Panorama político

Destellos de Milei en el peronismo, lottizzazione bonaerense y un avión que sobrevuela a Espert

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El reinado de Javier Milei, entronizado por su victoria en las primarias presidenciales de 2023, cumple este mes dos años. El ultra resultó electo Presidente, el Frente de Todos tuvo un penoso final y en el peronismo surgieron dos nombres estelares para dar pelea en el espacio público: Juan Grabois y Guillermo Moreno.

Finalizada la traumática experiencia del Gobierno peronista, hubo protagonistas que eligieron pasar debajo del radar (Sergio Massa, Eduardo de Pedro), otros cooptados (Daniel Scioli, Osvaldo Jaldo, Raúl Jalil, la CGT), aquellos que coquetearon con no confrontar hasta que la dinámica política y judicial los devolvió al centro de la escena (Cristina, Máximo Kirchner, La Cámpora), uno que salió de pista (Alberto Fernández) y voces que asumieron la responsabilidad institucional de oponerse a un proyecto ultraderechista sin precedentes en democracia (Axel Kicillof, José Mayans, Germán Martínez, el pampeano Sergio Ziliotto). Ninguno sostuvo una permanencia constante en los medios con un discurso antimileísta altisonante como los titulares de Argentina Humana y Principios y Valores.

Grabois y Moreno parecen empatizar entre sí más por las formas que por el contenido. Comparten un estilo, que a su vez los asocia a Milei. La violencia retórica y la amenaza latente de que todo se puede ir a las manos acompañan cada presentación del dirigente social, el exsecretario de Comercio y el Presidente. Nada es casual.

Que un goloso de la grosería y autoritario extremo haya sido electo Presidente por voto popular habla del estado moral e intelectual de una sociedad. En el nivel de la dirigencia, la era Milei excede a Javier, Karina y las fronteras de La Libertad Avanza. El insulto, la amenaza y el grito engloban a un arco que va desde políticos y periodistas oficialistas que sobreactúan para ser aceptados por El Jefe y Javo, y opositores que conciben que es la vía para no perder la ola.

La violencia retórica y la amenaza latente de que todo puede irse a las manos acompañan cada presentación de Grabois, Moreno y Milei

Podría pensarse que Grabois y Moreno encabezan proyectos atados a su impronta personal, de segundo orden en la discusión central del peronismo. No es el caso. La novedad en 2025 es que La Cámpora hizo púbica su sintonía con el exfuncionario famoso por manipular los números del INDEC y articular patotas, y lo incorporó a la mesa principal del peronismo. Hace meses que dirigentes del eje Patria-Cámpora expresan su sintonía con “Guillermo” antes que con Kicillof.

La omnipresencia de Moreno desde fines de 2023 no es explicable por representación política (carece de votos significativos) ni por militancia de base. Su relación con el Grupo Indalo y varios streamings obedeció a acuerdos comerciales. Los rumores sobre el origen de esa banca económica son variados. Luego, el sistema de medios se ocupa de imitarse a sí mismo y expandir los minutos de aire para que Moreno hable de una “doctrina” sobre un proteccionismo primitivo, colapsos inminentes que no terminan de ocurrir, alabanzas a Donald Trump y una ética extravagante.

Grabois no es un mero lobo solitario que “mide bien” con los streamings. Por empezar, con pocos recursos, el abogado cosechó un porcentaje de votos atendible en la primaria contra Massa en 2023. Patria Grande y el Movimiento Argentina Humana conocen los barrios humildes, porque algunos de sus dirigentes viven en ellos, y también tienen recorrido su militancia universitaria y social. El paso por la función pública de los hombres y mujeres liderados por Grabois dejó políticas virtuosas, como la integración sociourbana en villas y asentamientos. Con su grado de estridencia y arbitrariedad, Grabois pone nombre a problemas y víctimas de un sistema que quedan al margen de las prioridades de una dirigencia ensimismada en sus internas, demasiado tuitera, demasiado instagrameable.

Relámpagos de sinceridad

En las últimas semanas, Grabois dejó saber alguna ocurrencia —la abstención ante la denunciada “proscripción” de Cristina; luego se arrepintió— y una exigencia —encabezar y/o negociar mano a mano la lista de candidatos a diputados nacionales para octubre—.

