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El sufrimiento, Jesús como superhéroe, la crucifixión y el enojo de la Iglesia Católica, según Amélie Nothomb

Dijo que la figura de Jesús la acompaña desde muy pequeña, desde mucho antes de saber que iba a ser escritora. Que lo veía “como a un superhéroe” desde que su padre le habló de él, cuando ella tenía apenas tres años. Que necesitó recorrer un largo camino lleno de otros libros hasta “tener la musculatura” suficiente para animarse a escribir esta historia. En una presentación para medios hispanoamericanos, la escritora de origen belga Amélie Nothomb se refirió a su última novela, Sed (Anagrama, 2022), en la que con una voz contemporánea y casi irónica –un relato en primera persona, además– recrea la crucifixión de Cristo, y la definió como el “proyecto más antiguo y más importante” de su vida.

En fragmentos cortos, con reflexiones por momentos filosas y por momentos humorísticas, la novelista propone en Sed una reescritura, un evangelio desde su mirada, una “novelización”, según sus propias palabras, donde cuenta una historia muy transitada con un estilo muy particular. Aparecen, entonces, los personajes conocidos –desde María y José hasta María Magdalena; de Judas hasta el mismísimo Dios– que le sirven al narrador para hacer un repaso sobre tópicos como el sufrimiento, el cuerpo, el deseo o el amor.

Según Nothomb, este libro le llevó “50 años de premeditación” – “algo que nunca volverá a suceder”, ironizó– porque en su visión se trataba de escribir una imagen que le traía más de un problema: la de Cristo en la cruz.

Para hacerlo, según relató, se le impuso la primera persona del singular “como algo evidente”. “No porque yo me crea Jesús, sino porque tenía que escribir poniendo una suerte de cámara interior. Todas las mañanas me levantaba y me decía: ‘Ahora te subís en la cruz’”, contó. “Tuve que asumir eso durante los cuatro meses que duró la escritura”, agregó.

Nothomb, autora de más de veinte libros entre novelas y relatos breves, aseguró que al tratarse de episodios que abordan un sufrimiento corporal tan extremo, en esta ocasión atravesó “la escritura más dura” que recuerde. También dijo que, aunque ve en los Evangelios textos “admirables y nutritivos”, según su visión en ellos notaba una ausencia.

“Lo que faltaba en los Evangelios era el cuerpo. Y la crucifixión es el cuerpo. Lo que intenté, de algún modo, fue escribir el evangelio del cuerpo”, apuntó.

Durante la conferencia desde Barcelona, la autora contó que por los episodios que abora el libro tanto en Francia como en Bélgica ya suscitó “un gran malentendido”, tanto entre creyentes como entre no creyentes. Sin embargo, se encargó de aclarar varias veces que se trata de una novela y que nunca tuvo entre sus intenciones la blasfemia o la exposición de una verdad absoluta.

“Mi libro no es un libro religioso”, remarcó, y contó que desde que fue publicado en francés comenzó a recibir numerosas cartas con insultos (“mis primeras cartas de insultos escritas por curas”, dijo risueña). A la vez, aseguró que representantes jóvenes de la Iglesia católica recibieron muy bien su novela mientras que la reacción del Vaticano “fue muy tibia”.

Lo que faltaba en los Evangelios era el cuerpo. Y la crucifixión es el cuerpo. Lo que intenté, de algún modo, fue escribir el evangelio del cuerpo

Nothomb apuntó que, en todo caso, su novela apunta a presentar una visión y proponer una invitación para que cada uno cuente su historia sobre Jesús, “una persona que un día acepta un dolor infame”.

“Lo único que sabemos es que existió, lo que no se sabe es si fue Hijo de Dios. Prefiero pensar que no lo fue, porque eso lo convierte en una persona más, en alguien que un día decidió existir y ponerse al servicio de los demás”, reflexionó.

En este sentido, la escritora remarcó que no deja de llamarle la atención que la Iglesia Católica se encargue de “glorificar el sufrimiento”. “¿Por qué el sufrimiento es como una redención?”, se preguntó.

