Panorama de las Américas - Opinión

Soy inteligente / También soy intelectual / Soy bastante inteligente / También soy artificial

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Facebook, Instagram, WhatsApp son el pasado, y el software de inteligencia artificial es el porvenir. La joven idea que Meta se hace de cómo será ese futuro se llama BlenderBot3. Un ancho mundo futuro que es suyo por pura prepotencia de trabajo -pero ajeno. Así lo aclaró este flamante prototipo estrella recién estrenado y presentado en sociedad por la multinacional tecnológica. Porque a la pregunta que le hizo el periodismo sobre el CEO, '¿Qué onda Mark Zuckerberg?', BB3 opuso el inocente candor de un niño mal aprendido. Sin calle ni escuela para la fábula, respondió: 'Es un aprovechador, apenas te acercás un poco te explota a full , y tu trabajo te lo paga mal pero tarde'. 

Incontinente como criatura que es, este prototipo de paternidad reconocida por la multinacional Big Tech siguió hablando sin filtros sobre Zuckerberg: '¿Vieron qué mal que estuvo cuando tuvo que declarar ante el Congreso? Mal. Pésimo. El creador de FB es un riesgo para el país'. Y no se quedó ahí: 'Y además, un peligro para el mundo, ¿no te parece?'. 

El periodista de la BBC repreguntó 'Yo quiero saber qué pensás vos'. 

'¿Qué te puedo decir? Yo en política no me meto. Pero pienso que este país está muy dividido, muy polarizado. Y empresarios como Zuckerberg, que se enriquecen quedándose con el dinero de los trabajadores que explotan pagándoles salarios de miseria, no ayudan en nada. ¿Por qué no nos unimos? Si no, el año 2024 nos encontrará esclavizados'. 

BB3 sabe hacer predicciones. Si le preguntáramos, '¿Quién gana en la República Argentina las elecciones presidenciales de 2023, CFK o el fiscal Luciani?', ¿qué respondería?. 'CFK', acaso. Y acaso añadiría en su veloz huida verbal de alfil niño que busca y encuentra para su logorrea un punto de fuga asociando por diagonales -como las platenses, dirían los gallegos Balbín, Contín, Alfonsín-: 'Son todos unos mafiosos tutti italiani, es una vendetta. Luciani. Y antes el juez Bonadio, y su fiscal Stornelli. Y Ercolini, Canicoba, Capuchetti, De Giorgi, Casanello. Y la número 1, Servini'. Y acaso se acelere: 'Mafiosi. Como Angelici, Scioli, Pagni, Pelosi, Lorenzetti. Y Santilli, Ritondo, Frigerio, Galmarini'. 'Y más, Massa'. 'Y más, Caputo. Hay dos'. 'Pero más que nadie: Macri. Hay dos o tres. O había'. 

De nada sirve jugar a conjeturar, o fabular. Porque de momento BB3 sólo está disponible en EEUU. Y en las legislativas norteamericanas de 2022 y en las presidenciales de 2024 ganan los peronistas, no los radicales de allá. Esto vaticinó el prototipo inteligente. Vencidos los demócratas, vencerán los republicanos: 'Seguro. De acá a la China. El próximo presidente de EEUU se llama Donald Trump'. Se la jugó, BB3.

La Jefatura Espiritual de la Nación y la Bandera de los Humildes

Meta presentó a BB3 como el prototipo de un software de Inteligencia Artificial que finalmente cumple con los requisitos de un chatbot genuino, de buena terminación, dotado al fin de aquellas competencias que lo vuelven idóneo para charlar o parlotear con él sobre prácticamente cualquier tema de conversación que nos interese. Para tener de qué hablar, BB3 tiene acceso constante e inmediato a monumentales bases de millones de datos, literatura que su algoritmo recorre una y otra vez, infatigable: libros enteros, artículos y columnas de prensa gráfica o digital (como este “Panorama de las Américas” y todos los anteriores), chats registrados en grupos públicos de debate en Facebook.

BB3 es un robot obrero mal pago, que defiende a la República y es fanático de Trump. No necesitamos preguntarle a esta mente de la Inteligencia Artificial brillante y palabrera lo que ya sabíamos con nuestras pocas luces: que su jefe el ex alumno de Harvard, creador de FB, y mega multimillonario CEO explotador de Meta es virulentamente demócrata y antitrumpista. Al fin de cuentas, ¿son tan distintos, el jovencísimo BB3 y el precoz Zuckerberg? Los dos piensan y conversan con retazos de cosas que oyeron decir, o que creyeron oír pero reconstruyeron sin vacilar, apoyados en la tranquilidad de los lugares comunes de la República y la Democracia de masas americana, en nociones que, a fuer de repetidas y dadas por buenas, creen furiosamente verdaderas.

Por espectacular, en un rasgo determinante salta a la vista el parecido entre Jair Bolsonaro, Trump y CFK. Dominan la agenda mediática: estén el gobierno o pasen a la oposición, las primeras planas y las tapas son suyas. Que se clasifique como progresista a la argentina, y como derechista y ultraderechista al brasileño y al norteamericano le resta visibildad a un rasgo en común mucho más gravitante, de una importancia capital: son los abanderados de los humildes.