Esos movimientos individualistas ya dejaron de causar sorpresa en las diferentes tribus peronistas. Un dirigente del eje Patria-Cámpora, muy crítico con el dirigente social pese al tándem que formó con Máximo en la negociación de las listas bonaerenses, diagnostica: “Te das cuenta de que un tipo tiene un proyecto meramente personal cuando plantea en público discusiones que son reservadas. Si alguien habla a los gritos con la amenaza de romper, es para negociar por encima de sus posibilidades o porque su juego es otro. Es lo que hace Grabois hace rato”.

Esa crítica resume la mirada sobre el dirigente social en diversos sectores, pero el peronismo se transformó hace tiempo, al menos desde inicios del Ejecutivo de los Fernández, en un festival de ofensas personales. “Verdades” y epifanías que se expresan en público por un whatsapp no contestado, descalificaciones lacerantes que se filtran sin querer, revelación y desnaturalización de diálogos privados y photo opportunities destinadas a exponer al excluido. “Hablemos con la verdad”, comienza un enunciado típico antes de descerrajar una metralla letal contra cualquier convivencia posible.

Los Kirchner transitan hace años ese repertorio con un hilo primordial: celebración plana del inmaculado ciclo 2003-2015, señalamiento de desagradecidos y traidores, y desentendimiento absoluto del Ejecutivo del Alberto Fernández. Que La Cámpora y el Instituto Patria hayan manejado las principales cajas (PAMI, Secretaría de Energía, YPF, ANSES), además del Ministerio del Interior (De Pedro), es un detalle irrelevante.

La pelea interna es profunda, probablemente irreconciliable, pero los sectores del peronismo bonaerense eligen no dar el debate en público. Es una disputa sobreargumentada fuera de micrófono, capaz de transformar un armado de listas en un campo de batalla, y que sin embargo no encuentra un lenguaje genuino a la luz de los votantes.

Ese marco disfuncional posterga una alternativa capaz de encauzar lo que puede intuirse como una mayoría adversa a los hermanos Milei.

Quizás el más perjudicado de no haber puesto el debate en negro sobre blanco y en un terreno programático sea el propio Kicillof. Su responsabilidad es intransferible en ciertas decisiones. Fue el gobernador quien disimuló el conflicto con los Kirchner todo lo posible, eliminó las primarias para dirimir diferencias y se colocó en el callejón de tener que encarar una campaña crucial para su destino con compañeros de ruta de quienes sospecha que no quieren ganar.

Kicillof eligió presentarse como el jefe de la resistencia a las crueldades de los Milei, un punto de partida indispensable, pero apenas hace mención a problemas que están a la cabeza de las preocupaciones sociales, como la inflación, la corrupción y un plan de crecimiento sustentable, que no desemboque en traumas conocidos. Su equipo argumenta que el tiempo de lo programático será cuando concluya el ciclo electoral que se avecina.

Fue Kicillof quien disimuló el conflicto con los Kirchner todo lo posible, eliminó las primarias para dirimir diferencias y se colocó en el callejón de encarar una campaña con compañeros de ruta de quienes sospecha que no quieren ganar

Orquesta desafinada

Para sorpresa de nadie, la campaña para las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires marcha como una orquesta desafinada, en la que cada uno atiende su juego. Los de La Cámpora se sacan fotos y hacen actos por el concejal de tal municipio, el segundo de la lista de diputados por la tercera sección, el tercero de la cuarta, el cuarto de la octava. Los de Kicillof hacen lo propio con los suyos, y los de Massa van por su lado, según haya sido su cierre en cada circunscripción.

Asoma una reversión bonaerense de la lottizzazione que lubricó el sistema político italiano durante décadas en la segunda mitad del siglo XX. La Democracia Cristiana (DC), el Partido Socialista (PS) y otros accionistas minoritarios dividieron ministerios, empresas públicas y responsabilidades de Estado. Vero casino, nicho de corrupción endogámica, que tuvo su funcionalidad en años de alto crecimiento del país. Un ejemplo muy citado fue el de la radio y televisión RAI. El canal principal era para la DC, el segundo para el PS, y el tercerose concedía a la oposición, el Partido Comunista.

