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Alemania pide perdón en Gernika por el bombardeo nazi de 1937 con el rey de España como testigo silencioso

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, durante una ofrenda floral en memoria de las víctimas del bombardeo en Gernika, este viernes

Iker Rioja Andueza

Gernika —

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El jefe del Estado de Alemania, el presidente Frank-Walter Steinmeier, solemnizó este viernes una petición de perdón al pueblo de Gernika por el bombardeo ejecutado a sangre y fuego por la aviación nazi el 26 de abril de 1937, en plena Guerra Civil, en la que Adolf Hitler participó en auxilio de los golpistas franquistas al igual que lo hizo el fascista italiano Benito Mussolini. La denominada 'operación Rügen' dejó centenares de fallecidos (el primer dato del Gobierno de Euzkadi de la época aludió a cerca de 1.700), destruyó un porcentaje elevadísimo del casco urbano y fue un macabro experimento de la crueldad que se aplicó después en la II Guerra Mundial. La imagen de Steinmeier de pie, solo, con la cabeza gacha, con la música 'Gernika' de fondo durante un minuto, en el templete del mausoleo que lleva grabada la fecha, la inscripción latina 'pax' y el escudo vasco, pasará ya a la historia.

En el año en que se cumple el aniversario más negro de la masacre, 88 años, la cifra fetiche del nazismo, la máxima autoridad institucional alemana, de viaje oficial en España, realizó el mayor gesto de desagravio conocido hasta la fecha y saludó, en la propia localidad vizcaína, a dos nonagenarias supervivientes de las bombas, Crucita Etxabe y María del Carmen Aguirre, que asistieron sentadas por su edad a la ofrenda floral en el cementerio de la villa. Steinmeier acudió a Gernika acompañado del jefe del Estado español, el rey Felipe VI, que no tomó la palabra en ningún momento y que se mantuvo detrás, a distancia pero muy erguido, durante el acto formal del desagravio.

Steinmeier y su esposa, Elke Büdenbender, están en España desde el miércoles por invitación de Felipe VI. El gesto hacia Gernika quedó para el último día en la agenda, aunque en Madrid ya visitó el museo Reina Sofía, de cuyas paredes cuelga el Guernica de Pablo Picasso. Este cuadro fue patrocinado por el legítimo Gobierno español en 1937, el republicano, como gran símbolo para denunciar la barbarie.

“Alemania es consciente de su responsabilidad histórica. La reconocemos y sentimos la obligación de trabajar hoy por la paz, la democracia y contra la violencia. No soy el primer alemán que viene aquí y lo expresa 'in situ'. Pero creo que es bueno para nuestras relaciones mutuas que, por primera vez, un presidente federal alemán reconozca aquí, en persona, la responsabilidad por los hechos de entonces”, señaló Steinmeir al término de la jornada a los medios de comunicación.

Llegada del presidente alemán a Vitoria

La espera en Gernika y el PNV queriendo el perdón de España

En Gernika, con decenas de estacionamientos bloqueados, con un helicóptero sobrevolando la localidad y con las unidades caninas de la Ertzaintza (Policía vasca) inspeccionando los lugares de las visitas, la espera se hizo larga. Una mujer de 77 años, que llegó desde Valladolid en 1964, contaba que desde el principio sintió que el bombardeo estaba “muy vivo”. Sus vecinos le contaron que fue “sobrecogedor” e insiste en que es algo “para no olvidar”. Al cementerio se acercaron también jóvenes de una escuela con sus compañeros de intercambio, alemanes. Uno de ellos, Lur, de 18 años, comentaba la importancia de que las nuevas generaciones conozcan bien el pasado.

El funcionario de Gernika Fernando Malaxetxeberria toca cinco veces, en presencia de Frank-Walter Steinmeier y Felipe VI una vieja campana que sobrevivió a las bombas nazis

No lejos de allí, el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) aprovechaba el tiempo de espera para insistir en que España debería imitar a Alemania y pedir perdón. En 1937, el PNV cogobernaba en España. De hecho, es la única vez que participó en Gobierno del Estado, con el navarro Manuel de Irujo. “Gernika no es un símbolo cualquiera”, ha insistido sobre la presencia del jefe del Estado. “Ya sé que algunos dicne que no es el mismo Gobierno, pero el presidente alemán tampoco tiene nada que ver con la Alemania nazi”, razonó. A su juicio, el rey de España no puede ser en la villa vizcaína un “mero acompañante”. “Tiene que ser [su visita] para aportar algo al pueblo vasco, a su autogobierno, al reconocimiento nacional, a lo que sea”, dijo, recordando la anterior visita de un jefe del Estado español. Fue Juan Carlos I en 1981 y hubo protestas en la Casa de Juntas promovidas por los electos de HB.

