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El paso de Larreta por La Rural, entre una tibia recepción y paños fríos: “No hay ninguna posibilidad de ruptura en JxC”

Horacio Rodríguez Larreta, este miércoles, durante la presentación de propuestas de precandidatos a presidente en La Rural.

Mauricio Caminos

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“Entramos en las preguntas picantes”, exclamó Horacio Rodríguez Larreta y saltó del sillón al que se acababa de acomodar para responder algunas de las consultas de los empresarios del campo. Recién terminaba de exponer su plan de gobierno en el evento que organizó este miércoles la Sociedad Rural con todos los presidenciables opositores. Ya parado, caminó pocos pasos, como en una charla TED, luego de la inquietud que leyó la presentadora: “¿Cuál es la necesidad de generar tensión política?”. Un dedo en la llaga sobre su medida de que las elecciones porteñas sean concurrentes a las nacionales, lo que provocó el enojo de Mauricio Macri.

“Garantizo acá que no hay ninguna posibilidad de que haya una ruptura de Juntos por el Cambio”, avisó Larreta. Afirmaba con ademanes, como si hiciese falta que sus palabras suenen creíbles. “Perdón que me paro, pero a veces me apasiono”, se excusó. 

Entonces fue de las poquísimas veces que el auditorio le brindó sus aplausos. Era el último de los postulantes del largo día y ya había sillas vacías a su frente . El “aplausómetro” de la jornada –que se extendió por cinco horas– lo ganó su archirrival, Patricia Bullrich, y en segundo lugar quedó Javier Milei. Aunque el público era mayoritariamente afín al proyecto cambiemita, no fue tan indiferente a los gritos libertarios.

“Tenemos un mecanismo que son las PASO para dirimir diferencias. Y me comprometo y me hago cargo de la decisión que tomé. Además, tengo una ley votada a fin de 2018 que dice que en la Capital Federal se vota con la boleta única. Es una ley de algo que está bien”, ratificó Larreta, hablándole entrelíneas a Macri. 

Justamente el ex presidente había pasado por La Rural mucho más temprano, pero por otro salón, en un almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp). Allí intentó cerrar la discusión interna, pero le envió un dardo envenenado a su ex jefe de Gabinete: “Se equivocó, tendría que haber dialogado con su partido”.

La exposición de Larreta ante el campo tuvo una tibia recepción. Su discurso fue moderado y en todo momento buscó asegurar que “era realista”. Evitó prometer medidas concretas hasta tanto conocer el estado de situación que deje el gobierno del Frente de Todos, pero avisó que buscará el déficit cero el primer año de un hipotético gobierno suyo y unificar el tipo de cambio “lo más rápido posible”. Y aventuró “un descenso escalonado” de las retenciones a la soja. “Acá no hay recetas mágicas. Hay que pensar, planificar a largo plazo. Tenemos que hablar con la verdad, no venir con promesas falsas”, sostuvo. 

Tuvo que tragar saliva cuando en otra de las preguntas le recordaron que él había dicho que “la soja generaba poco empleo”. “Fue una frase muy poco feliz, que dije hace diez u ocho años. Hoy revierto. Fue un error. Vengo y hablo con la verdad”, se sinceró.

Sin mencionarla, en su exposición Larreta cuestionó a Bullrich, que antes había prometido levantar el cepo inmediatamente. El alcalde, además, machacó con su idea de buscar un gobierno “amplio”. De ahí su alianza con el radicalismo y Elisa Carrió que quedó expuesta esta semana, en detrimento de su –ahora– ex jefe político amarillo. Incluso le hizo un guiño al peronista Juan Schiaretti, que había hablado inmediatamente antes que él: “No lo considero un kirchnerista al gobernador Schiaretti”.

“Acá la diferencia es quién logra concretar el cambio. Y para eso se necesitan dos cosas: un acuerdo político sólido para que estas propuestas se traduzcan en leyes en el Congreso y funcionarios capacitados. Todo lo demás es verso”, aseguró. “Si no logramos un acuerdo más amplio, ninguna medida se va a poder llevar a cabo. No les crean a los que hablaron antes y les dijeron otras cosas. Dicen mentiras”, denunció Larreta.

Y si el acting “a lo charla TED” fue el distintivo de su exposición, los demás oradores también dieron la nota personal. Bullrich se emocionó al recordar a su abuela “que vivía cuando el campo estaba re arriba”, dijo. Y Milei habló todo el tiempo parado por dolores en su columna. A Miguel Pichetto se le cayó un vaso mientras hablaba.

Larreta no pudo evitar que el cisma que provocó en el partido amarillo se hiciera eco dentro de La Rural eco en los demás socios de la coalición. “Yo les digo a los del PRO la frase que tenemos en el radicalismo: calma PRO”, dijo en el mismo auditorio Gerardo Morales, que como jefe de la UCR es uno de los principales socios de Larreta. “Estamos unidos. Hay unos problemillas en el PRO, pero estamos bien”, completó el gobernador jujeño. “El próximo gobierno necesita de mayoría parlamentaria y eso solo lo puede garantizar JxC”, aseguró a su turno Pichetto. “No se dejen llevar por los cantos de sirena”, completó.

Curiosamente Bullrich no recibió del público una consulta al respecto, pero sí enfrentó a los medios al bajar del escenario y salir del pabellón de La Rural, exposición que Larreta esquivó con una medida singular: colaboradores de su equipo visiblemente jóvenes –nada ataviados como guardias de seguridad– se pararon como en una barrera de tiro libre para evitar el paso de los periodistas. 

“No voy a volver a hablar de esa decisión. El futuro de Juntos por el Cambio es ser el próximo gobierno de la Argentina. Las PASO son un debate entre un mismo partido. Basta de asustarse por si debatimos. Que la gente elija quién cree que es el mejor candidato”, contestó Bullrich ante la prensa, pero se retiró justo cuando le preguntaron si acompañaría a Larreta si ella pierde las primarias. “Esquivó la más difícil. De eso vive”, dijo por lo bajo un vocero en la retirada de la ex ministra. Y uno de sus principales armadores de campaña soltó: “Yo quiero ganarle al Pelado”.

MC

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