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Economía y comicios

Massa congela precios con la ilusión de que septiembre no sea tan malo como agosto

Los celulares se sumaron a los congelamientos.

Alejandro Rebossio

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El ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, espera que la inflación de septiembre sea al menos un poco más baja que la de agosto. El índice de precios al consumidor (IPC) del mes actual se conocerá el 12 de octubre, diez días antes de las elecciones. Para ello apuesta a congelar las cuotas de las prepagas (aunque este mes rige una suba del 7,1% para los afiliados de altos ingresos y del 5,5% para los que ganan menos de $708.000, y el aumento cero se aplica entre octubre y diciembre para los que cobran menos de $2 millones); el boleto del colectivo y el del tren (de septiembre a noviembre); las tarifas de energía (pese al pedido de incrementarlas del Fondo Monetario Internacional, FMI); el precio de la nafta (tras elevarse 12,5% en agosto se mantiene este mes y el próximo) y el de los medicamentos (desde el 18 de agosto, es decir cuatro días después de la devaluación y el salto inflacionario, hasta el 31 de octubre). Además impuso un tope de subas del 5% mensual en Precios Justos en los supermercados para agosto, septiembre y octubre.

Este lunes se sumaron congelamientos por 60 días en los precios de autos, motos, celulares y línea blanca (heladeras, cocinas y lavarropas). En total los acuerdos se extienden a 13 sectores, unas 430 empresas, aunque sólo 212 de ellas se comprometieron por escrito. A cambio, reciben beneficios impositivos.

El congelamiento más controvertido quizás sea el de las tarifas de luz y gas. Tras la devaluación, el FMI anunció el acuerdo con la Argentina y le giró US$7.500 millones, pero aclaró que el país debía encarecer aún más la energía, congelar los salarios de empleados públicos en términos reales (en relación a la inflación) y ajustar planes sociales para cumplir una meta de déficit fiscal primario (antes del pago de deuda) del 1,9% del PBI.

La secretaría de Energía, Flavia Royón, llegó a admitir que se estudiaban alzas para usuarios de mayores ingresos. Pero después de eso, Massa anunció refuerzos de ingresos que amplían el rojo en 0,5 puntos del PBI, incluido el bono a los trabajadores estatales. Es decir, el pacto quedó en papel mojado. Total, recién a fines de noviembre, cuando haya presidente electo, la Argentina tendrá que renegociar con el organismo la próxima transferencia.

El ministro candidato, a cargo del gobierno en los hechos, ya no tiene más incentivos para cumplir con el Fondo y por eso va más allá y ahora analiza con Royón congelar las tarifas. Ya lo hizo también Mauricio Macri tras perder las primarias de 2019 y en campaña a los comicios generales.

En la Secretaría de Energía sostienen que todavía no hay decisión tomada. En las distribuidoras se hacen eco de los rumores de los últimos días de que los aumentos quedarían en la nada. En las generadoras, en cambio, todavía se esperanzan con un incremento.

Un banco internacional advierte que en septiembre la inflación puede dar más baja que agosto sólo si el mes pasado da muy alto, cercano al 14%, pero señala que el acumulado posdevaluación entre agosto y octubre será del 25% y así se llegará a las urnas

El economista cristinista Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), considera que con todos los congelamientos y los topes a los aumentos seguramente el IPC de septiembre sea menor que el de agosto. El mes pasado rondó entre el 10% y el 13%, según diversos analistas. Pero Andrés Borenstein, economista de la consultora Econviews que asesoró en la campaña a Horacio Rodríguez Larreta y que acaba de publicar el libro Puede fallar con Gabriel Llorens, duda que septiembre sea mejor que agosto: “No creo. Los congelamientos no son importantes en el IPC. Pero falta mucho tiempo. Quiero saber qué pasa con los alimentos porque los Precios Justos no inciden mucho”, se refiere a que las carnes, las frutas, las verduras y otras comidas corren por fuera del programa. Además, recuerda que el salto inflacionario tras la devaluación del 14 de agosto pegó en las últimas dos semanas de ese mes, pero también impactará en las mediciones del IPC de las primeras dos semanas de septiembre.

En bancos internacionales las aguas se dividen. En uno de ellos considera que septiembre sólo puede dar mejor que agosto si el mes pasado da muy alto, cercano al 14%, pero advierte que el acumulado posdevaluación entre agosto y octubre será del 25% y así se llegará a las urnas. Además, advierte que los refuerzos de ingresos y su impacto fiscal alientan también la inflación, como la depreciación del peso oficial, aunque celebra que ese gasto extra haya sido financiado el pasado viernes con la emisión de deuda, no de moneda. El precio que debió pagarse es la colocación de bonos atados a una inflación que amenaza con dispararse con el cambio de gobierno. En otro banco foráneo, en cambio, consideran que el IPC de septiembre puede ser inferior: “Si da menos, es manipulada por los acuerdos de precios. Para eso también sirven”.

AR/JJD

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