“Tintorero”: cómo se fusionan en una obra teatral la historia de un hijo de inmigrantes japoneses y la defensa de los jubilados

“La historia de un hombre que juega con su hijita en el tiempo en que tarda en prepararse un arroz”, así se presenta “Tintorero”, la obra teatral que protagoniza el actor César Arakaki.
Esa intimidad biográfica en nada parece vincularse con el trasfondo de la obra. “César fue uno de los miles de trabajadores que el 14 y el 18 de diciembre del 2017 salieron a manifestarse contra la reforma previsional, votada luego por el Congreso. Siendo militante, hoy está condenado aunque está probado que se lo condena para criminalizar la protesta social. En todo el país y en el extranjero se está llevando adelante el reclamo por su absolución. César es actor, Tintorero es el unipersonal escrito y dirigido por Iván Moschner, a partir de charlas entre los dos. Tintorero cuenta la historia de César y transforma la escena en ficción”.
El actor y director Iván Moschner dialogó con elDiarioAR y se refirió a esta dualidad entre lo personal y lo político: “El público espera un panfleto, porque conoce el tema. Eso ya está informado, entonces lo primero que se produce en el público es que está viendo una obra de teatro. Entra a una ficción que si bien es el tema explícito, está escondido detrás de una forma teatral”.
“Sabíamos que la primera población que la iba a ver ya conocía el tema de la obra, que es la persecución judicial hacia César. Había que mostrar otra cara, otro espacio del mismo tema. Y ese tema ligarlo al origen de los problemas generales que vivimos los humanos. En este caso el actor y protagonista de la obra es descendiente de japoneses, por eso había que llevar la historia a un mundo ficcional que trascienda el tema. Esto trabajado desde muchos factores, primero el texto, de las palabras elegidas, cómo el actor las dice, y sus movimientos y acciones, ahí se arma lo ficción, un mundo. El público acompaña, hasta que en un momento entra a la obra, a lo que está viviendo esa mezcla de personaje y actor”, dice Moschner, ganador del Premio ACE en el año 2016 como mejor actor en Teatro Alternativo por la obra Todas las cosas del mundo.

“La idea de la obra cuando la estrenamos era que sirva para la visualización de mi caso, para que la gente conozca. Ir haciéndola en diferentes provincias. Por eso la obra se montó con una estructura sencilla para poder girar, para poder ir a lugares donde había luchas en curso y poder apoyarlas, poder montarla en la calle, en un escenario, con luces, sin luces. La repercusión que tuvo fue buenísima, viajamos a muchos lados. Estuvimos en Bahía Blanca, a Mar del Plata, Neuquén, Salta, Jujuy”, dice César Arakaki a elDiarioAR.
“Ya vamos por la tercer temporada, y para mí es muy emocionante porque también está la historia de mis viejos que son inmigrantes que vinieron a la Argentina desde Japón. En la obra esto lo reivindico. Cada vez que termina la obra la gente termina emocionada y me emociono yo”. agrega el protagonista.
Sobre el montaje “nómade” de la obra también habla Iván Moschner: “La obra fue concebida desde el vamos para poder armar un equipo muy pequeño y que pueda ser itinerante. Es un concepto que va más allá de esta obra especialmente, está ligado a la posibilidad de andar con una obra y además porque hay una suerte de exigencia de tener poca parafernalia. Hacer una obra simple, simple en el sentido de su montaje”.

Una obra más actual que cuando se estrenó
En “Tintorero” se fusionan una historia personal y la lucha de un militante político. César es Tintonero pero a la vez es otro. La dialéctica entre realidad y ficción se despliega en el escenario con ritmo, complejidad sensorial, múltiples voces, destreza corporal y muchas palabras en japonés. En este punto la reivindicación de la inmigración, es decir del inmigrante como tal, funciona como un audaz elemento a contrapelo, en tiempos de alza xenófoba en todo el mundo.
La obra, estrenada en noviembre del año 2022, cobra renovada actualidad bajo el gobierno de Javier Milei, tras las reiteradas movilizaciones de jubilados al Congreso Nacional, que siguen reclamando por jubilaciones de miseria (la jubilación mínima en Argentina hoy alcanza los $366,481.75, con un bono de $70 mil incluído), y que son brutalmente reprimidas miércoles tras miércoles durante los operativos de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. De hecho, Arakaki dedicó las últimas funciones al fotoperiodista Pablo Grillo, que si bien presenta mejorías, sigue en estado grave tras la represión del día 12 de abril en las inmediaciones del Congreso Nacional, donde los jubilados marcharon con el apoyo de hinchas de clubes del fútbol argentino.
Uno de los jueces de la causa que terminó con la condena tanto a César Arakaki como de Daniel Ruiz, es Diego G. Barroetaveña. En la fundamentación del fallo que se conoció en diciembre de 2024, dicho magistrado sostiene que con su accionar los condenados generaron “un punto de quiebre, impactando de manera nociva en la regular marcha del gobierno de ese entonces”. Prácticamente serían responsables del “comienzo del fin” del gobierno de Mauricio Macri, lo cual revela el carácter eminentemente político y disciplinador de la resolución judicial. Cabe recordar que se trata de la causa que se desprende de la jornada de protestas masivas que dieron lugar al siempre invocado lugar de común de las “14 toneladas de piedras” y “El Gordo Mortero” (Sebastián Romero).
En su fundamentación el juez Barroetaveña también elogia las “virtudes” de una condena a prisión efectiva, señalando que la misma tendría “una repercusión positiva en César Javier Arakaki (...) le permitirá incorporar las herramientas necesarias para desenvolverse de manera adecuada con sus conciudadanos, de modo de lograr un apropiado respeto por la ley que rige la vida en comunidad”.
Por otro lado, desde la defensa legal de Arakaki sostienen que la persecusión judicial, que ya lleva siete años, se sostuvo durante los gobiernos de Mauricio Macri y de Alberto Fernández, y que se trata de “una condena sin pruebas, arbitraria y que representa un enorme retroceso para las libertades democráticas en el país. Se lo condena por intimidación pública, un cargo que tiene hasta 6 años de prisión y que de quedar firme resultaría un gravísimo precedente para el movimiento popular”.
Próximas funciones
Con entrada a la gorra, “Tintorero” se presentará los domingos a las 14hs en Paraje Artesón durante varios meses: 22 junio, 20 de julio, 24 de agosto, 21 de septiembre, 19 de octubre y 23 de noviembre.
Tintorero es una muestra de cómo, una vez más, la potencia verdaderamente libertaria del teatro y del arte, dan testimonio e interpelan el presente.
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