Industriales de Misiones sostienen que un “cuello de botella energético” frena la producción de yerba, té, tabaco y madera

“Vivimos a 80km de la represa hidroeléctrica de Yacyretá y no tenemos disponibilidad de energía”, dice el ingeniero Gerardo Grippo, presidente del Movimiento Industrial Misionero.
Y agrega: “Yacyretá genera 1.500 megavatios, lo que representa entre el 18 y el 25% de la matriz energética nacional, y hasta el mismo pueblo que si sitúa en la base de la represa, que se llama Ituzaingó, no tiene energía eléctrica”.

Misiones no es la única “paradoja energética” que se manifiesta en Argentina. La provincia de Chubut, por ejemplo, que produce más de diez veces la energía que consume, tiene más del 80% de su territorio por fuera del Sistema Interconectado Nacional y depende de sistemas aislados de energía, como generadores a nafta. Dos ejemplos puntuales: las poblaciones cercanas a la represa hidroeléctrica Futaleufú (cerca de las ciudades de Trevelin y Esquel) tienen problemas de abastecimiento energético; Comodoro Rivadavia, “Capital Nacional del Petróleo”, tiene al día de hoy muchos de sus barrios sin redes de gas natural y sus habitantes se calefaccionan en el rudo invierno patagónico con leña o garrafa.
Vivimos a 80km de la represa hidroeléctrica de Yacyretá y no tenemos disponibilidad de energía
En este caso, elDiarioAR entrevistó al ingeniero Gerardo Grippo, presidente del MIM (Movimiento Industrial Misionero), fundado formalmente en el año 2018, para ahondar en los problemas económicos generados por este tipo de “paradojas” en sectores como la industria. De los informes elaborados por dicha organización se desprenden cuatro conclusiones generales: 1) “Las industrias emblemáticas de Misiones —yerba mate, té, madera y tabaco— están fuertemente condicionadas por la ausencia de gas natural”. 2) “La dependencia del GLP (Gas Licuado de Petróleo) y de sistemas térmicos con leña genera sobrecostos mensuales de entre $800.000 y $1.300.000 por establecimiento”. 3) “Esta situación reduce la competitividad nacional e internacional, afecta la inversión productiva y encarece productos destinados a mercados de exportación”. 4) “La incorporación de Misiones al sistema nacional de distribución de gas permitiría ahorros anuales por empresa de entre $9,6 millones y $15,6 millones, impulsando empleo y mayor valor agregado”.
—¿Cómo está compuesta la industria en Misiones?
—Los principales componentes de la matriz productiva de la provincia son la yerba, el tabaco, la madera y el té. El 90% de la producción tealera se exporta. La madera también se exporta o se exportaba, además de atender el consumo interno de las fábricas de muebles de Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos. En el caso del tabaco se trata de grandes cooperativas, porque la matriz funcional de gran parte del interior del país se organiza en cooperativas para mejorar las condiciones de comercialización. Son tres o cuatro tabacaleras y gran parte del consumo es interno, una pequeña proporción se exporta. Cuando el mercado interno se mueve, estas industrias funcionan. Por otro lado tenemos la industria metalmecánica, que está totalmente relacionada con la generación de máquinas, herramientas e infraestructura como galpones. Toda la apoyatura de la industria y su capacidad productiva está relacionada con la metalmecánica. Nuevamente, cuando se mueve el mercado interno, esto genera demanda. Si produzco té o yerba mate, necesito de las cintas transportadoras, los silos, máquinas pesadas, etc.
—¿Por qué sostienen que están ante un “cuello de botella energético”?
