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La amenaza de la habitual corrida del dólar antes de las elecciones se cierne sobre Massa

Massa y los secretarios de Energía, Flavia Royón, y de Agricultura, Juan Bahillo, en la visita a a la empresa china Tsingshan, con inversiones en litio argentino.

Alejandro Rebossio

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Por más que Sergio Massa y Máximo Kirchner se muestren hiperactivos en China buscando yuanes, economistas del Frente de Todos advierten sobre un panorama difícil de resolver para las próximos meses. Señalan que después de que termine en junio la cosecha de soja y maíz, en la que se perdieron US$ 19.000 millones por la sequía, sobrevendrá otra tensión con el dólar, ya no por la escasez de ingresos sino por la habitual alta demanda que acompaña a cualquier proceso electoral. Recuerdan que en los comicios presidenciales de 2011, 2015 y 2019 la fuga de capitales promedió los US$ 4.500 millones. La pregunta que se formulan es de dónde se obtendrán esta vez las divisas para enfrentar la corrida.

Una opción es ampliar la libre disponibilidad del swap (canje de monedas) con China para que se le paguen las importaciones con yuanes, y no con dólares, asunto que debatirá este viernes en Beijing el ministro de Economía y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, con la máxima autoridad monetaria del gigante asiático, Yi Gang. Otra es conseguir adelantos de desembolsos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que Massa negociaría en un eventual viaje a Washington a mediados de mes.

La caída de reservas por la sequía y por una eventual corrida cambiaria en el mercado de los dólares financieros, donde interviene el Central, amenazan con traducirse en una recesión entre el segundo y el tercer trimestre del año con una inflación que podría superar el actual 109%. Estanflación, como se llama técnicamente. Así se llegaría a las primarias de agosto.

En un reciente documento publicado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), los economistas Eduardo Basualdo y Pablo Manzanelli advierten: “Si el nivel de ingresos de los sectores populares constituye un aspecto central del andamiaje de un gobierno nacional y popular, la posibilidad de sostenerlo en el corto plazo depende, entre otros factores, de la disponibilidad de reservas”. Por eso, sus colegas del Frente de Todos temen por el resultado electoral. Y, a diferencia de los políticos que especulan con que sería mejor una segunda vuelta contra Javier Milei que frente a Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich, advierten en privado que si al candidato de La Libertad Avanza le va bien en las PASO, puede provocarse no sólo una estampida del dólar porque la población querría huir del peso ante la posibilidad real de una dolarización sino también una corrida bancaria porque los pocos dólares que aún quedan en depósitos correrían riesgo de usarse como respaldo para la adopción de la moneda norteamericana como la de curso legal. Si se ciernen todos esos males, la economía colapsaría y el Frente de Todos se hundiría.

El economista que acaba de ser premiado por la consultora internacional FocusEconomics por ser el que más acertó en sus pronósticos sobre la Argentina en 2022, Guido Lorenzo, de la consultora LCG, elaboró un gráfico que aquí presentamos sobre la salida de dólares en 2007, 2011, 2015 y 2019, los últimos cuatro años de elecciones presidenciales. “Fijate que se te van entre 2.000 y 3.000 palos (millones de dólares) por mes en el período preelectoral”, comenta. “Pasa que esta vez es con cepo. Así que esa dolarización irá todo a presión sobre el dólar libre. No hay que sorprenderse si vemos un salto discreto en el valor del CCL/MEP”, se refiere al contado con liquidación, que cotiza a $ 496, y al dólar del Mercado Electrónico de Pagos, que está a $ 467, frente a los 490 del blue y los 249 del oficial. “Sin dólares no hay otra alternativa que dejar que suba el dólar libre... si aparece financiamiento de algún organismo, podrán intervenir con títulos y dólares en el paralelo”, alude a que el CCL y el MEP se obtienen mediante la compraventa de bonos. Otro colega suyo, Hernán Hirsch, predice la respuesta del Gobierno: “La van a luchar hasta el final y van a hacer de todo”.

En un banco estadounidense vaticinan: “Dólares no hay ni tendrán, entonces reprimirán vía mayor tasa de interés, más inflación y recesión”. “Si el Fondo le da a la Argentina 4.000 o 5.000 millones de dólares, entonces la corrida va a ser de 4.000 o 5.000 millones. El mercado se va a llevar todo puesto, salvo que hagan una brutal devaluación (en el mercado oficial), como pretende el Fondo. Por eso, el Fondo no le va a dar plata, salvo para ponerlos en la vitrina, no pagar malgastarlos. Para evitar la corrida, como no tienen dólares, van a llevar la tasa a las nubes para mantener algo de demanda de pesos y eso combinado con un brutal torniquete sobre las importaciones, va a generar una grandísima recesión. Eso va a llevar a más brecha y esta, a más inflación. Van a venir seis meses muy duros”, agregan en la entidad norteamericana. De todos modos, entre los economistas del Frente de Todos consideran que si la rival es Bullrich, entonces pueden ganar pese a la crisis. Se han reunido con los de ella y han escuchado de su boca que están dispuestos a “meter palo” en las calles para reprimir eventuales protestas que pueda provocar su plan de ajustes y reformas.

Pero Massa y Pesce aspiran a palear el bache de los dólares. “Hay que buscar uno a uno los dólares, y eso que lo que están haciendo, para crear un puente de dólares hasta el año próximo, cuando superada la sequía y con el impacto pleno del gasoducto Néstor Kirchner, que se inaugura ahora, vamos a tener un superávit comercial de 13.900 a 16.800 millones de dólares”, cuentan en el equipo económico. “Para reducir el impacto negativo de la sequía en el nivel de actividad económica, entendiendo que se trata de una situación coyuntural que ya se empieza a superar, el Central tendió a regular la demanda de divisas”, agregan.

