Podría haberme sentido confundido como aquel universitario sueco que citaba el gran Mario Wainfeld en sus notas: ¿Cómo es posible que una noticia que destaque el crecimiento económico del país dispare una catarata de indignación? En realidad es muy fácil de entenderlo. La izquierda sigue gestionando gobiernos que no mejoran en absoluto la vida de la gente.
“Última hora”, publicó El País de España: El Fondo Monetario Internacional informó que España es la economía avanzada que más crece por segundo año consecutivo. En efecto, la nación ibérica crece por encima del 2% desde el 2022. Los trabajadores, sin embargo, son cada vez más pobres. Poco de lo que ha hecho el gobierno liderado por Pedro Sánchez, junto a otras fuerzas de izquierda, ha modificado la estructura de ingresos de las grandes mayorías.
Jullen Bollain, un usuario de X, doctorando en una universidad española y seguido por varias cuentas importantes del mundillo político, trajo a la memoria una nota del 2022 que se convirtió en la respuesta más certera y más indignante al anuncio del FMI: “El salario más frecuente en España es de 1.041€/mes brutos. El segundo que más se repite, 1.178€/mes brutos. Salarios basura que no permiten llegar a fin de mes. Para que luego, encima, venga el sinvergüenza de turno a decir hay que currar 14 horas”.
Los datos corresponden a la última encuesta de estructura salarial del Instituto Nacional de Empleo de España, realizada en el 2022, aunque no deberían diferir mucho de lo que sucede en la actualidad. Por el contrario, si se tiene en cuenta lo que ha crecido el valor de las propiedades y los alquileres, los trabajadores están peor.
En el Parlamento, el diputado Gabriel Rufián, dijo durante una sesión esta semana: “El salario promedio de este país es de 1300 euros en el mejor de los casos, y el alquiler en muchas ciudades ya está en 1600 euros”. Su gobierno puede caer por eso le dijo a Sánchez, que lo observaba con unos ojos de, “ya sé todo eso, pero qué puedo hacer…”. Pocas cosas novedosas se le ocurren a la izquierda estos días.
Para que no quede en solo una declaración de un político, una usuaria de X, dio precisiones sobre lo que se lleva el alquiler de sus ingresos. “Teniendo una de las mejores becas postdoctorales de España, gasto el 70% en pagar el alquiler (piso de 40m2 lejos del centro). En otras palabras, mi casera está recibiendo una de las mejores becas postdoctorales de España”.
Por cierto, no hay que creer que porque el alquiler sea caro el departamento sea bueno. Al contrario, el producto inmobiliario estrella en Madrid son las habitaciones tabicadas con durlock. Un chofer de Uber me contaba estos días que él duerme en una habitación que surgió de tabicar un living. Ya ni siquiera hay espacios comunes. Habitación de dos por dos y un baño compartido.
La indignación, de todas formas, no hizo foco solo en la vivienda. También hubo tiempo para darle un vistazo al parque automotor y sacar conclusiones. “El coche más vendido en Bélgica, Dinamarca y Holanda: TESLA Model Y. El coche más vendido en España: Dacia Sandero (igual que en Marruecos). Pero vamos como un tiro y somos la economía que más crece de Europa…”, publicó otro usuario de X que reposteó un informe sobre los autos más vendidos en el mundo.
El Dacia Sandero, que no sé si guarda alguna relación con aquel Dacia parecido al Renault 12 pero más feo que se vendía en Argentina, es el auto más barato de España, y cuesta unos 12 mil euros. El Tesla Model Y, que se vende en primer lugar en Dinamarca, Holanda y Bélgica, arranca en 40 mil euros según el modelo…
Varios otros temas ocuparon la discusión en redes y medios de comunicación. Del ahorro, que en los jóvenes casi no existe según cifras oficiales, a la cuota que deben pagar los monotributistas, y cuyo valor será aumentado próximamente al punto que una persona que gane unos 650 euros al mes deberá pagar de cuota mensual casi la mitad de ello.
Como si fuese parte de una gran conspiración, a alguien se le ocurrió informar que el sueldo de los ejecutivos del Ibex (la bolsa española) ha crecido en 20 años casi el triple que el salario medio en España…
Al final, en muchos de los posteos, que citaban en su mayoría el anuncio del FMI sobre España, predominaba la crítica, pero en otros también se arriesgó alguna que otra causa. Un usuario de X seguido por dirigentes políticos y colegas que presumirían de contar con las obras completas de Marx en su biblioteca, sentenció: “Las claves del ‘milagro económico español’: 1. Salarios de miseria y sobreexplotación de la clase obrera (nativa y extranjera). 2. Pérdida de derechos laborales sin contestación sindical. 3. Especulación descontrolada con la vivienda y brutales beneficios para los especuladores”.
No fue el único que se pronunció en ese sentido. El propio Rufián, citado anteriormente, propuso que la compra de vivienda como opción de renta sea gravada con impuestos que lleguen al 40 o 50%. Son medidas necesarias y urgentes que nadie se anima a tomar, al menos entre los gobiernos llamados progresistas. Sin embargo, y en el caso de que así lo hicieran, ¿alcanza?
El primer ministro de Bélgica, Wart de Weber, dijo días atrás algo que permite ampliar el debate: “Si la política no cambia, nuestro Estado de bienestar se derrumbará. Durante demasiado tiempo, el crecimiento fue despreciado como una obsesión de la derecha. Pero más crecimiento significa más solidaridad. La prosperidad, y no el Estado, es el fundamento. Es el pedestal sobre el que descansa todo lo demás.”
Habría que preguntarle a Wart de Weber en qué sentido se imagina que debe cambiar la política. Aunque también podría señalársele que el caso de España, donde la economía crece, no implica ni mucho más Estado de bienestar ni mucha más solidaridad. Una línea telefónica donde respondan inquietudes sobre el problema de la vivienda —como anunció la ministra española del área esta semana— parece más una palmadita en el hombro que una medida solidaria real.
¿Entonces? Quizás alguien, de derecha o autopercibido progre sin sesgos, señalará que es una cuestión de “competitividad”. Del otro lado, quizás, instarán a que se reparta mejor la riqueza, un slogan tan vaciado de sentido como difícil de realizar en las actuales condiciones…
La izquierda necesita nuevas políticas, nuevos esquemas, ideas diferentes, verdaderamente revolucionaras. Ezra Klein, en su libro Abundance, propone algunas ideas tras un largo pero válido diagnóstico. Los políticos, sin embargo, siguen repitiendo viejas fórmulas.
Por eso, quizás, esta semana en Madrid los trabajadores y sectores progresistas marcharon por las calles de la ciudad para alzar carteles y vitorear proclamas sobre la “siniestralidad laboral”, y el “daño a la democracia” de los Donald Trumps… Consignas que ofrece el mercado político y que no por anacrónicas ni simplemente marketineras, servirán poco y nada para comprarte una casa, o cambiar ese poco agraciado Dacia Sandero.