—Misiones es la única provincia argentina que no cuenta con gas natural por redes. El problema de no estar conectados a esa red nacional es que tenemos que utilizar leña o el gas natural licuado, la garrafa. Acá toda la población, ya sea para el consumo o la industria, está con leña, garrafa. Esto trae muchos impedimentos, es muy difícil hacer andar una industria con estas formas de energía. Se han producido a partir de los desechos de la madera otras formas de energía, pero no son generalizadas. Históricamente se usa el gas y la leña para producir yerba mate o para secar el tabaco, y esto trae varios impedimentos, en primer lugar el encarecimiento de los insumos que necesita para producir. Las garrafas, por ejemplo, tienen un costo que incluye la logística. Pero además hay problemas con la calidad del producto: está comprobado que secar por leña un producto conlleva una serie de impurezas que se generan por los humos, y que conlleva un descrédito del producto final y le baja el precio. Pero a este “cuello de botella energético” se suman otras carencias estructurales que sufre la provincia: la postergada construcción de la Autopista Mesopotámica, la desconexión del sistema ferroviario nacional, las deficiencias de calado y señalización en el tramo norte de la Hidrovía Paraná-Paraguay, y una conectividad aérea escasa y concentrada en Buenos Aires. Pero el problema energético es el más urgente y el más transversal: sin energía competitiva no hay industria posible. Además en estas provincias el combustible, la nafta convencional, son más caros, un 3%, 4%, hasta 6%. Para llegar a los centros de consumo tenemos entre un 15 y 25% de costo adicional por transporte, lo que nos saca absolutamente de competencia.

Para llegar a los centros de consumo tenemos entre un 15 y 25% de costo adicional por transporte, lo que nos saca absolutamente de competencia.
—¿Cómo afectó en el caso de la yerba la desaparición Instituto Nacional de la Yerba Mate?
—Las industrias tenían un precio sostén. Ha pegado muchísimo la desaparición del INYB (Instituto Nacional de la Yerba Mate). Lo que generaba el instituto era la reunión de industriales, productores asociados y el Estado. Se ponía un precio que permitía al productor un precio de subsistencia y aseguraba para el industrial un precio que no fuera excesivo. Al desaparecer el INYB desapareció el precio sostén, además de otro tipo de prestaciones sociales y de salud que ahora cubre la provincia. Es una novedad de las últimas horas la posibilidad de la creación de un Instituto Provincial de Yerba Mate, en la legislatura existen tres proyectos. De todas formas esto no es lo central, la posibilidad de energía más barata nos va permitir radicar industrias y comercios, nos va a permitir generar empleo, distribuir riqueza, mejorar la calidad de vida, no puede ser que las provincias se distingan entre provincias ricas y pobres. Tenemos que pasar del asistencialismo y la pobreza a la producción y el desarrollo, para eso necesitamos que el país nos tenga en cuenta, porque con la coparticipación no nos alcanza, Misiones tiene más población que Corrientes y el NOA, porque ha crecido muchísimo, y esto no se refleja en los fondos de coparticipación ni en la energía disponible.
—¿Por qué están reclamando por ser incluídos al sistema de gasoductos si tienen tan cerca la represa hidroeléctrica de Yacyretá?
—El gas, además del consumo domiciliario diario, es utilizado para producir energía eléctrica, existen muchas usinas combinadas entre gas y fuel oil para producir energía eléctrica. La población muchas veces desconoce esto. Prácticamente la mitad de la matriz energética eléctrica es producida por una combinación de gas natural. Acceder al gas nos permitiría reducir los costos de la industria. Pero respondiendo a tu pregunta, si bien ahora ya estamos interconectados al sistema eléctrico nacional, además de conexión a las redes de gas necesitamos obras de una magnitud de distribución de energía que excede la capacidad de inversión de la provincia, por ejemplo nodos, campos de transformación, redes de alta tensión. No hay que olvidar que la administración de la energía y su potencia depende de CAMMESA, que tiene una administración y dirección nacional. Son decisiones de política económica y productiva. El país permite que la zona industrial de el Grán Córdoba sea industrial, el Gran Rosario es industrial, y ¿A quién se le ocurriría no darle energía a los más de 30 de puertos que componen la industria granaria? Gran parte de esa energía parte de acá. Hay que sumar que en el caso de Misiones, que la Constitución de Misiones es de 1853, pero Misiones es provincia desde 1953, antes era territorio nacional. Evidentemente esto lleva que muchas de las vías de comunicación para promocionar la producción, vías de conexiones eléctricas, caminos, etc, vengan con cierto “retraso histórico”. Los gasoductos se han diseñado con el objetivo de llegar hasta acá, pero hasta el día de hoy nadie llegó. La idea era exportar gas a Brasil y por eso hacían una proyección hasta Corrientes, concretamente hasta Paso de los Libres, para de ahí pasar a territorio brasilero y poder exportar. Son 300 km desde Misiones hasta Paso de los Libres, no es una distancia demasiado importante como para no poder llegar.