La izquierda abertzale (nacionalista vasca) actual tampoco acudió a los actos con el presidente alemán por la presencia de la Corona española. En el centro de Gernika, dispusieron a modo de protesta imágenes volteadas de los tres últimos jefes de Estado de España, Francisco Franco y ambos monarcas de la dinastía Borbón. Abuchearon el himno español, precisamente reinstaurado en la Guerra Civil a petición del alcalde de Vitoria que abrió las puertas de la ciudad a nazis y fascistas, Rafael Santaolalla. “Felipe VI, PP y Vox son los herederos de los responsables del bombardeo de Gernika y ante ellos no cabe la equidistancia ni el blanqueamiento”, ha dicho Oskar Matute.

Ertzantza, Policía Nacional, Guardia Civil y la seguridad de la Casa Real, así como un equipo alemán, han coordinado un gran despliegue de seguridad este viernes. “Estamos trabajando todos”, comentaba un ertzaina en Gernika de entre las decenas movilizados. Se han producido algunos incidentes en otra concentración, la del entorno del movimiento comunista GKS. En Bilbao se había montado una mesa de crisis.

La llegada del rey

Felipe VI ha aterrizado en Loiu a las 12.05 horas. Ha volado en Falcon 900 con código Lince 2. Hasta pasadas las 13.15 horas no se ha encontrado con el presidente alemán en el cementerio. En la puerta, el alcalde de Gernika, José María Gorroño, el de la ciudad alemana de Pforzheim, Peter Boch, o la delegada del Gobierno de España, Marisol Garmendia, han esperado a los dos jefes de Estado. Dentro había más invitados, como la consejera vasca de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, el responsable vasco de Política Exterior, Ander Caballero, o los líderes políticos de PNV, PSE-EE, PP, Sumar y PCE. Vox, como EH Bildu, tampoco ha asistido.

Presidente y rey han saludado, en primer lugar, a las dos supervivientes, Crucita y María del Carmen, acompañadas de sus familias. En el acto, se ha interpretado también 'Gernika', de Pablo Sorozabal. Lo han hecho txistularis y la Sociedad Coral de Bilbao. El funcionario de Gernika Fernando Malaxetxeberria ha tocado cinco veces una vieja campana que sobrevivió a las bombas nazis. Los toques han sido tan lentos que su sonido duraba eternos segundos. Tras el quinto toque, integrantes de la delegación alemana han preparando las flores, claveles blancos. En la cinta con los colores de la bandera actual del país, rojo, amarillo y negro, ponía en alemán un sencillo mensaje, la firma del 'bundespräsident'.

Ertzainas de gran gala, en Ajuria Enea

Después del acto del cementerio, de apenas un cuarto de hora, Steinmeier y el rey han salido y visitado el Museo de la Paz, donde se deposita una copia de la carta que uno de sus predecesores, Roman Herzog, envió con motivo del sexagésimo aniversario del bombardeo. Un año antes, en 1996, Alemania proveyó fondos para un polideportivo a modo de compensación simbólica. Terminada esa visita, el jefe del Estado español ha regresado a Madrid, mientras que el alemán ha ido a comer a Forua, al Baserri Maitea, con el lehendakari Pradales y otras autoridades. La jornada la completará por la tarde con una visita en el Guggenheim antes de que, desde Foronda, la comitiva regrese a Berlín.

Para el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, que se ha entrevistado con Steinmeier en Madrid en los días anteriores, el gesto de Alemania reviste una “enorme fuerza simbólica”. El Consejo de Ministros aprobó en 2022, con motivo del octogésimo quinto aniversario del bombardeo, una declaración de “condena” y de recuerdos a las víctimas.

Las autoridades, en el Museo de la Paz de Gernika
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