CONO SUR

Lula volvió a postergar su viaje a China al ser diagnosticado con una bronconeumonía bacteriana y viral

Una neumonía leve atrasó nuevamente el viaje de Lula a China. Debía partir, originalmente, el viernes 24, pero -a raíz de esa infección- postergó la salida para el domingo 26. Ahora, desde el Palacio del Planalto se acaba de difundir un nuevo comunicado. Allí se afirma: “En función de la orientación médica, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva resolvió aplazar su viaje a China. El atraso ya fue comunicado a las autoridades chinas con reiteración del deseo de remarcar la visita para nueva fecha”.

Los médicos que atienden al jefe de Estado, quien el viernes fue internado en el hospital Sirio-Libanés de Brasilia, dieron a conocer la evaluación de la dolencia: “Fue diagnosticada una bronconeumonía bacteriana y viral por el virus de influenza A. A pesar de la mejora clínica, el servicio recomendó la postergación del viaje hasta que se encierre el ciclo de transmisión”.

En la primera reestructuración del viaje, la cena que ofrecería Xi Jinping al mandatario brasileño este domingo fue pasada para el martes por la noche. Pero ese encuentro central, según calificaron fuentes diplomáticas de la comitiva, quedó suspendido. El líder chino estaba dispuesto a analizar con Lula una propuesta de paz para el conflicto entre Rusia y Ucrania, que acaba de cumplir un año a fines de febrero. En esencia, el planteo que llevaba el jefe de Estado brasileño era el de integrar un grupo, o club, de paz con países que no estén involucrados en esta guerra.

Para Brasil, la iniciativa contemplaría, como primera condición, que haya un cese de hostilidades para iniciar las negociaciones. En la última conferencia de las Naciones Unidas, también en febrero, la diplomacia brasileña votó a favor de la declaración de la ONU donde se establece, con claridad, que el organismo internacional defiende la integridad territorial de Ucrania en cualquier negociación futura.

A la gira de Lula estaba previsto que le seguiría la del jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, quién estará en la capital china el próximo jueves y viernes. Luego de ese periplo, está previsto que deberán peregrinar a Beijing la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente francés, Emmanuel Macron. Estiman estar allí el 4 de abril.

Desde los inicios de su tercer mandato, Lula da Silva formuló la pacificación de la contienda en el Este europeo como uno de sus ejes de política internacional. Para él, al establecerse el diálogo entre rusos y ucranianos se evitará una confrontación que podría, eventualmente, transformarse en global. “En el momento en que la humanidad necesita paz, se cumple un año de la guerra entre Rusia y Ucrania. Es urgente que un grupo de países, no involucrados en el conflicto, asuma la responsabilidad de encaminar una negociación para restablecer la paz”, tuiteó el presidente.

El gobierno Lula no posee un plan propiamente dicho. Pero sí se ve como uno de los “facilitadores”, con capacidad para acercar a las partes a la mesa de armisticio: “Estamos muy interesados en ayudar a general algún tipo de reunión que conduzca al proceso de paz” declaró el canciller Mauro Vieira. Moscú contempla esa posibilidad: “Rusia valor la posición de equilibrio de Brasil en la actual situación internacional” sostuvo, a fines de febrero el vicecanciller ruso Mikhail Galuzin. Recordó, en ese sentido, que “Brasil rechazó las medidas coercitivas tomadas por Estados Unidos contra nuestro país y rechazó proveer de armas a Kiev”.

Desde luego, esa discusión debía incumbir en forma exclusiva a los mandatarios chino y brasileño. El viernes, el ministro de la Secretaría de Comunicación Social, Paulo Pimenta, llegó a declarar: “No hay ninguna hipótesis de cancelación del viaje. El mandatario brasileño solo perderá el primer día de actividades de la agenda, que es el Foro Brasil China para el Desarrollo Sustentable. En cambio están mantenidos todos los encuentros con autoridades chinas” sostuvo.

En cuanto en el nivel ministerial y de empresarios, ya está en la capital china una nutrida parte de la comitiva, involucrada desde principios de la semana en negociaciones de las más diversas. De hecho esta parte de la gira tendría un relieve especial, desde que hay 20 acuerdos que podrían firmar ambos jefes de Estado. Se hablaba incluso de la posibilidad de que Brasil aceptaría ingresar en el proyecto chino de la “Ruta de la Seda”, donde ya se encuentran varios países latinoamericanos, incluida la Argentina.

EG