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Información y medios

Más influencers y menos periodistas: las fuentes de noticias que apoyan a Trump y se extienden por todo el mundo

Donald Trump saluda a Joe Rogan en un evento de artes marciales mixtas en el Madison Square, en Nueva York, el 16 de noviembre de 2024.

María Ramírez

Oxford (Reino Unido) —

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La semana después de la toma de posesión del presidente de EEUU, Donald Trump, más de un 20% de los estadounidenses siguió la actualidad a través de Joe Rogan, un cómico reconvertido en presentador de podcast que apoyó a Donald Trump en las últimas elecciones, difundió noticias falsas contra las vacunas durante la pandemia de covid y mezcla entrevistas de más de dos horas con comentarios sobre artes marciales mixtas y consejos de dietas y meditación. El porcentaje de los que vieron noticias y comentarios de Rogan sube casi al 30% entre los menores de 35 años, la mayoría hombres y la mayoría identificados ahora con la derecha.

Estos son datos del informe anual sobre información y medios del Instituto Reuters para el estudio del periodismo de la Universidad de Oxford, que se publica este martes.

Estados Unidos es el caso más radical en el cambio de las fuentes de información de manera acelerada, y es uno de los países donde por primera vez hay más personas que declaran informarse por redes sociales, incluyendo video-podcasts en YouTube, que por la televisión y las webs de noticias. Pero la misma tendencia se repite por todo el mundo, con un auge del uso de redes para informarse donde periodistas y medios son cada vez menos relevantes, según el informe, que recoge datos y análisis de 48 países en los cinco continentes.

En la última década, la televisión ha sido el medio que más ha aguantado dentro de los tradicionales, pero su declive es cada vez más notable en los mercados más desarrollados. Aunque sigue aguantado en algunos países, entre ellos España, su papel está siendo reemplazado por información audiovisual fuera de los medios, sea en YouTube o en plataformas especializadas en formatos cortos.



“Un cambio acelerado hacia el consumo mediante las redes sociales y las plataformas de vídeo está mermando todavía más la influencia del ‘periodismo institucional’ y sobrealimentando un ambiente alternativo y fragmentado de medios que incluye una variedad de presentadores de podcast, youtubers y tiktokers”, dice el informe. “Políticos populistas por todo el mundo cada vez son más capaces de saltarse el periodismo tradicional a favor de medios partidistas amigos, personalidades e influencers que a menudo logran acceso especial, pero raramente hacen preguntas difíciles y a menudo se implican en la difusión de relatos falsos o cosas peores”.

Impacto electoral

La fragmentación de las fuentes de información y la atención a comunicadores individuales —la abrumadora mayoría, hombres— que mezclan información y entretenimiento con estándares bajos no son nuevas, pero esta tendencia se ha acelerado en el último año y puede tener un impacto electoral.

“Si la victoria de Donald Trump en el primer mandato fue facilitada por la exposición masiva en los medios tradicionales y mucho tiempo en antena en medios partidistas, esta vez su éxito ha sido por lo menos en parte debido a su cortejo de un ecosistema alternativo de medios que incluye a presentadores de podcast y a youtubers”, dice el informe.

De hecho, uno de los debates sobre el resultado de las elecciones es sobre el efecto que Rogan –que tiene más de 16 millones de seguidores en YouTube y más de 14 millones en Spotify– no entrevistara a Kamala Harris, como sí hizo con Trump. La campaña de Harris aceptó las condiciones de que fueran tres horas en su estudio de Austin e incluso montó un acto en Texas para que encajara con la fecha sugerida a finales de octubre, pero Rogan le dio largas y entrevistó a Trump el día que la campaña de Harris le había propuesto.

La cercanía con influencers de este tipo y también con mucha menos audiencia ha seguido con Trump en la Casa Blanca, con la inclusión en el pool de prensa que sigue habitualmente al presidente para compartir la información con los demás periodistas y en las ruedas de prensa a activistas republicanos mientras ha limitado el número de medios tradicionales. También ha excluido a la agencia Associated Press por no cambiar su libro de estilo y seguir refiriéndose al golfo de México con su verdadero nombre, en un caso que está en los tribunales por la vulneración de la Primera Enmienda de la Constitución que protege la libertad de prensa.

La opinión desplaza a la información

Los medios con estándares y que aspiran a la información lo más neutral posible quedan desplazados por quienes viven de la opinión, un género cada vez más central en canales audiovisuales, y no sólo los más nuevos.

“La explosión de opinión no es algo que sucediera con Trump o que sucediera accidentalmente”, explica a elDiario.es Ann Marie Lipinski, directora de la Fundación Nieman para el periodismo de la Universidad de Harvard. “Hay muchas razones. Por supuesto, Internet es una. El crecimiento del llamado periodismo ciudadano, la proliferación de los influencers, las redes sociales… Y es muy fácil confundir entre una historia informativa y una pieza de opinión. El problema es más grande que el periodismo, pero creo que hemos desempeñado nuestro papel en el daño”.

