El presidente de EE.UU., Donald Trump, prometió este martes apoyo incondicional para la reelección de su principal aliado latinoamericano, Javier Milei, tras la cumbre entre ambos mandatarios. Su secretario del Tesoro, Scott Bessent, había anunciado un día antes una ayuda –léase, endeudamiento– sin condiciones a cambio. El ministro de Economía, Luis Caputo, fue testigo de la cita presidencial y anticipó que se habló de una cifra “específica”, pero aclaró que dejará que EE .UU. la anuncie.
Entre estos gestos y la suspensión de retenciones al agro y las carnes hasta las elecciones legislativas del 26 de octubre, el dólar se derrumbó de $1.523 el pasado viernes a $1.385 y el riesgo país, indicador del peligro de default, de 1.456 puntos básicos a 1.023. Pero entre analistas independientes, o mandriles, como tacharía Milei, el crédito de EE UU y el impulso a liquidar exportaciones agropecuarias sin retenciones constituyen dos medidas que calman la crisis cambiaria quizás hasta los comicios, aunque no la resuelven de ahí en más.
“Es una bandita (curita) temporal”, sentencia Mauricio Monge, economista senior de la consultora británica Oxford Economics. “Ciertamente ha ayudado a bajar el pánico que se había generado por el resultado de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. ¿Qué tanto va a durar? Depende de qué tan bien le vaya al Gobierno en las elecciones de octubre. Buscar el apoyo del Tesoro (de EE.UU.) fue básicamente para dar un golpe de confianza para decir que tienen los fondos para cubrir los pagos (de deuda) en 2026. Ahora hay que ver cuánto les van a prestar. Argentina necesita casi US$10.000 millones para pagarles a los bonistas”, analiza Monge.
¿Cuál es el precio que reclamará Trump a cambio? Ya de por sí Milei se ve alineado completamente con Trump en todo, incluso en su agenda global de temas como salud o medio ambiente. Además, le ha vendido a una empresa norteamericana, Arc Energy, la única compañía estatal que fue capaz de privatizar a pesar de sus deseos, la metalúrgica Impsa, y su presidente en Nucleoeléctrica Argentina, Demian Reidel, ha anunciado un acuerdo con una firma estadounidense cuyo nombre mantiene en secreto para desarrollar pequeños reactores nucleares.
Pero la alianza podría ir más allá. “Tal vez EE.UU. pida condiciones en las relaciones internacionales, que Argentina quite su swap line (línea de financiamiento con canje de monedas) con China y no busque vínculos con países considerados enemigos... habrá que ver qué sucede con Brasil”, especula Monge.
La suspensión de retenciones, a su vez, provocará una mayor liquidación del agro y la ganadería, según coinciden Monge y otros de sus colegas que hasta lo igualan con el dólar soja de Sergio Massa como ministro de Economía en 2022. Sin impuestos, los productores ganan 25% más. “Pero no será un flujo de dólares suficiente como para resolver el problema de la Argentina”, opina el consultor de Oxford Economics, y añade: “Se debe devaluar el peso un 20%, el dólar debería estar a $1.600 para que las exportaciones se estimulen y las importaciones se corrijan porque está demasiado altas”.
“Estas medidas son temporales, eleccionarias”, analiza el exviceministro de Economía Orlando Ferreres. “La política actual es de corto plazo. La baja a cero de las retenciones es de un mes, conseguís US$7.000 millones”, se refiere a un acuerdo al que arribó el Gobierno con las cerealeras. “Los exportadores van a liquidar, pero la baja de las retenciones puede implicar algún aumento, no muy grande en los precios (de los alimentos)”, advierte Ferreres. Sucede que los impuestos a la exportación le ponen un tope a los valores que los productores pueden vender en el mercado interno. Al quitarlos, pueden pedir más por sus granos o carnes en la plaza interna y si no, la mandan para el extranjero.
“Trump va querer algunas garantías por su préstamo, o swap, o compra de bonos en dólares”, aclara Ferreres. “Después del 26 de octubre viene cierto reordenamiento del programa económico. Hay que pensar más en la inversión bruta interna fija (la de maquinaria y construcción) y darle perspectivas al sector real de la economía: productividad, más salario real, cambios laborales, cambios impositivos, menor pobreza”, completa el consultor.
“Son dos parches importantes, potentes, pero no resuelven el problema de fondo, lo patean para adelante, es como cargar nafta a un tanque pinchado”, contesta Pedro Gaite, de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). “Porque la Argentina no tiene sólo un problema de falta de reservas sino uno de flujo, necesita generar más dólares de los que salen. Con este tipo de cambio no tenés un flujo positivo para acumular reservas. La suspensión de retenciones mejora la rentabilidad del agro y, al ser por un mes, es esperable que los exportadores liquiden, pero hay que ver cuántos dólares entran. Quizás entran US$4.000/5.000 millones. El tema es que el exportador, una vez que liquidó, no compre dólares, como se ve hasta ahora”, advierte Gaite.
“Después está el problema del día después: porque los dólares que se liquiden ahora serán los que no vas a tener después, con lo que las expectativas de devaluación poselecciones podrían incluso aumentar”, alerta el economista de FIDE. “Ya pasó con la baja temporal de retenciones en el segundo trimestre del año: ahora estamos sufriendo las consecuencias del adelantamiento de exportaciones.”
