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COLUMNA NÓMADE

Puerto Pollera

Melody

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Me encanta cómo habla mi amiga Cuca. Hace poco me escribió y yo le dije que ese día había estado pensando en ella. Como decía mi tía Teresa “te traje con la mente”. Le conté que había estado ocupado con muchas cosas y que por eso no le había escrito. Y ella me dijo: me enteré que estás enamorado, asi que pensé que estabas pollera. Que “estabas pollera” me encantó. Cuca me hizo acordar del término pollerudo que se usaba de manera despectiva en mi barrio cuando alguien del grupo de amigos se ponía de novio y no se lo veía más por la zona. ¿Significaría eso ser pollerudo?

Mi amigo Gaby me pregunta cuál es la etimología de la palabra pollerudo. A mí me encanta rastrear cómo se van construyendo y deconstruyendo las palabras a lo largo de las épocas. Le digo que la palabra pollerudo se puede dividir así: “poller” que viene de pollera que es una prenda que suelen usar las mujeres –ahora por suerte la puede usar todo el mundo no sólo los escoceses- y de la raíz “udo”, que es una raíz que siempre se utiliza para un insulto: pelot “udo”, por ejemplo. De manera que  pollerudo es un insulto, le digo. 

Mi amigo Domin me dice que el personaje de Paul Dano en The Fabelmans es un pollerudo, en el buen sentido. ¿Por qué? ¿hay un buen sentido para la palabra pollerudo? , le pregunto. Porque el tipo le contesta con gentileza a todos los requerimientos de su mujer. Es incapaz de enojarse con ella. Yo creo -dice Domin- que el término pollerudo no es necesariamente un término negativo. Un pollerudo no es un derrotado. 

El Chango, otro amigo, cuenta esta historia: Mi amigo Joaquín es re pollerudo. Cuando estábamos en el secundario su sueño era conseguir novia y lo anhelaba en voz alta diciendo “que bueno cuando tenga novia y ustedes pregunten ¿qué es de la vida de Joaquín? Y alguno responda: está re casado”. Joaquín tiene un problema -se entusiasma el Chango- como no hace nada, es la persona más vaga del mundo, las chicas lo abandonan. Pero cuando vuelve a la rutina de amigos  es mucho más despierto, divertido, está lleno de vida. Cuando está de novio está abstraído de la realidad, con cierta paz, pero apagado. Hace poco tuvo una crisis con su novia actual y volvió a estar despierto. Lo jodemos con que es el personaje de Robert De Niro en la película Despertares. Ahí De Niro se despierta  y consigue novia. Joaquín es lo mismo pero al revés. 

Melody es una película británica de 1971. La dirigió Waris Hussein y actúan Mark Lester, Traci Hyde y Jack Wild en los papeles principales. Tiene una banda de sonido genial con música de los Bee Gees y un tema final de Crosby, Stills, Nash and Young para una escena memorable. La película cuenta la llegada de un chico de clase más alta -Daniel- a una escuela popular. Ahí reina el alumno Ornshaw -que parece un Stone- que es de clase baja y con quien Daniel inicia una amistad y logra ser aceptado en el mundo masculino de la escuela. El problema surge cuando Daniel se cruza con Melody en una clase de música y se enamoran. Nótese que en la escena donde se conocen, no intercambian palabras sino notas musicales con sus instrumentos: Melody es un canto al amor y el amor es lo más parecido a la música que hay en el mundo. Hay otra escena en que Daniel va al encuentro de Melody y el alumno Ornshaw lo pasa a buscar pero Daniel está como poseído, no le habla, sólo camina hasta que llega a dónde lo espera Melody y salen de la mano mientras Ornshaw se vuelve loco tratando de recuperar a su amigo. Ornshaw está celoso. Acaba de perder a Daniel por el amor de una mujer. Pero en vez de decirle pollerudo, se repone y logra organizarles -en contra de los profesores y los padres que quieren separar a los niños porque consideran ese amor como algo patológico, que se pasó de rosca- una boda. Ornshaw -después de la boda simbólica- los ayuda a huir en una zorra del ferrocarril en un final inolvidable. 

Teníamos un amigo -el Monito- al que llamábamos el depredador del lenguaje. En vez de cantar con Sandro “hará nido en tu pelo”, cantaba “arácnido en tu pelo”. Un día nos dijo: a mí el que me encanta es el Turco Bain. ¿Quién? El rubio guitarrista de Nirvana. Pero la mejor fue cuando escuchamos que decía: eso es un crimen de ESA humanidad. El Monito solía ponerse de novio y desaparecer y cuando volvía a aparecer -como en un truco de magia- nosotros le cantábamos: “Me nació este amor/ sin que me diera cuenta yo”, los versos de una canción de Marilina Ross que popularizó Sandra Mihanovich en un disco que se llama “Puerto Pollensa” y que nosotros rebautizamos en honor del Monito “Puerto Pollera”. El disco de Mihanovich y la canción del mismo nombre, fue un hitazo en los comienzos de los ochenta. Es una canción que me gusta mucho, tanto por la música como por la potencia con la que narra. Y tardé en darme cuenta que era una historia de amor entre mujeres. Un día yo la estaba cantando y, como le pasaba al Monito, cambié la letra: “Y sin dormir nos fuimos a la playa/ y nos amamos descaradamente/ alucinando al gordito de gafas/ que fue corriendo a ponerse los lentes”. Y Fogwill que estaba al lado mío fumando, y que le prestaba mucha atención a cualquier tipo de verso, me dijo: “Boludo, cómo va a decir primero que es un gordito de gafas para después decir que se va corriendo a ponerse los lentes. No cierra”. Busqué la letra de la canción: “Alucinando al gordito de gafas/ que fue corriendo a cambiarse los lentes”. Era cambiarse, no ponerse. Fogwill tenía razón. 

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