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Sorpresa en Ecuador: el indigenista Pérez y el derechista Lasso pelean voto a voto un lugar en el balotaje contra el correísta Arauz

Pérez, Arauz y Lasso, los probables protagonistas del balotaje en Ecuador

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El economista Andrés Arauz, el candidato del expresidente Rafael Correa, se impuso el domingo con el 32,2% de los votos en las elecciones presidenciales en Ecuador. Su rival en la segunda vuelta del 11 de abril aún está por definirse. Pese a que las encuestas lo ubicaban en el balotaje, el exbanquero conservador Guillermo Lasso, con el 19,6%, se disputa ese lugar voto a voto con el candidato indigenista de izquierda Yaku Pérez, que obtenía el 19,8%, según los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) con el 97,5% de los votos escrutados.

La diferencia entre Pérez y Lasso es de unos 15.000 votos, cuando queda por computarse el 2,44% por ciento y hay un 14% de “actas con novedad”, es decir, que deben verificarse antes de proclamar el resultado oficial.

Arauz, que con 36 años podría convertirse en el presidente más joven de Ecuador, deberá esperar a la segunda vuelta para la definición, ya que no logró el 40% de los sufragios positivos ni una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo, como establece la ley electoral. Esto había sido anticipado por los sondeos, que coincidían en que Arauz lideraba la intención de voto, pero seguido de Lasso a unos diez puntos y de Pérez, a otros diez.

Arauz se declaró ganador de las elecciones en Twitter ni bien se cerró la votación y antes de que se conocieran cifras oficiales. Aseguró que su victoria era “de 2 a 1 frente al banquero”, en referencia a Lasso. “¡Ganamos! Triunfo contundente en todas las regiones de nuestro bello país. Nuestra victoria es de 2 a 1 frente al banquero. Felicitaciones al pueblo ecuatoriano por esta fiesta democrática. Esperaremos los resultados oficiales para salir a festejar”, tuiteó el joven economista.

Poco después, en un discurso desde su bunker de campaña, se mostró un poco más cauto, llamó a “esperar los resultados oficiales”, aunque aclaró: “Tenemos confianza de que el margen del triunfo será mayor cuando se sepan los resultados oficiales.(...) La amplitud de la victoria es tal que nos permite encarar el futuro con absoluta garantía de lo que tenemos por delante”.

El expresidente Correa también celebró en Twitter la victoria de Arauz. “La revolución ciudadana ha ganado en forma abrumadora, pese a la campaña sucia y a cuatro años de brutal persecución e infamias”, escribió el exmandatario, casi una hora después del cierre de los comicios. “Ahora, a esperar el conteo oficial; ojalá se pueda vencer en una sola vuelta, por el bien del país”, agregó.

Pérez, a su vez, consideró seguro su ingreso en el balotaje. “¡Estamos en segunda vuelta! La voz del pueblo se respeta”, señaló en Twitter tras conocerse las primeras cifras del CNE.

Por su parte, Lasso, también se mostró confiado en llegar al balotaje. “Tengan la certeza de que estaremos en SEGUNDA VUELTA. Todo lo que he hecho en mi vida ha requerido lucha, entereza y decisión. Y seguiré trabajando por UN ECUADOR LIBRE Y DEMOCRÁTICO”, tuiteó.

La jornada electoral estuvo marcada por las largas filas fuera de los centros de votación, que echaron por tierra con el clima de apatía y desinterés proyectado días anteriores por distintos especialistas, a tal punto que la participación fue del 82,2%, según el CNE, en línea con las dos últimas dos elecciones presidenciales, pese a que actualmente el país atraviesa la segunda ola de la pandemia de coronavirus.

Además de optar por una entre las 16 fórmulas de partidos y coaliciones ofrecidas para la titularidad del Poder Ejecutivo, el electorado decidió también quiénes se sentarán en las 137 bancas de la Asamblea Nacional (el Poder Legislativo unicameral) y quiénes serán los seis representantes del país ante el Parlamento Andino.

Los quince candidatos varones y una única mujer coincidieron en que el balance del mandato del presidente Lenín Moreno es la suma de los lastres de una ineficacia pareja en todos los frentes y en que la doble gestión de una pandemia voraz y una economía escuálida es la urgencia para la que son la mejor solución disponible.

Cuatro años atrás, el presidente saliente era el candidato oficialista de Alianza País (PAIS), el partido de su antecesor Rafael Correa, con quien después rompió.

Este es la situación que le espera a la nueva administración: El Covid-19 deja unos 15.000 muertos, medio millón de infectados y 1.000 contagios diarios para un país de 17 millones y medio de habitantes. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), hay un 23,4% de subempleo y un 6,6% de desempleo.

Ecuador ocupa, según el Banco Mundial, el tercer lugar entre las economías más golpeadas por la pandemia y la recesión en América Latina, con una caída el año pasado de un 9,5% en el PIB. El crecimiento en 2021 se estima bajo, de un 3,5 por ciento. Fue alto, en cambio, el crecimiento de la pobreza, de un 10% en una economía que en el año 2000 renunció al sucre y adoptó el dólar como única moneda y cuyo PBI nominal per cápita según el FMI no supera en mucho los 6.000 dólares.