Gaite calcula que la baja tributaria costará el 0,25% del PBI, “un montón de guita, pero no va a implicar una gran reducción del superávit fiscal, del 1,6% del PBI al 1,4%, aunque es contradictorio con su discurso de que por cada aumento del gasto hay que mostrar la partida de dónde se saca”. Además, la medida “puede tener traspaso a precios, pese a que buscan evitar una aceleración inflacionaria bajando el tipo de cambio”.
“Hay que ver cuánto termina entrando de EE UU, cuándo, para qué se usa y con qué condiciones, más allá de las financieras”, abre el paraguas el economista de FIDE. “Si llega antes de las elecciones, puede que los dólares se terminen fugando. Podés mantener un tipo de cambio bajo, pero después puede subir y además hay que repagar el crédito a EE UU.”
En uno de los principales bancos argentinos analizan el préstamo bajo condición de anonimato: “Nada es gratis en la vida. Habrá que ver qué piden a cambio, imposible saberlo, excede largamente el terreno de la economía”. En cuanto a las retenciones, calculan que implica una pérdida de recaudación tributaria de $1,9 billones, “pero igual se alcanzaría el superávit fiscal financiero, no necesariamente la meta de 1,6% del PBI acordada con el FMI (Fondo Monetario Internacional) para el superávit primario (antes del pago de la deuda). ”Con lo cual quizás no ajustan nada. A priori, la medida podría funcionar para que el campo liquide, pero un poco va a depender de lo que anuncie el Tesoro que importa ahora, el de EE UU“, bromean en el banco.
En otra entidad financiera opinan que el préstamo y las retenciones cero “no resuelven la crisis, pero le da tiempo al Gobierno para llegar con muchas menos tensiones a la elección y les debería ayudar a pensar en lo que viene con más calma”. “Un apoyo tan claro de EE UU va a mejorar el desempeño electoral del Gobierno en la proxima elección”, pronostican en este banco, aunque consultores políticos como Jaime Durán Barba consideran lo contrario.
En un tercer banco observan que el Gobierno ganó “tiempo para ordenar el régimen cambiario y la política monetaria sin incurrir en disrupciones desestabilizantes, en particular antes de las elecciones”. Agregan que el gobierno de Trump no contradecirá al FMI en cuanto a la exigencia del organismo de que se empiecen a acumular reservas de una buena vez.
En un cuarto banco destacan “un cambio de expectativas, que antes estaban desancladas”, pero aclaran que “hay que ver el detalle de lo que ofrece EE UU”. “Estructuralmente, el mercado de cambios puede que siga demandado, pero que la corrección sea lenta. Algo puede haber de presión en los precios por la baja de retenciones, pero limitada por el bajo nivel de actividad. La economía va camino de acumular dos trimestres seguidos de caída, es decir, de declararse oficialmente en recesión.
En una sociedad de bolsa reconoce que “hasta ahora el anuncio de Bessent ha ayudado a cambiar las expectativas y es necesario que se conozcan mejor las características del acuerdo para ver realmente cuánto puede influir”. “Por ahora esto le da vida al sistema de bandas cambiarias hasta las elecciones de octubre, pero el resultado de las mismas sigue siendo el principal determinante sobre el futuro de la crisis. En cuanto al apoyo de Trump, probablemente implique un alineamiento geopolítico con Washington aún mayor tratando de balancear el peso de China en el pais. En fin, un contrapeso al swap chino, el cual Bessent ya critico en el pasado y reclamó que Argentina debía darlo de baja”, agregan en la firma bursátil.
“La baja de retenciones costará alrededor de 0,15% del PBI, unos US$1.200 millones, si es que llegan a liquidar los US$7.000 millones”, continúa en la bolsa. “No creo que el gobierno recorte nada en especifico para compensarla sino más bien seguirá con su politica de control de gasto en donde tiene poder de acción, como es subsidios energéticos, transferencias a provincias y gasto de capital (obra pública). En la situación critica que está el programa economico, el costo fiscal de la medida es bastante menor comparado con el apoyo financiero que podría dar EE UU. La caída de la recaudación no se compara con una ayuda financiera de entre 7.000/10.000 millones que se esperan de EEUU. Eso sí, podemos ver algún aumento mayor en los precios de los alimentos, por la mejora en el precio efectivo de exportación, algo que se vio en el primer trimestre del año, cuando se realizó la primera baja transitoria de las retenciones”, finalizan el análisis.
En el mundo académico, un profesor advierte sobre las dos medidas del Gobierno para contener el dólar: “Es una solución temporal porque depende del 26 de octubre. Lo esencial es cuál va a ser el esquema de salida de la banda cambiaria. El Tesoro, a través del FMI, va a pedir flotación del tipo de cambio y acumulación de reservas. Si el kirchnerismo asoma como opción para 2027, la flotación será más traumática. En cuanto a la baja de retenciones, no implicará mucho ajuste del gasto, aunque la inversión pública seguirá abajo, ni tampoco habrá cambio de escalón inflacionario... eso será un tema de octubre o noviembre si hay incertidumbre sobre el régimen cambiario poselectoral”.
“Lo único que veo es que siguen sin comprar reservas”, alerta otro catedrático. “Si yo tuviera pesos, a este precio compraría”; añade. Al menos, el diario Clarín publicó rumores del mercado de que este martes el Tesoro volvió a comprar dólares, después de semanas de tensión.
AR