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El armado del nuevo gobierno

Milei y una semana feroz en la que rosqueó un gabinete para los primeros 180 días en el poder

Javier Milei, el 19 de noviembre, cuando celebró la victoria en el balotaje presidencial.

Mauricio Caminos

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Javier Milei detesta las papas fritas de McDonald's. Tanto, que es capaz de exigirles a otros comensales que comparten con él las famosas hamburguesas que tampoco las coman. Ese capricho gastronómico lo sacó a la luz él mismo ya confirmado como futuro presidente de la Nación, “un trabajo transitorio” –como lo califica– que se ganó el domingo pasado tras barrer con Sergio Massa en el balotaje.

Desde la noche del domingo 19, la Argentina tiene a su nuevo mandatario encerrado en un hotel. Milei apenas bajó del piso 21 del Libertador Hotel para salir a la calle el martes en dos oportunidades: por la mañana, para reunirse con Alberto Fernández en Olivos; por la tarde, para darle una entrevista a Alejandro Fantino en Palermo. La nota en Neura estaba pactada para el lunes, pero se suspendió a último momento cuando arribó al búnker hotelero Mauricio Macri. 

“Tengo que hablar con vos una hora”, le dijo el expresidente al electo. “Todo lo que tiene que ver con el PRO lo arreglás conmigo o con Patricia”, le exigió Macri, que al día siguiente partió a Arabia Saudita por su cargo en la FIFA. Desde allí se enteró el jueves que Milei finalmente había convencido a Luis “Toto” Caputo para que sea su ministro de Economía. También se sorprendió con el regreso de Patricia Bullrich a Seguridad, cuyo ofrecimiento el libertario se lo había hecho el lunes (antes de ver a Mauricio). Macri tiene agenda de regreso el martes. Es la fecha que entre algunos libertarios especulan que ya estará cerrado todo el paquete del nuevo gabinete para su presentación en público. Dependerá también de cuándo finalmente será el viaje “espiritual” a Estados Unidos.

Todo lo que tiene que ver con el PRO lo arreglás conmigo o con Patricia

De Mauricio Macri a Javier Milei

En la feroz semana de rosca que pasó, Milei no armó un gobierno para los próximos cuatro años, sino para los 180 días iniciales. Seis meses en los que imagina que deberá encarar una fuerte devaluación y ajuste del gasto, soportar el descontento social en las calles y encarar la reestructuración del Estado. Para eso eligió al tándem amarillo Caputo-Bullrich, más la tercera pata de Federico Sturzenegger al frente del que llaman el “ministerio de Modernización”. Son tres figuras con experiencia en la gestión pública y conocen la botonera –más allá de cómo la aprieten–. Milei no tiene poco para enseñarles.

“A Caputo lo puso Macri y Javier aceptó porque es el que tiene la herramienta para desarmar las Leliqs. No lo veo como un jugador de largo plazo. Puede comerse el desgaste tranquilamente y ser luego un fusible a cambiar sin mucho costo porque no es tropa propia”, entendió un legislador electo de La Libertad Avanza que conoce al detalle el humor interno en el hospedaje de avenida Córdoba y Maipú. “Patricia aceptó volver a Seguridad porque cree que ella es importante para garantizar la paz social”, aseguró un ladero de la excandidata de Juntos por el Cambio, lo que entre líneas se lee como un aval a su política de “mano dura” para reprimir las protestas que ya se agitan: la Unidad Piquetera que encabeza el Polo Obrero tiene votado un plan de lucha para el 19 y 20 de diciembre.

La nueva cartera que se crearía para Sturzenegger tiene como pliegue una disputa entre Milei y Macri, quien había vetado la nominación de su extitular del Banco Central como inquilino del Palacio de Hacienda. “Javier lo pone como ministro para compensar la entrega de Economía a Mauricio”, argumentó la fuente libertaria a elDiarioAR

Lo llamativo de ese flamante ministerio –que no estaba en el plan de la motosierra de Milei– es que tendría una deriva en la degradación de alguna de las otras carteras para que no se amplíe más el organigrama que tendrá encima a Nicolás Posse. 