Ante este panorama, el contenido de los programas contrastantes de los candidatos favoritos según las encuestas importó menos en la intención de voto, según esos mismos sondeos, que la impresión que sus personas y figuras han logrado producir en el electorado.

Andrés Arauz es la joven herencia del pasado penúltimo. Es economista graduado en la universidad de Ann Arbor, Michigan, EEUU. Pertenece al Movimiento Revolución Ciudadana (MRC), creado por Correa tras su distanciamiento de su ex delfín Moreno. Y es el candidato del frente Unión por la Esperanza (UNES).

En su campaña, Arauz fue todo lo abierto que se puede ser sobre su filiación y afiliación con el expresidente Correa, quien no pudo postularse para la vicepresidencia por haber sido condenado in absentia en una causa de corrupción y permanece en Bélgica. Arauz anticipó que Correa será su mejor y mayor asesor. El candidato recorrió el país con una gigantografía de Correa de cuerpo entero. Prometió reactivar la inversión social y las obras públicas y ha planificado la creación de un bono de 1.000 dólares para un millón de familias: el establecer un programa de estímulo económico fue denunciado por la oposición como una venal compra de votos.

Arauz forma parte del Consejo Ejecutivo de la Internacional Progresista, fundada en 2020, y de la que forman parte el senador demócrata estadounidense Bernie Sanders, el exministro griego de Finanzas Yannis Varoufakis y el vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias. No encuentra por qué deba hacer el correísmo ni autocríticas ni exámenes de conciencia; antes bien, reactivará su modelo de Estado que regula la economía, gastará en infraestructura y en la rearticulación de la energía, buscará la integración latinoamericana y reclamará la vuelta al país de divisas de propiedad ecuatoriana fugadas al extranjero.

Correa y Arauz se conocen desde hace tiempo. Con 26 años, el candidato presidencial fue director del Banco Central de Ecuador y con 30 años llegó a ser ministro de Conocimiento y Talento Humano, cargo que ocupó entre 2015 y 2017. Por último, durante unos meses de 2017 fue también ministro de Cultura y Patrimonio. 

Yaku Pérez representa a los sectores indígenas y ecologistas del país. Cuenta con la legitimidad de haber sido prefecto de Azuay, provincia ecuatoriana en la que el 90 % de la población es mestiza y el 5 % blanca. En su biografía de Twitter se caracteriza, en este orden, como kañari-kichwa, como músico, defensor del agua, doctor en jurisprudencia, escritor, exprefecto de Azuay, y candidato a la presidencia del Ecuador. Se llama Yaku Sacha porque renunció a su nombre de pila Carlos. Si Arauz está a favor del Estado rector, si Lasso se inclina por dar libertad al mercado, Pérez se ha pronunciado por la solidaridad y por el trueque. La suya es una plataforma con eje en los temas ambientales, en buscar mecanismos alternos de desarrollo económico que no sea la explotación del petróleo o la minería. Aprueba los impuestos a las grandes fortunas y la salida de dólares del país, y es aun partidario del default de la deuda externa. Créditos blandos, emprendimientos colectivos textiles y agropecuarios, impulso y auxilios estatales a las trabajadoras y empresas propiedad de mujeres, combate al cambio climático y, por sobre todo, que el acceso al agua sea derecho humano básico, inalienable, y efectivo son algunos de los ítems a los que dota de un relieve más enfático su programa de acción comunitarista-ecologista-indigenista radical.

Básicamente de izquierda, el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik (MUPP-18del que es candidato presidencial ha sido sin embargo opositor tenaz a Correa. Hasta tal punto, que en las elecciones presidenciales de 2017 Pérez dio su apoyo a Lasso contra Moreno: “Es preferible un banquero que una dictadura”, dijo.

Guillermo Lasso es un neoliberal en economía y un viejo conservador en todo lo demás. A sus 65 años, se presentó por tercera vez en las presidenciales ecuatorianas, después de haber sido derrotado por Correa en 2013 y por el entonces correísta Moreno en 2017. En estas elecciones, había desconocido el resultado y había denunciado fraude. Pero cuando Moreno giró a la derecha, los dos se entendieron y se aliaron en la Asamblea Nacional.

Si Arauz de algún modo representa a la capital Quito y a la sierra, Lasso representa a la costa y a la ciudad y puerto de Guayaquil, motor de la economía y el comercio ecuatorianos. Es un conocido banquero, y encabezó diversos holdings, ante todo, el del propio Banco de Guayaquil. Por ello, en campaña Lasso repitió el relato del self made man, del hombre que se hizo a sí mismo, de cuna humilde pero trabajador, que desde los 15 años empezó desde abajo una lenta pero indetenible carrera en la Bolsa de Guayaquil. 

En temas sociales, es un católico ultramontano, próximo al Opus Dei, cuidadoso del respeto por las iglesias e imágenes del culto, enemigo del aborto. Es a los humildes que este banquero busca incorporar a su caudal político. Asegura que si lo votan pondrá fin al hambre de más de un millón de ecuatorianos y que subirá a 500 dólares el salario mínimo.

AG, CRM, CB, con información de agencias

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