Un grupo independiente sobre seguridad alimentaria respaldado por la ONU confirma por primera vez de manera oficial que se está produciendo una hambruna en Ciudad de Gaza y advierte que se extenderá al resto de la franja en los próximos meses si no se toman medidas. Se trata de la primera vez que este organismo declara una hambruna en Oriente Medio, lo que se espera que aumente la presión sobre Israel.
“Tras 22 meses de conflicto incesante, más de medio millón de personas en la Franja de Gaza se enfrentan a condiciones catastróficas caracterizadas por el hambre, la indigencia y la muerte”, ha señalado este martes la Clasificación Integrada de Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC, por sus siglas en inglés).
El IPC sostiene que 514.000 personas —aproximadamente una cuarta parte de los palestinos en Gaza— sufren hambruna y advierte que la cifra aumentará hasta los 641.000 a finales de septiembre. “Como esta hambruna es totalmente provocada por el hombre, puede detenerse y revertirse. El tiempo del debate y la vacilación ha pasado; la hambruna está presente y se propaga rápidamente. No debe caber ninguna duda de que se necesita una respuesta inmediata y a gran escala. Cualquier retraso adicional, incluso de días, resultará en una escalada totalmente inaceptable de la mortalidad relacionada con la hambruna”, señala el informe.
Tom Fletcher, subsecretario general para Asuntos Humanitarios y Coordinador de Emergencias, afirmó este viernes que se trata de un “testimonio irrefutable”. “Esto es una hambruna. La hambruna de Gaza. Una hambruna que podríamos haber prevenido. La comida se acumula en las fronteras por la obstrucción sistemática de Israel. Una hambruna a unos cientos de metros de la comida y una tierra fértil”.
“Es una hambruna promovida abiertamente por algunos líderes israelíes como arma de guerra”, ha denunciado Fletcher. “Es una hambruna que nos perseguirá a todos. Permitida por indiferencia y sostenida por la complicidad”.
Antes que Ciudad de Gaza, el IPC ha declarado cuatro hambrunas: Somalia (2011), Sudán del Sur (2017), Sudán del Sur (2020) y Sudán (2024).
Para que una región sea clasificada en hambruna, al menos el 20% de su población debe sufrir escasez extrema de alimentos, con uno de cada tres niños gravemente desnutridos y dos personas de cada 10.000 muriendo diariamente de hambre o desnutrición y enfermedades. Israel rechaza la declaración de emergencia y alega que se basa en datos de Hamás —al inicio también rechazaba el recuento de fallecidos del Ministeiro de Sanidad, considerado válido por la ONU—.
Lo peor se está viviendo en el norte de Gaza y particularmente en Ciudad de Gaza, donde hay un millón de personas y contra la cual Israel prepara una nueva ofensiva militar, pero los datos revelados este viernes indican que “entre mediados de agosto y finales de septiembre de 2025 se prevé que las condiciones empeoren aún más, con una expansión de la hambruna” hacia el centro y el sur del enclave.
“Si hubiésemos tenido una política de hambruna, nadie en Gaza habría sobrevivido”, afirmaba hace unos días Netanyahu respondiendo a las acusaciones internacionales y las fotografías de niños desnutridos. El primer ministro incluso amenazó con demandar al periódico New York Times por publicar algunas de esas imágenes.
El secretario general de la ONU, António Guterres, también ha comentado la situación: “Justo cuando parecía que ya no quedaban palabras para describir el infierno en Gaza, se añade una nueva: hambruna”. “Esto no es un misterio, es un desastre provocado por el hombre y un fracaso de la gumanidad”.
“Como potencia ocupante, Israel tiene obligaciones inequívocas en virtud del derecho internacional, incluido el deber de garantizar el suministro de alimentos y medicamentos a la población. No podemos permitir que esta situación continúe con impunidad”, ha añadido Guterres.