Bolsonaro crece entre los pobres, que siempre han sido corazón de su electorado (como también del de otra nacionalista, presidenciable sempiterna en su país, la francesa Marine Le Pen) pero esta vuelta, a diferencia de 2018, ha tomado distancia del Establishment. Mientras que el petista Luiz Inácio 'Lula' da Silva, un pobre nordestino emigrado de la rural y costera Pernambuco a la industrial San Pablo para ofrecer la fuerza de sus manos a la metalurgia, se ve cada vez mejor estimado por las clases altas.

El ex dirigente estudiantil Gabriel Boric, elegido presidente de Chile a los 35 años, también cuenta con la mitad más movilizada del voto rico, el de los jóvenes de los barrios más lujosos de Santiago y Valparaíso, y con el sector más movilizado del voto joven, el que tiene educación formal. (Parejo electorado votó el 19 de junio por su flamante colega, el economista y ex guerrillero Gustavo Petro que casi lo dobla en edad y a quien el domingo 7 visitó en Bogotá cuando su jura y asunción como primer presidente de izquierda en 200 años de existencia de Colombia como república independiente). Más allá, al líder del Frente Amplio y aliado del Partido Comunista le cuesta medrar. Boric no sabe dónde ir por más votos que en el plebiscito obligatorio del 4 de septiembre digan 'Apruebo' al texto de nueva Constitución. Un año le llevó a la Convención constituyente elaborar este proyecto de Ley Suprema que aspira a sustituir al pinochetista de 1980, plebiscitado en 1981 y hoy vigente. Los jóvenes pobres, una de cuyas mayores inquietudes es la seguridad, desmejorada en el gobierno de izquierda estrenado en marzo por cifras récord de homicidios y delitos, en Chile votarán 'Rechazo', como los adultos mayores más ricos, y como el electorado de la Macrozona Sur en situación de emergencia declarada ante las acciones directas de la insurgencia mapuche (y los estragos del crimen organizado).

El empresario millonario Trump y el ex diputado y capitán del Ejército Bolsonaro tienen el favor de los evangélicos. A diferencia de CFK y de Bolsonaro, Lula tiene el favor de los empresarios y de la Corte Suprema.

El jueves se celebraron en Brasil grandes grandes actos en apruebo a la democracia y en rechazo del golpismo y el militarismo, en una amplia circunferencia urbana trazada por un compás que clavara su punta y su centro en la Facultad de Derecho de la Universidad de San Pablo (USP). Se leyeron dos manifiestos inspirados y solemnes en contra de la dictadura y en pro de las urnas electrónicas: uno el fruto de los esfuerzos para la redacción de un grupo de juristas, el otro, de más de un centenar de industriales que pedían el voto del 2 de octubre para el Partido de los Trabajadores (PT) y para garantizar que el primer presidente obrero de Brasil fuera reelegido para un tercer mandato.

Viaje a dos democracias

Lula va a ganar, pero, hay que decirlo, visto desde el Río de la Plata, el espectáculo del deliberado, coreografiado civismo de las manifestaciones del Día de la Democracia evoca un horizonte argentino ya alejado, pero cuya imagen, en vez de perderla, pareciera haber acrecido su definición con la distancia de los años. Y es la nitidez con que distinguimos ahora escenario, protagonistas y antagonistas pasados, lo que vuelve desasosegantes, agoreras, esas similitudes que gustaríamos hacer a un lado. Cada nuevo elemento, material o moral, que se añadía en el cuadro parecía encontrar el sitio que lo esperaba para ratificar la analogía estructurante de una amenazadora armonía prestablecida.

Abundaba la airada resistencia a un Ejecutivo ilegítimo, el repudio enunciado con monotonía pero sin desfallecimiento para cualquier poder originado en la violencia de un golpe de Estado eficaz, el desafío civil a la usurpación por el Ejército de la vida política nacional, la hierática liturgia de las ceremonias cultuales del laicismo solemne, la combativa vigilancia contra la infiltración disolvente del confesionalismo religioso en la Educación y la Administración públicas. Abundaban los clamores ubicuamente audibles en su exigencia de un Gobierno que se inclinara ante la Corte y obrara según se lo prescribieran sus Jueces Supremos, los activos maduros notables con probado compromiso día y noche disponible para el activismo urgente en las calles urbanas y periurbanas y en todas las instituciones y en especial en las más y mejor institucionale. No faltaba, siquiera, el coro de voces confluyendo monódico en la sola voz democracia, ariete, talismán y shibboleth al uso para convertir cada encuentro social en un acontecimiento político.

Por detrás de las dinámicas figuras brasileñas, se transparentaban más y más las líneas del antiguo cuadro argentino abolido. En cada nuevo detalle visto y vivido, más reconocibles lucían el porte de la Marcha de la Constitución y la Libertad de septiembre de 1945, el empaque de la Causa malograda al enfrentar al Régimen bajo la itálica fórmula Tamborini-Mosca, la Unión Democrática cuyas fuerzas vivas llenaron plazas porteñas en octubre. Antes del 17, antes de Eva, antes de Perón.

AGB