Una hipótesis que recogió este medio es que Defensa podría integrarse a Seguridad, lo que le daría sustento a la ubicación allí de Luis Petri, quien fue el candidato a vice de Juntos por el Cambio y hasta fiscal para La Libertad Avanza el domingo pasado en Mendoza. Esa decisión le daría un poder de fuego casi ilimitado –y de brumosos límites legales– a Bullrich en materia de seguridad interior. Otra posibilidad aún más extraña sería que la conducción de las armas vaya a Interior, nicho de Guillermo Francos, la espada política de Milei y su puente con los gobernadores. 

Esa arquitectura impactó de lleno las aspiraciones política de Victoria Villarruel, quien se arrojaba de antemano la conducción de Seguridad y Defensa. La vice electa reivindica la última dictadura y aspira en lo más profundo de su fuero personal a amnistiar a los represores condenados o con procesos abiertos por delitos de lesa humanidad. “Victoria está herida”, anotaron en LLA. Para marcar la cancha, la vice visitó a los jefes de las fuerzas de seguridad este viernes.

Muchos de los movimientos de Milei de esta semana se explican por el resultado que recogió el domingo. El abrazo a la distancia con Macri tiene que ver con la convicción de que el aporte de la fiscalización del PRO no fue decisivo en la abrumadora victoria por 12 puntos sobre Massa. El presidente electo sí que le pagó al exmandatario con Economía pero también cobraron por su cuenta Bullrich y Juan Schiaretti. 

El cordobesismo se queda con Anses y Transporte, pero también se habla del factor Florencio Randazzo en Diputados: es una idea de Francos para sumar peronistas al armado y –a su vez– torpedear la posibilidad de que el PRO a través de Cristian Ritondo –o sea Macri– le maneje la Cámara baja. Esa discusión está sucediendo, porque también vuelve al Congreso el histórico Miguel Pichetto, quien podría servirle a Milei como un enlace con Villarruel. Es una incógnita quién asumirá la presidencia provisional del Senado. Dos legisladores del PRO coincidieron en mencionar al cordobés Luis Juez, pero como ese rol queda tercero en la línea sucesoria, lo más lógico sería un puro libertario: fueron ponderados los senadores puntanos electos Bartolomé Abdala e Ivanna Arrascaeta.

Junto con Villarruel quedó marginada Carolina Píparo. Ahora que la corrieron de la caja de las jubilaciones, la actual diputada sería la jefa de un bloque puro de LLA. El destrato a Píparo está sustentado en que la estructura de la Anses le habría permitido un sinfín de terminales territoriales en todo el país. “Era mucho para ella, sino aportó votos nuevos en el balotaje”, la cuestionaron desde las mismas filas libertarias. Otra voz legislativa que la conoce de cerca aseguró que tiene vínculos con el escándalo de las tarjetas de “Chocolate” Rigau.

Que haya sido eyectada de Anses le dio más vuelo en provincia de Buenos Aires a Sebastián Pareja, que fue el responsable de la fiscalización para la segunda vuelta luego de que Karina expulsara del espacio a Carlos Kikuchi. El arreglo es que todas las dependencias nacionales –PAMI, Anses, Renaper, etcétera– que tienen sede en los distritos bonaerenses queden en manos de los referentes territoriales libertarios. En el conurbano jugarán codo a codo con LLA quienes hasta ayer fueron amarillos, como Joaquín de la Torre –su hermano Pablo iría a la secretaría de Niñez y Familia en el ministerio de Capital Humano– y Javier Iguacel –a quien Macri quería en YPF o Energía–. 

Una tercera figura histórica que fue marginada por Milei esta semana fue Ramiro Marra. El legislador porteño quería ubicarse en la AFIP o la Aduana, pero el desembarco de Caputo complicaría esas aspiraciones. También le enrostraron internamente que en las elecciones a jefe de Gobierno no llegó a los 15 puntos. 

“Javier está siendo muy pragmático y lo aplaudimos”, justificó un dirigente de peso propio. “Viene todo muy bien. Estamos contentos con los avances que se han logrado estos últimos días”, dijo a coro otro referente libertario de llegada al piso 21 del Libertador Hotel donde vive Milei. La llave de ese salón VIP es dominio de Karina Milei, que este viernes estuvo casi tres horas en Balcarce 50 para hacerse con la llave de la Casa Rosada. Fue para la futura secretaria general de la Presidencia el broche de una semana de rosca furiosa en la que igualmente pudo permitirse ir al Luna Park para ver un show sinfónico tributo a Sandro. Se la vio muy entusiasmada en la fila 8 cantando y bailando al ritmo del clásico “Una muchacha y una guitarra”.

MC/JJD

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