Medio Oriente

Trump exhibe su triunfalismo en una 'cumbre de paz' para Gaza sin Netanyahu ni Hamas

Icíar Gutiérrez

13 de octubre de 2025 13:34 h

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Más de una veintena de líderes se reúnen este lunes en la 'cumbre de paz' en Gaza que se celebra en la ciudad balneario de Sharm el Seij, en Egipto, copresidida por el presidente de EEUU, Donald Trump.

Trump llegóa la cita con mucho retraso, tras darse un baño de aplausos y halagos en Israel. Una vez en la cumbre, después de hacerlos esperar durante horas, dio la bienvenida a los dirigentes, a los que estrechó la mano y con los que se sacó una foto, uno a uno, en un “photocall”.

Antes, preguntado por los periodistas, durante una reunión con su homólogo de Egipto, Abdelfatah al Sisi, el presidente de EEUU afirmó que la segunda fase de las negociaciones del acuerdo de paz “comenzó” tras la primera etapa marcada, entre otras cosas, por la liberación de los rehenes israelíes a cambio de presos palestinos. “Todas las fases están un poco mezcladas”, reconoció.

Está previsto que representantes de los países mediadores firmen en una ceremonia el plan de paz, sobre el que aún existen importantes incógnitas. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declinó la invitación de Trump, alegando la proximidad del inicio del feriado Simjat Torá, el último día del periodo festivo judío del Sucot, que comienza al atardecer de este lunes y concluye al atardecer del martes. Tampoco hay representantes de Hamas, que dijo que “actuó principalmente a través de mediadores cataríes y egipcios” durante las conversaciones sobre Gaza. Sí asiste el presidente palestino Mahmoud Abbas.

Tras elogiar a los presentes, Trump y los representantes de los países mediadores –Turquía, Qatar y Egipto– firmaron documentos cuyos detalles no se especificaron en una ceremonia en la que resonó el sonido del bolígrafo del líder estadounidense.

Según Trump, el texto detalla “muchas normas y reglamentos, entre otras muchas cosas”. “Es muy completo”, dijo Trump sobre el documento, cuyo contenido aún no se hizo público. Tras firmar, afirmó, en su habitual tono triunfal e hiperbólico y pese a todas las dudas que aún persisten sobre el futuro de los palestinos: “Hicieron falta 3.000 años para llegar a este punto, ¿pueden creerlo? Y además va a durar”.

Posteriormente, flanqueado por varios dirigentes, tomó la palabra y volvió a proclamar que tras “años de sufrimiento y derramamiento de sangre, la guerra en Gaza ha terminado”. “Con el acuerdo histórico que acabamos de firmar, las oraciones de milones de personas fueron escuchadas”, dijo.

“Está amaneciendo un nuevo y hermoso día y ahora comienza la reconstrucción”, añadió en un largo discurso, expresando su “enorme gratitud a las naciones árabes y musulmanas que contribuyeron a hacer posible este increíble avance”. “Ahora comienza la reconstrucción. Reconstruir quizás sea la parte más fácil”, dijo Trump sobre los próximos pasos, y agregó que el enclave palestino debe ser “desmilitarizado” y que se acordó “que una nueva fuerza policial civil honesta cree condiciones seguras para la gente de Gaza”.

A continuación, interpeló a casi todos los líderes mundiales, uno por uno, buscándolos entre los asistentes. “España, ¿dónde está España?”, se preguntó intentando localizar a Pedro Sánchez. Una vez que lo encontró, le preguntó: “¿Están trabajando sobre el tema del PIB?”. El mandatario se refería a su propia exigencia, lanzada hace apenas unos días, instando al Gobierno español a alcanzar el 5% del PIB en gasto militar en los próximos años. A renglón seguido, Trump añadió: “Nos acercaremos, nos acercaremos, pero están haciendo un fantástico trabajo”. Informa José Enrigue Monrosi, desde Sharm El Sheij.

Protagonista indiscutible

En la cumbre estuvieron también presentes, entre otros, el francés Emmanuel Macron, el canciller alemán Friedrich Merz, el primer ministro británico Keir Starmer, la italiana Giorgia Meloni y el canadiense Mark Carney, así como el secretario general de la ONU, António Guterres, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan y representantes de Omán, Kuwait o Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Pero el protagonista indiscutible del evento fue Trump, cuyo rostro apareció en las vallas publicitarias. Al Sisi anunció que le otorgará el Gran Collar del Nilo, la máxima distinción del Estado, mientras que el primer ministro paquistaní explicó que su país lo nominó para el Nobel de la Paz “por sus destacadas y extraordinarias contribuciones para primero detener la guerra entre India y Pakistán”.

Antes de viajar a Egipto, el líder de EEUU visitó Israel, donde dio un discurso ante la Knéset. “Israel ganó todo lo que se puede ganar por la fuerza de las armas”, dijo durante su intervención, tras ser recibido con una ovación cerrada. Trump también celebró el acuerdo de alto el fuego como una paz ya consumada y anticipó una “edad de oro en Medio Oriente”.

El alto el fuego entre ambas partes comenzó formalmente el viernes, después de casi seis meses de ataques y operaciones militares terrestres ininterrumpidas del ejército israelí, que mató a más de 13.500 palestinos en el enclave sólo en este periodo. En total, más de 67.000 personas fueron asesinadas.

El viernes, Israel anunció la retirada de algunas zonas de Gaza y el domingo, empezaron a entrar en el enclave camiones cargados de ayuda humanitaria tras meses de bloqueo israelí que arrastraron a parte de la población gazatí a la hambruna. Este lunes, tras recibir a todos los rehenes vivos, Israel comenzó a liberar a 2.000 presos palestinos.

Tras esta primera fase del acuerdo, el alto el fuego deberá mantenerse para seguir aplicando los puntos del plan de Trump, pero serán necesarias más negociaciones y estas no serán fáciles. El plan de 20 puntos actual de Trump limita un eventual Estado palestino a una referencia muy vaga –y Netanyahu ya lo descartó– y no menciona el final de la ocupación. El documento también contempla la creación de un comité tecnocrático y “apolítico” que administre temporalmente la Franja bajo la supervisión de un nuevo organismo internacional presidido por Trump y con la participación del ex primer ministro británico Tony Blair, en una propuesta que expertos de la ONU criticaron por recordar a las “prácticas coloniales”.