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El príncipe Harry ganó su primera batalla judicial contra los tabloides por el pirateo de su teléfono

El príncipe Harry a su llegada al tribunal en Londres, en junio.

María Ramírez

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El príncipe Harry ganó este viernes una de sus batallas judiciales contra los tabloides en una sentencia que cuestiona una vez más la actuación de la prensa del Reino Unido y los reguladores. 

La justicia condenó al grupo editor del Daily Mirror a pagar 140.000 libras (178.000 dólares) a Harry por haber accedido a sus llamadas telefónicas y otros datos personales durante años.

El hijo del rey Carlos III aportó 33 artículos y el juez dictaminó que 15 publicados entre 2004 y 2009 contenían información obtenida con pirateos. Desde que el Guardian reveló las prácticas ilegales de los tabloides británicos, las grandes empresas editoras indemnizaron a víctimas de sucesos, actores y otros protagonistas voluntarios o involuntarios de noticias, pero no lo hicieron en público. 

Según la sentencia de este viernes, el pirateo de mensajes del contestador y otras formas de acceso a la información privada en teléfonos era “amplia y habitual” y los investigadores privados eran “parte integral del sistema” para conseguir información de manera ilícita. 

Así empezó

El Guardian empezó a publicar casos de piratería telefónica en 2009, pero el gran escándalo estalló en julio de 2011 cuando el periódico reveló el acceso ilegal al teléfono de Milly Dowler, una niña de 13 años asesinada en 2002. Los periodistas de News of the World hasta habían borrado mensajes de su contestador y esto había interferido con la investigación policial. A los pocos días, Rupert Murdoch anunció el cierre de News of the World en medio de la fuga de anunciantes. 

Desde 2009, al menos 1.845 demandas por estas prácticas se resolvieron fuera de los tribunales y sólo la empresa de Murdoch pagó más de 1,2 millones de libras, según Byline Investigates, un medio independiente especializado en estos escándalos. Entre esas demandas resueltas con compensaciones extrajudiciales y en secreto está una de William, el hermano de Harry, en 2020. Pero nadie había llegado a un juicio público contra los tabloides.

Alan Rusbridger, que era el director del Guardian cuando se publicó el escándalo de los tabloides, explicaba al inicio del juicio de Harry la importancia para la rendición de cuentas de la querella del hijo del rey, el primer miembro de la realeza en testificar en un tribunal en público desde el siglo XIX.

“El príncipe Harry tiene el dinero, el poder y la energía de ir contra ellos. Y eso es lo que faltó durante los últimos diez años”, explicaba Rusbridger, ahora director de la revista política Prospect y presidente del Instituto Reuters para el estudio del Periodismo de la Universidad de Oxford. “Existen grandes riesgos de llevar esto a juicio porque podés terminar pagando millones en costos. Esa es la importancia del príncipe Harry. El hecho de que es una figura muy controvertida en la vida pública británica en este momento también le da a la historia una audiencia masiva que tal vez no tendría sin él”. 

La próxima cita judicial es en enero, cuando se espera que se abra el juicio de otra querella del príncipe contra los tabloides de Murdoch.

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