La guerra en Medio Oriente

Hamas e Israel acuerdan un alto el fuego en Gaza y la liberación de rehenes

Francesca Cicardi / Juan Gabriel García

Jerusalén / Nueva York —
9 de octubre de 2025 09:26 h

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El presidente estadounidense Donald Trump anunció este miércoles que Hamas e Israel llegaron a un acuerdo para la liberación de los rehenes israelíes a cambio de presos palestinos y un alto el fuego en Gaza. El republicano escribió en Truth Social este miércoles por la tarde (noche en España) que ambas partes “han aprobado la primera fase del Plan de Paz” que él mismo acuñó. El mandatario no dio muchos más detalles sobre el pacto pero afirmó que “todos los rehenes serán liberados muy pronto e Israel retirará sus tropas hasta una línea acordada como primer paso hacia una paz fuerte, duradera y eterna”.

“Todas las partes serán tratadas con justicia! Este es un gran día para el mundo árabe y musulmán, para Israel, para todas las naciones vecinas y para los Estados Unidos de América. Agradecemos a los mediadores de Qatar, Egipto y Turquía, que trabajaron con nosotros para hacer posible este hecho histórico y sin precedentes”, celebró el magnate. Todos se reunieron en la localidad egipcia de Sharm el Sheij para negociar un acuerdo con base en la propuesta que Trump presentó hace unos diez días.

El grupo palestino Hamas confirmó durante la madrugada haber llegado a un acuerdo que estipula el final de la guerra en Gaza, la retirada de Israel de la Franja, la entrada de ayuda humanitaria (bloqueada desde hace meses por Tel Aviv) y un intercambio de presos -esto es, los 48 rehenes por más de 200 prisioneros palestinos en cárceles israelíes-.

En un comunicado, Hamas agradece los esfuerzos de los mediadores -Egipto, Qatar y Turquía- y también del presidente Trump, pero le pide al mandatario y a “los países garantes”, así como a varios países árabes e islámicos, que aseguren que Israel aplica el acuerdo por completo y “no le permitan evadir ni posponer su aplicación”. Durante las negociaciones, Hamas y los mediadores árabes han exigido garantías de que Israel no reanudará la ofensiva sobre Gaza después de la liberación de los rehenes y todos han apuntado a que sólo Estados Unidos puede obligar al Gobierno de Benjamín Netanyahu a cumplir con lo pactado.

Por su parte, el Ejército israelí dio la bienvenida a la firma del acuerdo “para el regreso de los rehenes”. En un comunicado, no menciona otros puntos del pacto y señala que ha dado comienzo a “los preparativos operativos de cara a la implementación del acuerdo”. No especifica cuándo cesará el fuego.

Qatar, uno de los mediadores claves en los pasados dos años de guerra, dijo que los detalles del acuerdo serán anunciados posteriormente.

Netanyahu remarcó en redes sociales que “es un gran día para Israel” y que va a reunir a su gabinete para aprobar el acuerdo y “devolver a casa a todos los rehenes” (48 en total, de los que sólo 20 estarían con vida, según las autoridades). “Agradezco, desde el fondo de mi corazón, al presidente Trump y a su equipo por su movilización para la sagrada tarea de liberar a nuestros rehenes”, agregó Netanyahu, sin hacer referencia al alto el fuego.

Está previsto que el Gobierno israelí dé su visto bueno al acuerdo este jueves y, posteriormente, ordene al Ejército que cese el fuego. Sin embargo, el ministro de Finanzas, el radical Bezalel Smotrich, anticipó que no votará a favor del acuerdo.

Después de anunciar el acuerdo, Trump habló por teléfono con los familiares de algunos cautivos, que le dieron las gracias, tal y como se puede ver en un video compartido por el periódico israelí Haaretz. “Los rehenes estarán de vuelta. Todos van a estar de vuelta el lunes”, les prometió Trump. Su plan establece que “en un plazo de 72 horas desde que Israel acepte públicamente este acuerdo, todos los rehenes, vivos y fallecidos, serán devueltos”.

Después del ultimátum que lanzó el republicano el fin de semana pasado, Hamas accedió a liberar a los rehenes israelíes, abandonar el poder en Gaza y sentarse a negociar sobre el plan que Trump presentó en Washington junto a Netanyahu, el pasado 29 de setiembre. Ese plan se había diseñado sin contar con la participación de los palestinos, lo cual dificultaba su aceptación y aplicación. 

Poco antes del anuncio, el secretario de Estado, Marco Rubio, regalaba uno de esos momentos propios de la épica de la política estadounidense interrumpiendo la mesa redonda sobre antifascismo que presidía Trump en el Comedor de Estado de la Casa Blanca para susurrarle a la oreja la inminencia del acuerdo y entregarle una nota escrita. “Disculpad, el secretario de Estado me ha dado una nota diciendo que estamos muy cerca de un acuerdo en Oriente Medio y me van a necesitar rápidamente”, decía el magnate. 

Según el plan de Trump, la Gaza de posguerra pasaría a ser una especie de protectorado de Estados Unidos, ya que el mismo Trump es quien presidiría una “junta” de transición. Según el plan, esa nueva institución supervisaría un gobierno de tecnócratas palestinos y contaría con la participación de políticos de otros países, como el ex primer ministro británico Tony Blair. Hamas ya dijo que el futuro de Gaza habría que negociarlo después del final del genocidio, con la participación de todas las facciones políticas y armadas palestinas.

Además, el plan de Trump no menciona el final de la ocupación israelí ni tampoco el reconocimiento de Palestina como los siguientes pasos, sólo plantea una muy incierta “vía hacia la autodeterminación y la creación de un Estado palestino”. El Gobierno español ha celebrado este jueves el acuerdo entre Israel y Hamas, pero ha recordado que “el paso definitivo será la implementación de los dos Estados”.

Desde la Autoridad Palestina (que gobierna el Estado palestino reconocido por muchos países, incluida España), el presidente Mahmud Abás ha reiterado que “la soberanía sobre la Franja de Gaza pertenece al Estado de Palestina” y que la Franja debe estar conectada a Cisjordania, donde tiene su sede la Autoridad. Asimismo, ha elogiado los esfuerzos de Trump y de todos los mediadores para alcanzar el acuerdo y ha mostrado “la disposición del Estado de Palestina a trabajar con los mediadores y socios internacionales para garantizar su éxito con el fin de lograr la estabilidad y una paz duradera y justa de conformidad con el derecho internacional”.