El Gobierno habla de una “doctrina Bullrich” para despedir a la ministra y envía al Congreso el nuevo Código Penal
La ministra de Seguridad saliente, Patricia Bullrich, y su sucesora, Alejandra Monteoliva, compartieron este mediodía una conferencia de prensa encabezada por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, que funcionó como balance de gestión, anuncio institucional y gesto político. Mientras Bullrich se prepara para asumir su banca en el Senado, el Gobierno presentó oficialmente la transición en Seguridad, anticipó el envío inminente de la reforma del Código Penal y exhibió a las áreas clave que participaron en su redacción en primera fila del evento.
La conferencia funcionó como un acto de traspaso cuidadosamente coreografiado. Bullrich habló por última vez como ministra —ya juró como senadora y desembarcará en el Congreso en los próximos días— mientras Adorni ofició de maestro de ceremonias: un homenaje explícito a la funcionaria saliente y una presentación formal de Monteoliva, hasta ahora secretaria de Seguridad. La nueva ministra estuvo presente, pero no tomó la palabra.
“El déficit fiscal es la piedra angular de nuestro plan de gobierno”, dijo Adorni al tomar la palabra, y enseguida enlazó esa consigna con el orden público. “Este ordenamiento de la economía también tiene que ser acompañado por el orden en las calles”. Con ese encuadre, anunció la creación de la Agencia Nacional de Migraciones, un organismo con “poder de policía, inteligencia criminal y presencia en todas las fronteras”, que absorberá el control migratorio y funciones de seguridad interior.
El jefe de Gabinete aprovechó también para mostrar el respaldo institucional detrás del nuevo paquete de seguridad y de la inminente reforma del Código Penal. Señaló en primera fila a la secretaria de Legal y Técnica, María Ibarzábal, y al viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, dos áreas clave en la elaboración del proyecto que el Gobierno enviará “a la brevedad” al Congreso. La escena reforzó la idea de que la transición Bullrich–Monteoliva no es solo administrativa, sino parte de un dispositivo político más amplio.
A partir de allí, Adorni desplegó un recorrido celebratorio de la gestión de Bullrich: la baja de homicidios, el récord de incautaciones, la reducción a “cero” de las protestas callejeras, además de la aprobación de leyes como Reiterancia y Juicio en Ausencia. Pero la clave del mensaje no fue estadística sino doctrinaria. “La doctrina Bullrich vino para poner fin al libertinaje”, afirmó. “Vino a defender a los argentinos y a los que los defienden”. Más tarde, conectó ese marco conceptual con la salida de la ministra: “Las políticas de seguridad deben tallarse en piedra”, dijo, justificando su salto al Senado, desde donde deberá blindar legislativamente el nuevo enfoque penal.
“Doctrina Bullrich”
A su turno, Bullrich recogió el guante doctrinario y lo llevó un paso más allá. “Los más favorecidos por el Código actual eran los delincuentes, los violadores y los asesinos”, afirmó al comenzar su intervención. “A partir de ahora, los favorecidos van a ser la sociedad en su conjunto y las víctimas”. Su mensaje giró sobre un punto axial: la reforma del Código Penal que el Ejecutivo enviará “en breve” al Congreso. En su lectura, el nuevo texto implica una ruptura explícita: “Dejamos atrás la doctrina zafaronista y pasamos a la doctrina del que las hace, las paga”.
La senadora electa insistió en que el corazón del problema penal argentino es la falta de ejecución real de las sanciones y la percepción extendida de impunidad. “Que las condenas no se sientan insuficientes, que haya cumplimiento efectivo de las penas, que no nos encontremos a la vuelta de la esquina con delincuentes que deberían estar presos y vuelven a delinquir”. Reivindicó además los proyectos aprobados durante su gestión que ahora serán absorbidos por el nuevo Código Penal para “tener un solo cuerpo importante”.
Bullrich también buscó dejar claro el alcance institucional del cambio. “Todos los cambios que estamos haciendo en el Código Penal son obligatorios para los jueces de todo el país, sean jueces ordinarios, provinciales o federales”, sostuvo, antes de remarcar que lo mismo regirá para “todas las fuerzas federales y todas las fuerzas provinciales”. En su planteo, el nuevo Código se convertirá en un estándar de aplicación universal: “Todo el sistema penal tiene que aplicar el Código Penal y es obligatorio”, dijo, como forma de blindar la reforma frente a resistencias o interpretaciones divergentes.
Antes de retirarse, Bullrich dejó planteada la dimensión política de su salida del gabinete y su desembarco en el Congreso a partir del 10 de diciembre. Dijo que ahora “va a una nueva batalla” y que su tarea legislativa será una continuidad del rumbo elegido por el Gobierno. “Yo lo que siento es que voy a dar una batalla importante junto con los 20 senadores de La Libertad Avanza para que el país tenga reforma laboral, reforma del Código Penal. Voy a cumplir otra tarea, desde otro lugar. Siento que este reconocimiento tiene que ver con una realidad”, afirmó, en un mensaje que buscó mostrar alineamiento interno y anticipar el frente parlamentario que abrirán las reformas que Milei pretende “tallar en piedra”.
PL/MC
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