Hidrocarburos y medio ambiente Obra de 600 kilómetros en la Patagonia

Vaca Muerta Sur: tensión y sólo voces a favor en una cuestionada audiencia pública

Sierra Grande, Río Negro. —
18 de agosto de 2023 06:02 h

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La audiencia pública por el oleoducto Vaca Muerta Sur comenzó este jueves con escenas de tensión y enfrentamientos en la localidad de Sierra Grande, en el sudeste de Río Negro, donde se debaten los alcances e impactos sociales, económicos y ambientales de la obra y su terminal portuaria, pensadas para la exportación de crudo de la Cuenca Neuquina. El operativo de seguridad incluyó al grupo especial COER de la policía de la provincia.

Más de 400 personas ingresaron por la mañana al gimnasio Vuta Mahuida de esta localidad de más de 12.000 habitantes para escuchar la exposición de la petrolera YPF —a cargo del proyecto—; la de los funcionarios de la gobernación —desde el vicegobernador, Alejandro Palmieri, hasta la defensora del Pueblo, Adriana Claudia Santagati—; y las de las consultoras de impacto ambiental. 

La audiencia fue organizada por la Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia, a cargo de Dina Migani, y el objetivo fue exponer los aspectos técnicos y los estudios de impacto ambiental de ambas obras. También debían exponer los detractores de la iniciativa, pero ante la imposibilidad de que todos ingresaran y la llegada de un grupo a favor de las obras con banderas del sindicato de la construcción decidieron replegarse y retirarse de la audiencia.

elDiarioAR se encuentra cubriendo la audiencia pública de este jueves y viajará por los próximos dos días a distintos puntos de Río Negro y Chubut conectados directamente con el Golfo San Matías, eje de los desencuentros y enfrentamientos entre distintas localidades de la costa atlántica de la provincia. El viaje fue financiado por la ONG Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y organizado íntegramente y de manera independiente por elDiarioAR.

Al menos 145 personas estaban inscriptas como promotores del proyecto, invitados y oradores para exponer su postura sobre el oleoducto y la terminal portuaria de Punta Colorada, pero finalmente sólo expusieron quienes apoyan el proyecto. Todos los invitados por los organizadores se manifestaron a favor del oleoducto y su puerto. Es decir, no hubo ninguna voz crítica invitada por la Secretaría de Ambiente. En Sierra Grande la decisión ya está tomada.

No todos los oradores pudieron ingresar a la audiencia, a pesar de que el lugar aún tenía capacidad para 15 personas más, según presenció este medio en el ingreso. 

La situación generó malestar con la policía y provocó el pico de tensión de la jornada, cuando en medio de la audiencia, una manifestante, la docente Cecilia Salcedo, de Las Grutas, interrumpió el discurso de apertura de la secretaria de Ambiente para exigir el ingreso de sus compañeros y reclamó que el acto oficial no era democrático.

La funcionaria ordenó a la policía a viva voz que sacara a la mujer del lugar, mientras la manifestante era abucheada y acallada por cientos de personas presentes en la audiencia. Luego, se acercó a la docente Salcedo para intercambiar unas breves palabras y regresó al escenario.

Una razón para apoyar el proyecto pese a las advertencias sobre su impacto ambiental

En Sierra Grande, un amplio sector apoya las obras y tiene la esperanza de que ayude a recuperar la economía de la localidad, que vivía de una mina de hierro hasta que la minera abandonó el emprendimiento. 

Sierra Grande también intenta progresar en el rubro turístico, ya que cuenta con las hermosas Playas Doradas, que ahora serán vecinas a la terminal portuaria del oleoducto. 

“Sierra Grande es una comunidad que estuvo 30 años postergada en desarrollo y crecimiento. Desde el cierre de la mina, en los años 90, hemos tenido un éxodo de la población, especialmente de los jóvenes. Pasamos de 20.000 habitantes a casi 6.000 y hoy estamos entre los 12.000 y los 14.000”, explicó Renzo Tamburrini (Frente de Todos), el intendente de la localidad, que apoya las obras porque asegura que los controles serán estrictos y que la naturaleza, el turismo y el puerto petrolero podrán convivir, como lo han hecho con el puerto minero vecino.

“Digo sí a YPF para que haya trabajo y cumplir con este sueño de progreso”, dijo una de las vecinas de Sierra Grande en la audiencia, poco después de lanzar un panorama que explica gran parte del apoyo de la localidad al proyecto: la mayoría de sus habitantes es empleado estatal o municipal, algunos mineros y marineros, y el resto, beneficiarios de planes sociales. No quieren que sus hijos abandonen la casa en busca de trabajo. Su testimonio se replicó en decenas de vecinos que hablaron al final de la audiencia.

