China acepta duplicar el monto del comercio en yuanes con la Argentina tras una gestión de Pesce

El presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, suscribió este viernes en Beijing la renovación anticipada del swap (canje de monedas) por 130.000 millones de yuanes (US$ 19.000 millones) con la autoridad monetaria de China por el plazo de tres años. Asimismo, se inició el procedimiento de ampliación del monto de uso por otros 35.000 millones de yuanes (US$ 5.000 millones) para el comercio bilateral en esta moneda asiática, que operará una vez que se agote el primer tramo de uso utilizado para ese fin. De este modo, se financiarán en yuanes importaciones por 70.000 millones de yuanes (US$ 10.000 millones).

La suscripción fue concretada por Pesce, luego del encuentro con su par del Banco Popular (central) Chino, Yi Gang. Estuvieron presentes el  ministro de Economía, Sergio Massa; el embajador en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, y el secretario de Asuntos Económicos y Financieros Internacionales, Marco Lavagna. El primer acuerdo entre ambos bancos centrales fue establecido en 2009. En 2014 fue firmado un segundo pacto, que fue renovado en 2017 y complementado a fines de 2018 con un convenio suplementario. En agosto de 2020 se firmó el acuerdo que ahora se renueva.

Unos 41 países tienen swaps con China, tanto desarrollados como otros urgidos de fondos como la Argentina. La lista incluye a Malasia, Indonesia, Corea del Sur, Belorrusia, Islandia, Singapur, Nueva Zelanda, Uzbekistán, Mongolia, Kazajstán, Tailandia, Pakistán, Emiratos Árabes, Turquía, Australia, Ucrania, Brasil, Reino Unido, Hungría, Albania, la Eurozona, Suiza, Sri Lanka, Rusia, Qatar, Canadá, Surinam, Armenia, Sudáfrica, Chile, Tajikistán, Georgia, Marruecos, Serbia, Egipto, Nigeria, Japón y Laos. Por un lado, China busca la internacionalización de su moneda y, por otro, asegurarse que países en dificultades financieras como la Argentina, Pakistán, Sri Lanka o Laos le paguen por sus productos y por sus créditos para financiar obras de infraestructura. También busca extender su influencia internacional, a costa de Estados Unidos, cuya Reserva Federal ha sellado swaps sólo con algunas potencias y con pocos países emergentes en crisis puntuales como la de 2008, en el caso de Brasil y México.

AR