En la campaña bonaerense se percibe el lado negativo de la lottizzazione, pero no el positivo. “Sabíamos que iba a ser así. La campaña es Axel, los pibes estos (maximistas) armaron esto para perder”, sentencia un dirigente del peronismo bonaerense.

Otra fuente de la proximidad de Kicillof no niega la desunión ni la cacofonía, pero describe un escenario en el que los liderazgos locales “quieren ganar” y pasan de largo de los agravios. “Al territorio no llega lo que se digan en las redes Sebastián Galmarini (Frente Renovador) y Grabois. La convicción de que la prioridad es frenar el daño de Milei está muy firme”, afirma la voz.

Las diferencias en el peronismo bonaerense se evaporan a la hora de prenunciar una derrota en la elección del 7 de septiembre. ¿Táctica para eventualmente celebrar un empate o una victoria por poco? Es factible.

Hay razones para estimar una victoria de La Libertad Avanza (LLA), como la mencionada desarticulación de lo que ahora se llama Fuerza Patria, el traumático Frente de Todos y la sucesión de derrotas peronistas en las elecciones de medio término desde 2005.

La saña de la motosierra

Hay otra predicción posible. La motosierra se ensañó particularmente con las familias del conurbano, que alberga a cerca del 70% del total de votantes en la provincia de Buenos Aires. Una industria en retirada que expulsa trabajadores, la reducción de planes sociales, el precio del transporte y otros servicios básicos, la estigmatización de excluidos —componente argumentativo del macrismo que el mileísmo comenzó a hacer propio una vez que llegó al Gobierno— y el desfinanciamiento universitario golpearon a todo el país, pero combinaron sus efectos más negativos en el Gran Buenos Aires.

A un escenario económico de virtual estancamiento tras el rebote en el segundo semestre de 2024 y la nueva ronda de volatilidad económica disparada por el inolvidable “compra, campeón” de Luis Caputo, se suma un factor de aritmética electoral que deja el juego abierto.

El frente Somos Buenos Aires, que agrupa a radicales, disidentes del PRO y del peronismo, tiene su mayor fortaleza en el interior agrario bonaerense. Allí reside una población de mayor edad promedio que en el conurbano; es decir, mayor presencia de jubilados que perdieron poder adquisitivo y a quienes no siempre agrada tener un Presidente que hace gestos masturbatorios en público. Reside allí una tradición de voto a la UCR que demostró resiliencia ante la virtual extinción de ese partido como fuerza nacional.

En los papeles, si se repite el comportamiento tradicional, el peronismo ganará la tercera sección electoral (La Matanza, Avellaneda, Florencio Varela) y el no peronismo prevalecerá en los pueblos y ciudades rurales, y los principales conglomerados urbanos del interior (La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca, Junín, Tandil, Pergamino). El dato es que la presencia de Somos Buenos Aires podría dividir ese territorio, en el que tienen intereses varios intendentes radicales y del PRO disidente, y en el que la figura de Kicillof logra amortiguar la alta imagen negativa de Cristina.

La primera sección electoral (San Martín, Vicente López, Moreno, Zárate, 24 partidos urbanos y semiurbanos en total) alberga la mayor paridad. El pesimismo que transmite el peronismo indica que la lista de senadores bonaerenses que encabeza el ex-PRO y actual intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, marcha unos cinco puntos por delante del ministro de Infraestructura bonaerense y exintendente de San Martín, el kicillofista Gabriel Katopodis. Un motivo para la ventaja de Valenzuela sería que la boleta de Somos Buenos Aires en esa sección está encabezada por Julio Zamora, intendente de Tigre, un exmassista y exkirchnerista.

El intruso

Un intruso dominará la escena electoral en la semana que comienza y diluirá el débil interés en los cargos provinciales que se votan el 7 de septiembre. El cronograma electoral nacional para las elecciones de diputados y senadores del 26 de octubre establece que el próximo jueves vence el plazo para la inscripción de alianzas. Por ejemplo, podría quedar claro si Grabois concreta su amenaza de anotar una lista propia. El 17, en apenas dos semanas, deberán oficializarse los candidatos.