“El Evangelio dice ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’. Pero Jesús acepta ser crucificado, ¡y una persona que acepta eso no se quiere! Hay una paradoja allí”, señaló y dijo que de alguna manera se propuso escribir Sed para intentar encontrar una respuesta a estos interrogantes. “El auténtico sufrimiento lleva a las auténticas preguntas”, afirmó.

Publicada antes francés, editada desde febrero en España y desde marzo en la Argentina, esta novela que se propone abordar el tema del dolor desde una mirada muy particular llega a las librerías en tiempos de incertidumbre y de un mundo plagado de padecimientos físicos, con el trasfondo de la pandemia. Al ser consultada por esta coincidencia, Nothomb marcó que la última palabra del libro es, justamente, la palabra “soledad”.

“Y creo que la pandemia de alguna manera fue la enfermedad de la soledad, una soledad muy prolongada. De algún modo se trató de un libro premonitorio”, agregó.

A la vez, la escritora le dedicó unos momentos a pensar sobre la actualidad de Francia, país en el que se radicó hace muchos años.

Creo que la pandemia de alguna manera fue la enfermedad de la soledad, una soledad muy prolongada

“Francia no anda bien, tampoco Bélgica. Creo que Francia atraviesa una depresión, no en el sentido económico sino en el psicológico”, describió y agregó que de alguna manera “la figura de Cristo es la figura de sufrimiento que se propone en la actualidad” desde distintas expresiones artísticas. Destacó en ese sentido, al rock metal como otro de los espacios en los que se aborda esa figura, “aunque para criticarla”.

Hacia el final, la escritora señaló que al escribir su última novela, tal como le ocurre cada vez que trabaja en un libro, sintió “una experiencia muy mística”. Y también afirmó que sueña con volver pronto a América Latina, un territorio que le brindó “las mayores experiencias místicas” de toda su vida.

AL

La novela Sed (Anagrama, 2022), de Amélie Nothomb, estará disponible en la Argentina a partir de marzo.

Algunas citas de “Sed”, la nueva novela de Amélie Nothomb

“El enigma del mal no es nada comparado con el de la mediocridad”.

“En treinta y tres años de vida he tenido ocasión de comprobarlo: el mayor logro de mi padre es la encarnación. Que un poder desencarnado tuviera la idea de inventar el cuerpo sigue siendo una gigantesca genialidad”.

“Llevaba el tiempo suficiente siendo hombre para saber que la alegría no mana de una fuente y que el mejor de los vinos suele ser el único medio de encontrarla”.

“Antes de la encarnación, carecía de peso. La paradoja es que, para conocer la levedad, antes es necesario haber pesado. La embriaguez te libera de la pesadez y hace que te sientas a punto de despegar”.

“Un ser encarnado nunca comete un acto abominable. Si mata, es para defenderse. Nunca se enfada sin una razón justa. El mal siempre se origina en la mente. Sin la salvaguarda del cuerpo, el malestar espiritual puede empezar”.

“Si fuéramos conscientes, elegiríamos no vivir”.

“Ninguna sensación evoca tanto lo que deseo inspirar como la sed. Sin duda esa es la razón por la cual nadie la ha sentido como la siento yo”.

“En verdad os digo: cultivad lo que sentís cuando os estáis muriendo de sed. Este es el impulso místico. No es ninguna metáfora. Cuando dejamos de tener hambre, a eso le llamamos saciedad. Cuando dejamos de estar cansados, a eso le llamamos descanso. Cuando dejamos de sufrir, a eso le llamamos alivio. A dejar de tener sed, en cambio, no le llamamos de ningún modo”.

“En su sabiduría la lengua comprendió que no era necesario crear ningún antónimo de sed. Puedes apagar la sed, pero nunca hablamos de su apagamiento”.

“El mal no me es ajeno. Para poder identificarlo en los demás, era indispensable tenerlo dentro de mí”.

“No lo lamento. Si en mí no hubiera existido este rastro oscuro, nunca me habría enamorado. El enamoramiento no afecta a los seres que no conocen el mal. No porque tenga nada de malo, sino porque para experimentarlo es necesario recelar de los abismos que permitan la aparición de tan profundo vértigo”.

“Estar muerto es agradable. Regresar a vosotros es un fastidio”.