“En la Patagonia existe un desafío adicional (al ambiental): internalizamos los costos pero no vemos los beneficios, tanto en recursos energéticos como riquezas naturales”, afirmó Adriana Santagati, defensora del Pueblo de la provincia. “Deben existir garantías de que no cargaremos con los costos mientras otros se llevan los beneficios”, agregó, y dijo que “los derechos humanos deben ponerse en el centro de cualquier proyecto productivo”.

“Fuera hippies”  

La audiencia pública es un requisito legal para lograr la autorización de las obras. El objetivo era que YPF y las tres consultoras que realizaron los Estudios de Impacto Ambiental (EIA) expusieran los aspectos técnicos del proyecto frente a la ciudadanía y que se escucharan también las voces disidentes, que rechazan el proyecto en base a argumentos medioambientales, sociales y económicos.

“Esta es la obra más importante de los últimos 30 años en la energía de la Argentina. El 90% del petróleo hoy se produce en Vaca Muerta y hoy usamos tres veces menos de dólares para importar energía”, dijo durante la audiencia Federico Califano, gerente de Asuntos Externos de YPF en las provincias de Neuquén y Río Negro.

Algunos de los manifestantes que no pudieron ingresar son personas de otras dos localidades, Las Grutas y San Antonio Oeste, nucleados en la Multisectorial Golfo San Matías, quienes rechazan la instalación de una terminal petrolera en esta zona del Mar Argentino.

Afuera del gimnasio, el cuadro se completó con la llegada de otras 50 personas con banderas amarillas del sindicato de la construcción, Uocra, y un enfrentamiento de bombos y cánticos entre la Multisectorial y el gremio, separados por dos líneas de policías.

Quienes rechazan el oleoducto se replegaron hasta que decidieron retirarse y congregarse en una asamblea en Las Grutas, a unos 120 kilómetros. 

Los abanderados de la Uocra se presentaron para impedir el acercamiento de la Multisectorial a la sede de la audiencia y manifestar su apoyo al oleoducto y la terminal portuaria. “Fuera hippies”, gritaban bajo la lluvia torrencial a los manifestantes que rechazan las obras, emprendedores del turismo, la pesca artesanal, académicos y artistas.

Los manifestantes de la Uocra también gritaron cánticos contra los dirigentes de la comunidad mapuche-tehuelche que integran la Multisectorial y rechazan el proyecto. “La mayoría de ellos también son mapuches. Lo que pasa es que el Estado no ha permitido un proceso identitario después de un genocidio”, respondió Orlando Carriqueo, werken (vocero) y referente del Pueblo Mapuche en Río Negro. 

No hay consentimiento para el oleoducto porque no tenemos información, porque tiene que haber un proceso que se llama consulta libre, previa e informada [con las comunidades originarias]. Se lo hemos hecho saber a YPF, se lo hemos hecho saber al Gobierno de Río Negro”, afirmó Carriqueo.

Sierra Grande

Sierra Grande se ubica dentro del departamento San Antonio, al que se llega por la ruta nacional 3. La localidad, de más de 12.000 habitantes, está al sur de Viedma y al norte de Puerto Madryn, Chubut, y a unos 28 kilómetros de la costa atlántica, donde se encuentra el balneario Playas Doradas, uno de los paraísos del Golfo San Matías. A esa misma altura se ubica también Punta Colorada, donde se construirá la terminal portuaria para la carga del crudo que traerá el oleoducto hasta estas costas.  

La mayoría de los manifestantes de la Uocra consultados no quieren explicar por qué apoyan el proyecto. Uno de los hombres que sostiene una de las banderas accedió y explicó: “Vivo de changas, no tengo trabajo y este proyecto va a traer trabajo”. Una vecina acompaña a los manifestantes de la Uocra en la puerta del gimnasio. Explicó a elDiarioAR que apoya el proyecto de YPF porque dirige un comedor en Sierra Grande y quiere que los padres de los niños y niñas que acuden a comer a su espacio tengan trabajo y futuro.

El oleoducto y su terminal portuaria son apoyados por los sindicatos locales —desde los médicos y los maestros hasta la construcción— y también por sectores empresarios, como la asociación Entidades Empresarias de Río Negro, la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara de Exportadores (CERA). A nivel provincial, el proyecto es motorizado desde el Frente de Todos hasta Juntos por el Cambio.

