El Gobierno apuesta a llegar a los US$100.000 millones de exportaciones anuales

La suba del precio de los alimentos derivada de la guerra entre Ucrania y Rusia le dio un empujón a las exportaciones argentinas, que entre enero y julio alcanzaron un récord de US$52.151; un 22,3% de crecimiento interanual. El salto no se explica solo por el precio, sino también por los volúmenes enviados al exterior y el Gobierno se entusiasma con cerrar 2022 con exportaciones totales por US$100.000 millones, lo que superaría el registro más alto hasta el momento, de 2011. 

Sin embargo, no solo las exportaciones crecen a un ritmo fenomenal; también las importaciones están en valores récord. En los primeros siete meses del año totalizaron US$49.611 millones, lo que representa un crecimiento de 44,6% respecto del mismo período del año pasado. 

En este caso también el aumento se explica por los mayores precios, en máximos históricos, y por un incremento en las cantidades. Solo las categorías vinculada a la energía y los bienes intermedios (insumos para la producción) explica dos tercios del incremento total de las importaciones. 

En el Gobierno destacan que el saldo total de la balanza comercial es superavitaria por US$2.540 millones en el acumulado de los primeros siete meses. Si bien el dato es positivo, es un superávit inferior al de los últimos tres años, cuando las exportaciones –y las importaciones–  no habían tenido un salto tan notable. Para el mismo período en 2019 el saldo era de US$6.585 millones, en 2020 de US$9.798 millones y en 2021 de US$8.310. Es decir que, aún con una performance récord, el monto de dólares que efectivamente recauda el país es mucho más pequeño. 

En julio las exportaciones sumaron US$7.773 millones, un valor récord para el mes, sin embargo el saldo de la balanza fue negativo por segundo mes consecutivo. Esto porque mientras las ventas al exterior crecieron 7,2%, las importaciones escalaron 43,7%. Fue uno de los meses más fríos del año, con alto consumo energético. 

El país al que más le compró Argentina no fue Brasil ni China –sus dos socios comerciales principales– sino Estados Unidos. De ahí vinieron barcos de gas natural licuado (GNL), producto que representó el 10,6% del total de las importaciones, y también gasoil, que significó el 9,2%. También recibimos energía de Guinea Ecuatorial, Argelia, Noruega, Arabia Saudita, Corea, India, Emiratos Árabes Unidos, Finlandia y Bolivia.  

El Gobierno también apunta contra las importaciones especulativas. Esas que no responden a encargos estrictamente necesarios para mantener la actividad en marcha sino que buscan beneficiarse con la brecha (se importa al dólar oficial mayorista, que tiene un valor más de 100% inferior al blue) o adelantarse a una posible devaluación. 

Por otra parte, lo que más se exportó en julio fue maíz (17% del total de las exportaciones de julio), que salió de los puertos argentinos y terminó en Corea, Vietnam, Egipto, Arabia Saudita y Malasia. También derivados de soja (20,7%) con destino a Vietnam, España, Indonesia, Italia, Malasia, India, Bangladesh, Mozambique y República Dominicana. 

“Es cierto que hubo déficit en los últimos dos meses, pero el saldo sigue siendo positivo y hacia adelante no vamos a tener gastos tan altos en materia energética”, señaló Cecilia Todesca Bocco, secretaria de Relaciones Económicas Internacionales en la Cancillería. “Es el segundo año que la economía crece consecutivamente, algo que no se ve desde el 2010-2011, y con una balanza comercial positiva. Son cosas que no siempre van de la mano y lo estamos logrando”, sumó. 

DT