Para el Banco Mundial, el acuerdo con el FMI “anclará las expectativas” y ayudará a reducir el riesgo

Pese a la aceleración del ritmo de vacunación, que le permitió ir “saliendo poco a poco de la crisis”, las perspectivas económicas no son alentadoras para América Latina. El economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial, William Maloney, dijo este miércoles que  la recuperación estimada en 2021, de 6,3%, no alcanzará a compensar la caída de 2020 (6,7%) y que si bien en los años siguientes se recuperarán los niveles previos, la región se encamina a otra década con tasas de crecimiento más bajas que las del resto del mundo. Según recordó, entre 2010 y 2019 la tasa promedio fue de 2,2%, mientras que la mundial fue de 3,1%. 

“La crisis de Covid-19 se sumó a otra 'década perdida' de bajo crecimiento, lo que sugiere problemas estructurales más profundos”, señala el informe semestral presentado desde Washington este miércoles. En ese sentido, Maloney dijo que “el reto no es regresar a donde estuvimos antes de la crisis, sino mirar adelante y ver cómo vamos a aumentar las tasas de crecimiento de la región, para lo que es necesario diversificar, profundizar la sofisticación de nuestra industria y apalancarnos en las ventajas comparativas”. 

Según las estimaciones presentadas, para 2022 se espera un crecimiento a nivel regional de 2,8% y para 2023, de 2,6%. En particular, para la Argentina se proyecta un crecimiento de 7,5% en 2020 (en línea con los números del Gobierno), de 2,6% para 2022 y de 2,1% para 2023. El economista del Banco Mundial dijo que “no ve” riesgos de hiperinflación en el país.  

“El Gobierno sigue contando con algunas herramientas para evitar que la crisis se profundice. Además, un acuerdo con el Fondo Monetario anclará las expectativas, reduciendo el riesgo”, añadió. De todos modos, resaltó el magro desempeño que tuvo la Argentina durante la década pasada, por lo que destacó la necesidad de trabajar en los problemas estructurales. 

“Necesitamos ritmos de crecimiento por encima de lo previsto para ayudar a que el impacto económico se revierta más rápido”, insistió. Según dijo, hay algunos factores que pueden contribuir a la aceleración de esas tasas, aunque en un contexto de “recursos fiscales reducidos”. 

 En las medidas para generar esa “aceleración”, el economista dijo que en primer lugar es necesario “utilizar mejor el gasto público, reduciendo ineficiencias”. En segundo lugar, reasignar recursos a las iniciativas y proyectos con mayor retribución social. Como un ejemplo, señaló la posibilidad “bajar el costo de los subsidios energéticos, con programas orientados solo a población mas vulnerable”, algo con lo que intentó avanzar el ministro Martín Guzmán y que encontró resistencias dentro de la propia coalición. 

Por otro lado, también señaló la necesidad de aumentar los egresos de los Estados, que puede hacerse mediante la ampliación de la base impositiva. “Hay formas de hacerlo que no parecen afectar mucho el crecimiento”, sostuvo. Ante una pregunta de elDiarioAR sobre el rol de las firmas offshores (exhibido recientemente por la filtración Pandora Papers) y la inequidad tributaria que generan, dijo que es una problemática central que el Banco Mundial “va a seguir con energía”. Anticipó que habrá novedades en cuando a la agenda de “transparencia” impulsada por el organismo, que implica mayor intercambio de información entre jurisdicciones. 

Maloney también señaló “costos sociales devastadores”. El empleo bajó 20% en la región y, con la excepción de Brasil, las tasas de pobreza aumentaron del 24% al 26,7%, lo que supone el incremento más alto en décadas. Además, destacó que las y los estudiantes perdieron entre uno y un año y medio de educación.

DT