Ambas fuerzas políticas votaron de manera exprés la modificación de la ley 3.308 en agostó de 2022 para poder habilitar el transporte de hidrocarburos en la costa atlántica de la provincia. “Es una irresponsabilidad porque Río Negro no puede ni fiscalizar las cloacas de Viedma”, dijo Pablo Barreno, legislador del Frente de Todos y el único que votó en contra durante la primera vuelta de la votación en agosto del año pasado. 

El vicegobernador Palmieri sostuvo que “esta obra se podía hacer tranquilamente en cualquiera de las otras provincias que tienen salida al Mar Argentino”. “En esas provincias (Buenos Aires, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego) está permitido todo y acá estaba prohibido todo proyecto de hidrocarburos. Nos teníamos que sentar a analizar si nosotros estamos a contramano o el resto de las provincias. Aprobamos la flexibilización de la ley”, dijo el funcionario.

En la audiencia pública, al momento de exponer, el referente de la CGT Atlántica, Damián Miler, dijo que sólo saludaba a los rionegrinos presentes. Es que en esta porción de la Patagonia, las imposiciones “externas”, acertadas o equivocadas, caen pesadas. Muy pesadas para una localidad que se siente abandonada por la Provincia y la Nación. Pero su decisión sobre el oleoducto y el puerto sí podría tener consecuencia para los “de afuera”. Un posible derrame de crudo, producto de un accidente en el futuro oleoducto o terminal portuaria, es el principal temor de un grupo de científicos, ambientalistas y conservacionistas de Río Negro y Chubut.

“No hay que dejarse emocionar por una foto que muestra un derrame, hay que exigir el cumplimiento de normas nacionales e internacionales, y estoy seguro que tanto la Provincia como la Nación lo harán”, afirmó Juan Carlos Martin, legislador de Juntos por el Cambio, invitado en la audiencia.  

“El riesgo de derrame en el golfo y el riesgo para Península Valdés es elevadísimo. Afecta a la ballena franca austral y a los pingüinos magallanes, a la biodiversidad en general. Desde lo económico se generarán pocos empleos asociados sólo a la construcción, por un plazo corto y el potencial de destrucción de empleos del turismo y la pesca es mayor”, aseguró Ariel Slipak, de la ONG ambientalista FARN. 

La terminal portuaria

Nuestra cotidianeidad gira en torno al petróleo. El buzo de polar, la lapicera, la computadora portátil en la que se escribe esta nota, el teléfono celular, el cargador, la funda del teléfono celular, el protector de la pantalla del teléfono celular, la mochila, la tapa del termo, la tarjeta de débito, el shampoo, el dentífrico, la bolsa de la basura, el mango de la pava, la perilla de la cocina, el blister de la aspirina, el combustible del avión, del micro, el auto para llegar a Sierra Grande, la bandera argentina, el envoltorio del alfajor. Este viaje no sólo giró explícitamente alrededor del petróleo.  

“Va a ser el puerto petrolero más moderno del mundo”, aseguró Francisco Pinilla, de ERM Consultora, seleccionada por YPF para realizar el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la terminal portuaria y las instalaciones aledañas. “Estamos rodeados de unidades de conservación que sabemos que son importantes”, afirmó el consultor. El Golfo San Matías está directamente conectado con Península Valdés, un área natural protegida única en el mundo, y con otras tres áreas protegidas: el Parque Nacional Islote Lobos, la Reserva de Usos Múltiples Caleta de Los Loros y el Área Natural Protegida Bahía San Antonio.

“No sabemos qué va a ocurrir pero podemos ver y describir matrices, impactos y mitigaciones”, explicó a la audiencia. También dijo que su equipo estuvo tres semanas evaluando la zona, entre febrero y marzo último.

El Golfo San Matías se extiende por más de 300 kilómetros y Punta Colorada se encuentra aproximadamente en la mitad del golfo, afirmó. También dijo que evaluaron desde el impacto acústico hasta las mareas y corrientes —clave para entender los riesgos de un hipotético derrame—, el impacto en especies, en las personas y el patrimonio natural y cultural de la zona. 

El oleoducto tendrá casi 600 kilómetros de longitud y conectará la zona productiva en la provincia de Neuquén con la costa atlántica en Río Negro, donde conectará con el puerto exportador. “Su objetivo es aumentar dos veces y media la capacidad de evacuación de la cuenca neuquina en los próximos tres años”, afirmó YPF en un video institucional.

Nota: esta nota se modificó el 18 de agosto de 2023 a las 18:24 para corregir el nombre de la localidad San Antonio Oeste, que figuraba como San Antonio Este.

ED/JJD