Por los barbijos y el distanciamiento, diseñaron una app para ayudar a personas con hipoacusia o sordera

A principios de la pandemia, un equipo de ingenieros en sonido de la Universidad Nacional de Tres de Febrero desarrolló “Tescucho”, una aplicación que convierte audio en texto y que tiene como objetivo facilitar el intercambio con personas con sordera o hipoacusia.

Eva Bongiovanni, encargada de difusión e imagen del Centro Integral de Servicios Tecnológicos de Acústica y Sonido (CISTAS) de UNTREF, cuenta que la idea de la aplicación surgió luego de que una de las integrantes del equipo viera un video de una joven que menciona las dificultades a las que se enfrentan las personas con hipoacusia o sordera por la distancia social y el uso del barbijo.

El barbijo hace que no se pueda leer los labios y atenúa las frecuencias de audio”, dice Bongiovanni en diálogo con elDiarioAR. La aplicación es simple e intuitiva: con un botón, convierte audio a texto a una distancia máxima de dos metros. Una barra horizontal permite, además, agrandar la letra para que se pueda leer de forma clara.

“La primera versión de la aplicación traducía audio a texto en frases cortas, pero se cortaba cuando la persona dejaba de hablar y el texto se borraba. Contactamos a Mónica Leguizamón [la autora del video] y se emocionó pero dijo que para algunas cosas eso no le servía y nos orientó para poder mejorarla”, añade Bongiovanni.

Ahora, el CISTAS lanzó una segunda versión que permite desgrabar audios de forma continua. “Esta segunda versión tiene el modo antiguo, clásico, que se corta y que sirve para comunicaciones breves, y el modo continuo, que sirve para hacer como una especie de subtitulado. Lo podés poner al lado de la computadora y escribe lo que los otros dicen. El texto se puede scrollear, uno decide cuándo cortar la transcripción y se genera un archivo”.

La nueva versión de la aplicación está disponible para Android. Frente a las dificultades para implementar los cambios en iOS, el equipo trabaja para llevar la actualización a iPhone, aunque, de momento, se puede seguir utilizando la versión original: “Estamos en tratativas con la coordinación, con el coordinador y algunos docentes para armar un equipo que pueda contribuir a mejorarla”.

Un aspecto que destaca Bongiovanni, y en el que se centró la primera campaña de concientización que realizó el equipo, es que la aplicación no está destinada de forma exclusiva a las personas con discapacidad sino a la sociedad en su conjunto para que cada uno desde su lugar pueda contribuir a entablar una comunicación que no deje a nadie afuera.

“La idea era que la aplicación sirviera para comercios, bancos, lugares donde hay atención al público, que esté instalada en cualquier celular y la tenga todo el mundo”, explica. “La discapacidad la pone el entorno, no las personas”.

En este sentido, destaca el trabajo que realizan DALAT, un equipo de profesionales que se dedica a promover la accesibilidad digital, que analizó la aplicación para ver qué tan accesible es para las personas con discapacidad. “DALAT nos hizo un testeo de la app. Ellos testean las aplicaciones, todo lo que tenga que ver con accesibilidad digital, y nos dijeron que sería ideal que ”Tescucho“ tenga screen reader (lector de pantalla) para las personas con ceguera”, comenta. “Nosotros queremos hacer a la app lo más accesible posible”.

En Argentina, la ley 26.653, sancionada en 2010, garantiza la accesibilidad de la información de las páginas web a personas con discapacidad. Sin embargo, para Bongiovanni, en la práctica esto no ocurre: “En otros países te hacen una multa si un sitio no es accesible. Acá la ley existe pero no se hace cumplir y es vieja”.

Por último, señala que, más allá del objetivo principal por el que surgió el proyecto, cualquiera puede hacer uso de la aplicación para mejorar la comunicación a pesar de las distancias, el tapabocas o la virtualidad. “No hace falta tener una discapacidad para usar la app. Con la pandemia, todos tenemos una barrera y esta es una herramienta más que nos puede servir”.

MC