no hay energía al pie de la represa que produce entre el 18 y el 25% de toda la energía del país
—Existe otro ejemplo de provincia con actividad industrial como Tierra del Fuego y el actual gobierno nacional sugirió que podían hacer ahí “un parque de diversiones”o. En el imaginario nacional Misiones es sinónimo de Cataratas del Iguazú y de turismo, ¿Es posible que Misiones ya esté “encasillada” como provincia turística?
—El turismo también es otra industria, está muy bien que vengan a visitar la maravilla del mundo que son las Cataratas del Iguazú, pero hay que conocer la producción de Misiones. Cada vez que un argentino toma un mate, directa o indirectamente está conectando con la industria misionera, porque gran parte de la producción de yerba mate está en Misiones, aunque algunas industrias estén ubicadas en Corrientes, las más grandes están en la frontera con Misiones. Además hay otros elementos interesantes en nuestra posición geográfica: Misiones tiene el 90% de sus fronteras con otros países. En un radio de 1000 km, a partir de la capital Posadas, tenemos una población de 35 millones de habitantes, entre Asunción (Paraguay), Porto Alegre, Sao Pablo (Brasil). Estamos en el corazón de lo que en su momento fue el Mercosur, que ahora no tiene tanta vigencia. Puesta a producir e intercambiar, Misiones sería una plataforma muy utilizada estratégicamente. Los brasileros ya tienen diseñada su conexión con el Pacífico, pasan por Paraguay, para tratar de ver cómo pueden comerciar con el mercado asiático, provocando un menor costo logístico, dejando de pasar por la Hidrovía.

—¿Este “cuello de botella energético” es un problema político?
—Parte de la concepción económica que hoy está vigente tiene a la industria pasando por una gran depresión, es un momento complicadísimo, la demanda de consumo cae, no en el caso de la yerba, pero en general la industria está impactada. Queremos pertenecer, ser parte de la planificación, aunque esa palabra no está muy en boga a nivel nacional. Que se nos provea de los elementos necesarios para tener equidad, y eso tiene que ver con la distribución de recursos, porque sabemos que la coparticipación no va a poder ser discutida de un día para otro, pero vía directa o indirecta tiene que haber una compensación para que podamos mantener cierta equidad con el resto del país, esto tiene que producirse, porque somos parte del país. Tiene que haber una distribución de energía a un precio razonable. En las boletas de energía eléctrica históricamente se pagaba un 6x1000 para brindar energía al sur del país. Estos fondos se juntaron durante mucho tiempo, todos los usuarios de energía pagamos esa tasa para compensar las obras que iban a llevar energía al sur, no estamos pidiendo exactamente lo mismo, pero pedimos completar la conexión con la red gasoductos y que se nos permita disponer de energía eléctrica como disponen otras provincias. Porque para poner cualquier taller tiene que bajar una conexión trifásica y ahí comienza la historia, no hay disponibilidad energética. En Ituzaingó, el pueblo en la base de Yacyretá, a las tres de la tarde con 40° de calor no tienen energía eléctrica. No hay energía al pie de la represa que produce entre el 18 y el 25% de toda la energía del país.
DTC
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