El “puente de dólares” se construye con varios bloques. Hay que ver si los suficientes como para cruzar el río revuelto. Por un lado, las autoridades les pidieron a las grandes empresas como las de consumo masivo y automotrices que usen sus prefinanaciones de exportaciones de 2024 para pagar ahora importaciones y a las petroleras que financien por 90 días sus compras externas de combustibles. Intensificaron las restricciones del Sistema de Importaciones (SIRA), lo que ha motivado quejas de todo tipo, incluidas las de una reciente reunión bilateral de funcionarios, diplomáticos y empresarios de Japón, de firmas como Mitsubishi, Mitsui y Toyota. El Central impuso a las provincias el mismo régimen que ya aplicaba a las compañías con deudas externas, de que deben refinanciar el 60% de sus vencimientos y sólo pueden abonar el 40%. La Córdoba del precandidato presidencial Juan Schiaretti promete ir a la Justicia.

Mientras, Massa y Pesce se ilusionaron esta semana con empresas chinas de energía y minería que están dispuestas a invertir en la Argentina. Entre el gas y el litio esperan que “se supere para siempre la restricción externa” (escasez de dólares) de la Argentina. Este mes, en Jujuy, la litiera australiana Allkem, en sociedad con Toyota, comenzará a triplicar su producción en el Salar de Olaroz y al lado entrará en funcionamiento la tercera mina del “oro blanco” en la Argentina, la de Olaroz-Cauchari, a manos de la canadiense Lithium Americas, en alianza con la china Gangfeng, cuyos ejecutivos se reunieron con Massa el miércoles en Shanghai. Son nuevos dólares de exportación.

El 20 de junio se inaugurará con un acto a todo circo el gasoducto Kirchner, primer tramo, que une Vaca Muerta con la provincia de Buenos Aires. Eso permitirá ahorrar en lo inmediato US$ 2.000 millones de importaciones de gas. Para el mismo día, Massa le había pedido al presidente de Enarsa, Agustín Gerez, que anunciara la licitación del segundo trayecto, hasta la provincia de Santa Fe, que costará US$ 2.500 millones, 300 millones más que el primero. El asunto es que para la etapa inicial hubo fondos del Tesoro, incluido el aporte extraordinario de las grandes fortunas, pero para el segundo ya no. Por eso, se busca financiamiento externo y privado.

Esta semana, tras la reunión en Brasilia entre Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente brasileño instruyó a su Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) que financie las chapas y los tubos de la extensión del gasoducto. El embajador en Brasil y precandidato presidencial, Daniel Scioli, lo difundió como un logro concreto de su gestión, mientras que Massa hablaba, pero no materializaba, el financiamiento de la empresa Power China para la instalación del segundo tramo. Es parte de su rivalidad Scioli-Massa, que se inició cuando el abogado tigrense se alejó del kirchnerismo en 2013 y que continúa ahora que este se ha reconciliado con Cristina Fernández de Kirchner y que el embajador aparece alineado con el jefe de Estado. Pero más allá de las rencillas, hay problemas concretos. Brasil ofrece US$ 600 millones de crédito pero para tubos elaborados allí, no con chapa brasileña pero terminados en Valentín Alsina, como en el primer tramo. Además ese es el costo de los materiales, pero aparte están los 2.500 millones de instalación. China puede financiar una porción, pero no todo. Se requerirá pasar la gorra a organismos multilaterales, como los bancos Mundial, Interamericano de Desarrollo (BID) o Corporación Andina de Fomento (CAF), y a las petroleras, que pueden estar interesadas porque la obra se repagaría muy rápido dadas las ganancias prontas que generaría.

Mientras, se esperan prontas noticias del FMI. Analistas con diálogo con sus técnicos advierten que, aunque adelanten desembolsos, no alcanzará para abonar todos los vencimientos de deuda de la Argentina, que incluyen las obligaciones con el propio Fondo, con tenedores de deuda pública y también privada. Recuerdan que a Mauricio Macri le dieron el mayor préstamo de la historia, pero en teoría le iban a dar a cuentagotas una porción para intervenir en el mercado cambiario. La mayoría era para pagar el exceso de endeudamiento que el ex presidente había tomado en apenas dos años y medio. Agregan que el FMI siempre pedirá medidas a cambio, más ajuste fiscal o más depreciación del peso oficial, por más que Estados Unidos se muestre proclive a ayudar a la Argentina ante la sequía.

¿Qué dicen las otras grandes potencias sentadas en el directorio del organismo? Por ahora, no mucho, esperan a que el staff técnico continúe negociando con el viceministro de Economía Gabriel Rubinstein y el director del Central Jorge Carrera, entre otros. Sólo atinan a deslizar suspicacias sobre el viaje de Massa, Pesce y Máximo Kirchner a China. “No hay preocupación por el viaje, Massa debe mostrar que está trabajando y haciendo todo lo que se puede, pero hay que ver los resultados, hay que ver qué dice Estados Unidos”, comentan fuentes diplomáticas asiáticas, más preocupadas por la Estación del Espacio Lejano china en Neuquén y no por las ayudas económicas de Bejijng. En cambio, en una embajada europea se muestran más inquietos: “Desconocemos las condiciones que pone China para estrechar la cooperación. Si a la dependencia económica se añadiera la dependencia política, Argentina no ganaría nada. Europa es el mayor inversor en la Argentina. La UE y Occidente en general han aportado mucho a la Argentina, por ejemplo en el ámbito económico, cultural, científico y con una base común de valores que ha surgido de nuestros lazos históricamente fuertes. Por lo tanto, es importante para nosotros que Argentina siga siendo un socio multilateral fuerte a nuestro lado”. Geopolítica en el medio de la tensión preelectoral.

AR /MG

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