En algunos casos, estas personalidades dedicadas sobre todo a la opinión han salido de la televisión, en particular de los canales de noticias de 24 horas convertidos cada vez más en 24 horas de tertulias.

De hecho, en Estados Unidos, el segundo influencer más citado en el informe del Instituto Reuters es Tucker Carlson, expresentador de Fox News y uno de los causantes de que la televisión tuviera que pagar una compensación millonaria por difundir falsedades a sabiendas sobre las elecciones presidenciales de 2020. Entre los menores de 35 años, Carlson llega al 16%.

La mayoría de los que logran más audiencia se identifican con la derecha, con casos especialmente extremos como Candace Owens, que llegó a decir que le parecía “OK” el “nacionalismo” de Adolf Hitler en Alemania. El único influencer identificado con la izquierda en Estados Unidos entre los más destacados en el informe es Brian Tyler Cohen, joven extertuliano de MSNBC y ahora dedicado a su canal de YouTube.

A menudo las barreras entre la campaña política y la información son difíciles de distinguir. Entre los casos más notables está el de Rumanía.

Călin Georgescu, el candidato de extrema derecha inhabilitado por la justicia tras la anulación de las presidenciales, hizo su campaña sobre todo como invitado en podcast conservadores y en su propio canal de TikTok, donde mezclaba su amor por el judo con su defensa de los argumentos del régimen ruso. Entre los rumanos encuestados para el informe del Instituto Reuters, Georgescu es el individuo más mencionado como fuente de noticias en redes sociales.

A distintas velocidades

La pérdida de peso de periodistas y medios a favor de figuras individuales y la información disponible en redes sociales sucede en todo el mundo, aunque a distintas velocidades.

“Estas tendencias son cada vez más pronunciadas en los Estados Unidos de Donald Trump, igual que en partes de Asia, América Latina y Europa del Este, pero están moviéndose más lentamente en otros lugares, especialmente donde las marcas de medios tienen una conexión fuerte con las audiencias”, dice el informe.

Hay grandes variaciones entre regiones —América y Asia están cambiando más rápidamente— y también entre países dentro de cada continente.

El número de personas que dicen que las redes sociales son su principal fuente de noticias ha cambiado poco en países como Japón y Dinamarca. En cambio, la información a través de redes ha subido en países donde está aumentando la polarización social, como el Reino Unido y Francia. En ambos, además, se está afianzando el apoyo a la extrema derecha.

En Europa, también se encuentran así figuras polarizadoras y que tienen sus propias empresas individuales, como Julian Reichelt, un antiguo director del diario Bild en Alemania, o Piers Morgan, exdirector de un tabloide en el Reino Unido, ex presentador de la CNN y ahora youtuber. El informe no incluye datos sobre influencers concretos en España.

En general, en la mayoría de Europa la encuesta no ha detectado una presencia de personas que atraigan ni tanta audiencia ni tanto interés como en Estados Unidos o América Latina.

Una de las excepciones en Europa occidental es el francés Hugo Travers, HugoDécrypte, youtuber de 28 años que empezó haciendo vídeos cortos en TikTok con el ánimo de explicar la actualidad de manera sencilla y llega hasta el 22% de los menores de 35 años en Francia. Se trata de una audiencia más difícil de atraer para los medios tradicionales.



“El vídeo online puede ser una buena manera para llegar a las audiencias más jóvenes, pero hay muy poca ventaja comercial para los editores, ya que la mayoría del consumo de noticias sucede en plataformas más que en webs de noticias tradicionales”, explica Nic Newman, el autor principal del informe. “Los editores también afrontan la pérdida de influencia, con políticos populistas cada vez más decididos a pasar por encima del escrutinio centrándose en su lugar en influencers de su cuerda”.

Algo positivo

El ecosistema alternativo también ofrece un desahogo en países con límites a la libertad de expresión y donde los medios tradicionales están controlados por los gobiernos. De hecho, el Instituto Reuters señala el caso de Tailandia, donde “una generación joven está cambiando la naturaleza del consumo de la información haciéndola más combativa y menos formal”.

Además de jóvenes tiktokers que informan de manera accesible, el personaje que más atención atrae es Kanchai Kamnerdploy, un actor y periodista que sigue en la televisión tradicional mientras tiene su propio canal en Facebook y YouTube, donde puede afrontar asuntos controvertidos sin someterse a las restricciones del regulador.

Desconfianza en las noticias

El avance de individuos que se presentan como independientes coincide con la baja de la confianza en lo que la audiencia identifica como noticias.

Considerando la media general de los 48 países, cerca del 40% de los encuestados dice que confía en “las noticias” –pueden venir de medios o no– la mayoría del tiempo. Los países con la confianza más alta son los nórdicos europeos, con Finlandia como líder, con el 67%, y Dinamarca, Noruega y Suecia por encima del 50%.

