A tres días de las elecciones

“Llegamos de pie”: Milei cerró su campaña en Rosario con promesas de cambio y ministros en fuga

“Este Gobierno es distinto a todos los que hubo antes”. Así abrió Javier Milei su discurso en Rosario, con Panic Show marcando el ritmo de su ingreso por las escalinatas del Parque España. “En 2023 todos los argentinos dijeron basta —siguió—. Dije que iba a enfrentar los problemas de raíz, y por eso lo hice de espaldas al Congreso, porque había que dar un cambio de 180 grados”. Minutos después completó el crescendo: “Tenemos la posibilidad de cambiarle la cara al Congreso y avanzar con las reformas que la Argentina necesita”.

Con el río Paraná de fondo, Milei encabezó su último acto antes de las elecciones legislativas del domingo, acompañado por su hermana Karina y la primera línea de La Libertad Avanza. El cierre nacional de campaña repitió la liturgia libertaria habitual —himnos, banderas, luces violetas, pirotecnia—, pero con un tono más político y un mensaje explícito al electorado: el pedido de apoyo legislativo para recuperar la iniciativa tras un año de desgaste y fracturas internas.

El Presidente habló ante cientos de simpatizantes que agitaban banderas violetas y coreaban su nombre. “Son el motor de este proceso de cambio que ha empezado y que ya no lo pueden frenar”, les agradeció, antes de evocar a Manuel Belgrano como símbolo del liberalismo patriótico: “Es una alegría enorme que justamente hoy terminemos la campaña donde él creó la bandera argentina. Belgrano estudió en Salamanca, el lugar donde nació el liberalismo. Ustedes son el alma de este movimiento y el motor de este cambio que nadie puede parar”.

La elección de Rosario fue una jugada cargada de simbolismo. Fue en esa misma ciudad donde Patricia Bullrich desplegó su plan de “lucha contra el narcotráfico”, la bandera más visible de su gestión al frente del Ministerio de Seguridad. Además, Santa Fe es una provincia clave para el conteo nacional: tercera en volumen de electores, bisagra entre el núcleo productivo del país y el corredor del litoral, y escenario de una competencia que el oficialismo nacional mira con especial atención.

En un pasaje central del discurso, el Presidente reivindicó su gestión frente a “un Congreso destituyente” que, según dijo, “puso en marcha la máquina de impedir”. “Cuando la máquina venía a todo vapor, la política tradicional intentó frenarla. A pesar de eso, llegamos de pie y listos para cambiar el país en serio”, lanzó, mientras el público coreaba su nombre.

El mitin también tuvo un objetivo electoral concreto: apuntalar a Agustín Pellegrini, candidato a diputado nacional, que enfrentará a la vicegobernadora Gisela Scaglia, respaldada por Maximiliano Pullaro. Las encuestas lo ubican por detrás, pero en el entorno libertario confían en el arrastre presidencial.

El operativo de seguridad fue monumental: más de 850 efectivos de Gendarmería, Prefectura y Policía Federal blindaron el perímetro del parque, con cortes de calles y accesos controlados. Mientras tanto, sindicatos y movimientos sociales —entre ellos la CATT, la CCC, ATE, el Movimiento Evita y la UTEP— se manifestaban en la Plaza Guernica, a doscientos metros del acto, con la consigna “Rosario no se vende”. El intendente Pablo Javkin había pedido horas antes “prudencia y respeto” para evitar incidentes: “Que no nos traigan la violencia de Buenos Aires”, advirtió.

El acto estuvo atravesado por la crisis política del Gobierno. En los días previos, la renuncia del canciller Gerardo Werthein y la confirmación de la salida de Mariano Cúneo Libarona del Ministerio de Justicia expusieron las tensiones internas del gabinete y reabrieron la discusión sobre el equilibrio de poder en la mesa chica de la Casa Rosada.

Así y todo, el cierre en Rosario completó la postal final de la campaña libertaria, que había tenido su preludio el martes en Córdoba con la caminata por Nueva Córdoba. Allí, como en el Parque España, Milei se mostró más rockstar que Presidente. Con música, épica y mística, pero también con la carga política de un gobierno que encara el tramo final con ministros en fuga, un Congreso adverso y la esperanza de que las urnas del domingo le devuelvan el impulso que perdió en el poder.

PL/CRM