiones artísticas, de la precarización y de la crisis económica, se considere a la escritura como un trabajo que debe ser remunerado con el tarifario pensado como una referencia.

“¿Cuánto se cobra por escribir un prólogo? ¿Y por una contratapa? ¿Y si me invitan a dar una conferencia o a escribir una reseña?”, se preguntaba la organización durante la Feria del Libro, la primera después de más de dos años de interrupción por la pandemia.

El tarifario que propone la Unión de Escritoras y Escritores se puede consultar en la página de la entidad y se va actualizando de acuerdo a los anuncios oficiales vinculados con el salario mínimo vital y móvil. La actualización de junio 2022 se puede ver por aquí.

El tema alrededor de la remuneración del trabajo de escritoras y escritores se reactivó todavía más durante el discurso de apertura del encuentro, que estuvo a cargo del escritor Guillermo Saccomanno.

“Decir Feria implica decir comercio. Esta es una Feria de la industria, y no de la cultura aunque la misma se adjudique este rol. En todo caso, es representativa de una manera de entender la cultura como comercio en la que el autor, que es el actor principal del libro, como creador, cobra apenas el 10% del precio de tapa de un ejemplar”, dijo en aquel acto Saccomanno. “Cuando fui convocado planteé dos cosas: leer los discursos de quienes me antecedieron y el pago de honorarios. Sólo pude leer, gracias a la inquietud de Ezequiel Martínez (N. de la R.: director ejecutivo de la Fundación El Libro), a los últimos cuatro o cinco discursos. La organización de la Feria, presumo, no conserva los anteriores, lo que puede interpretarse como desidia hacia lo que esas voces reclamaron en cada oportunidad. Con respecto a mis honorarios, Ezequiel, además de honesto periodista cultural, hijo de un gran escritor, no puso reparo. Es más, coincidió en que se trataba, sin vueltas, de trabajo intelectual. Y como tal debía ser remunerado, aunque hasta ahora, como tradición, este trabajo hubiera sido, gratuito. No creo que mencionar el dinero en una celebración comercial sea de mal gusto. ¿Acaso hay un afuera de la cultura de la plusvalía?”, apuntó el autor.

En las últimas horas, además, un importante grupo de escritores y escritoras argentinas firmó un comunicado en defensa del lenguaje inclusivo frente a la reciente prohibición de su uso dispuesto por el Gobierno porteño y que rige para todas las entidades educativas del distrito.

Con los escritores Julián López y Sergio Olguín como principales impulsores de la iniciativa, el texto exhibe la preocupación del sector por la decisión del Ejecutivo porteño conducido por Horacio Rodríguez Larreta que prohíbe el uso de lenguaje inclusivo en todos los niveles de la educación de la Ciudad Autónoma y también en documentos oficiales.

“En una comunidad con carencias y déficits de toda índole, que una política educativa sea la prohibición de la libre expresión es, como mínimo, muy preocupante”, señala el comunicado, que también lleva las firmas de autoras y autores como Claudia Piñeiro, Selva Almada, Mariana Enriquez, Guillermo Martínez, Enzo Maqueira, Gabriela Cabezón Cámara, Claudia Aboaf, Marcelo Figueras y Eugenia Almeida, entre numerosas figuras de la cultura.

Según informó un cable de la agencia Télam, los y las firmantes manifiestan su “perplejidad” frente a la decisión del Gobierno porteño.

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, afirmó en las últimas horas que los docentes en la ciudad de Buenos Aires “tienen que respetar las reglas del idioma español, tanto cuando están frente al aula como cuando se dirigen en comunicaciones a los chicos y a sus familiares”, lo que generó mucha preocupación entre movimientos sociales y actores que luchan por la inclusión y el reconocimiento plural de las identidades.

“El lenguaje inclusivo es el emergente de la lucha y los logros conseguidos por las mujeres y el colectivo LGTBI+. Prohibirlo en las aulas es una invitación a que en las escuelas se ignoren o se denigren los derechos adquiridos y a quienes representan. La ESI, la Ley de Identidad de Género, el cupo para personas travestis, transexuales y transgénero no son materia debatible por funcionarios públicos en redes y de ninguna manera se puede contradecir lo que el Estado garantiza mediante leyes de alcance nacional”, señalaron escritoras y escritores en la carta que sigue sumando adhesiones.

AL