Los peores resultados se dan en Hungría y Grecia, donde apenas el 22% dice confiar en las noticias que ve la mayoría del tiempo. También es especialmente alta la desconfianza en Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Serbia, el último país incorporado al informe este año.

España está entre los países donde la desconfianza ha ido en aumento en la última década, y se sitúa por debajo de la media: sólo el 31% dice confiar en lo que identifica como noticias la mayoría del tiempo. La mejor marca de confianza la tienen los medios locales, y ha perdido terreno la radiotelevisión pública.

Es un país donde continúa el declive de todas las fuentes de información, aunque la televisión y los medios digitales siguen por encima de las redes.



Fragmentación de las redes

Considerando datos globales sobre las redes usadas para acceder a noticias, Facebook y YouTube siguen siendo las preferidas en un sistema cada vez más fragmentado y con notables ascensos de Instagram y TikTok. Hoy hay seis redes sociales con más del 10% de alcance frente a las dos de hace una década.

La red X sigue siendo minoritaria para el consumo de noticias, pero ha subido en Estados Unidos, según los datos de enero, por la entrada en particular de más usuarios que se declaran de derecha.



Los noticias falsas

Mientras una parte sustancial de la audiencia se entrega cada vez más a un nuevo sistema de información con pocas reglas y estándares, la preocupación por los noticias falsas y otras formas de desinformación crece.

En general, el 58% de la audiencia está preocupada sobre su propia capacidad para distinguir lo que es verdad de lo que es mentira cuando se trata de las noticias. La preocupación es más alta en África —hasta el 73%—y en Estados Unidos —73%— y es más baja en gran parte de Europa.

A nivel global, la audiencia identifica sobre todo a los políticos y a los influencers como principales fuentes de noticias falsas.



En España, la preocupación por los políticos y los partidos como agentes de desinformación es más alta que la media. De hecho, los influencers preocupan menos en comparación con los políticos.

En el caso de los encuestados en España, también hay un porcentaje más alto de personas que cree que los medios son fuente de desinformación, en línea con la confianza más baja en las noticias en general y por marcas de medios en particular.

En los países analizados, ante las dudas sobre si algo es verdad o mentira, la mayoría de la audiencia dice que acude, en este orden, a fuentes oficiales, webs especializadas, Wikipedia, medios tradicionales y fact-checkers. Pero en España y en otros países donde la confianza en las noticias en general es más baja, como Francia e Italia, menos personas dicen que recurren a medios para comprobar la información.

En cambio, la radiotelevisión pública es una de las fuentes más citadas en países como Dinamarca, Alemania y sobre todo el Reino Unido con la BBC, que también aparece mencionada como herramienta de comprobación en Estados Unidos.



Por todo el mundo, las audiencias suelen dar menos credibilidad a lo que ven en redes sociales, donde también se fían más de un contenido de una cuenta oficial o de un medio tradicional. Los europeos son especialmente escépticos en la información que encuentran en redes.

También hay brecha en la actitud entre Europa y Estados Unidos en cuanto a la moderación en redes sociales. Así, los encuestados en el Reino Unido y Alemania son los que tienen más probabilidades de decir que se elimina demasiado poco contenido, mientras que en Estados Unidos hay división de opiniones según la inclinación ideológica: quienes se identifican con la derecha dicen que se elimina demasiado y los de la izquierda dicen lo contrario.



Desconfianza de la IA

Por primera vez, el informe, que se hace desde 2012, también pregunta por la información recibida de chatbots de inteligencia artificial generativa. Esta es una fuente de noticias todavía minoritaria, pero que también está desviando la atención sobre todo de los menores de 35 años lejos de los medios. La tendencia se acelerará en particular por el cambio de Google, que ya ha desplegado en Estados Unidos su buscador en forma de chatbot.

En Europa, la respuesta más común entre la audiencia es la “incomodidad” con la idea de producir noticias usando inteligencia artificial, incluso aunque sea con supervisión humana.

Pero cuanto más alto es el uso de chatbots, más cómoda está la audiencia con que los medios utilicen esta herramienta, y viceversa.

Casi un quinto de los encuestados en India dicen que utilizan chatbots para informarse todas las semanas, y el 44% se declara “cómodo” con el hecho de que las redacciones recurran a estas herramientas. En cambio, en el Reino Unido, donde sólo el 3% dice que utiliza chatbots para informarse de manera habitual, el nivel de comodidad es sólo el 11%. Pese a ello, la generación de contenido a gran escala es algo que ya está haciendo la cadena de medios regionales británica Reach.

Considerando datos de 37 países por todo el mundo, hay consenso en que los efectos de la IA para la información serán noticias “más baratas de producir” y “menos de fiar”.

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