En el kicillofismo parecen haber quedado conformes (o escaldados) tras la pelea por las listas provinciales. Explican que ya lograron el objetivo de constituirse como un sector con identidad propia, autónomo de Cristina. “No hay espacio para más escándalos”, afirma una voz resignada.

El nombre que circula para encabezar la lista de Fuerza Patria en octubre es el de Massa, otro factor con potencial para eclipsar las últimas dos semanas de la disputa local bonaerense.

Algo parecido cabe para La Libertad Avanza. Karina y Sebastián Pareja negociaron con Cristian Ritondo y Diego Santilli los nombres del PRO, sumaron figuras de tercer y cuarto orden del peronismo y un sinfín de saltimbanquis para el 7 de septiembre, pero el peso de José Luis Espert podría hegemonizar la agenda a partir de la inscripción de las listas.

La publicación en este diario, el domingo pasado, sobre el aporte a la postulación presidencial de Espert en 2019 de un avión de uso libre y fondos por parte de Federico “Fred” Machado, y los detalles sobre un armado electoral que se transformó en una hoguera de arribistas y prestanombres, disparó especulaciones dentro de la alianza ultraderechista sobre el origen de la información.

Machado, argentino emigrado a Estados Unidos, es un empresario del negocio de la aviación y la minería que resultó detenido en abril de 2021 en Neuquén a pedido de un tribunal de Texas, por cargos de probable narcotráfico y fraude. En su momento, Espert minimizó el vínculo, sólo reconoció un vuelo compartido a Viedma y denunció una operación en su contra por parte de rivales de derecha.

Además del préstamo del avión, el empresario aportó fondos, en un rango que va desde los USD 100.000 a varios millones, según diversas fuentes de primer orden de la campaña de Espert en 2019. El diputado y los abogados de Machado, Francisco Oneto —también letrado de Milei en la presunta criptoestafa— y Roberto Rallín, no respondieron a consultas de este diario.

La denuncia de confabulaciones intergalácticas motoriza al mundo Milei desde sus orígenes. En este caso, la sospecha apuntó a que Santilli estaría tratando de moverle el piso a Espert con el fin de quedarse con el primer puesto en la boleta de LLA. Traducido: Santilli habría operado a través de elDiarioAR y quien firma para sacar a su rival interno de la cancha.

Surgen más detalles. El avión facilitado por Machado con el que Espert y su equipo viajaron a varias provincias es marca King Air, una nave interesante, pero menos lujosa que el Bombardier Challenger con el que se retrató el propio candidato en 2019 y que utilizaba personalmente el empresario rionegrino, hoy en prisión domiciliaria en Viedma. El Departamento de Justicia estadounidense confirmó a elDiarioAR que el pedido de extradición sigue vigente, y que está trabajando con el Gobierno de Milei para vehiculizarlo.

La base de los vuelos de Espert fue el aeropuerto de San Fernando, el mismo en el que el candidato y dos responsables de la campaña acordaron el préstamo del avión y una camioneta blindada jeep Cherokee, en una cita en marzo de 2019, según fuentes directas con conocimiento de los hechos. Otra persona apunta una primera aproximación de Espert y Machado en un club de golf de San Isidro, unas semanas antes.

Con el King Air cedido por Machado, Espert y su equipo viajaron a presentar libros y tejer el armado nacional del Frente Despertar a provincias como Jujuy, Salta, Tucumán, La Rioja, Santa Fe, Córdoba y Mendoza, entre otros destinos.

La postulación de Espert para octubre próximo fue anunciada por el propio Milei. El recorrido fue inusual, dado que el Presidente suele decir que delega la tarea del armado electoral en Karina, porque no es un tema de su interés. Es sabido que Espert no es de la preferencia del alicaído Santiago Caputo, pero la hermana también es reportada como renuente a avalarlo, a raíz de cuentas pendientes vinculadas al relato de aquella valija con dólares de 2021.

“Si lo anunció Javier, no hay margen para que Espert no sea candidato”, afirman en Casa Rosada.

Suena bastante probable.

slacunza@eldiarioar.com

SL