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Entrevista

Claudia Scherer-Effosse, embajadora de Francia: “La tentación de decir 'la deuda con el FMI es ilegítima y no lo pagamos' sería desastrosa”

Claudia Scherer-Effosse, embajadora de Francia, en la sede de la delegación, el Palacio Ortiz Basualdo.

Alejandro Rebossio

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Claudia Scherer-Effosse se convirtió en 2019 en la primera mujer al frente de la embajada de Francia en Buenos Aires. Para entonces, ya había unas 40 embajadoras de su país por el mundo, gracias a una ley de 2012 que impuso que al menos el 40% de los cargos directivos sean ocupados por mujeres. En una Francia preocupada por la equidad de género, su presidente, Emmanuel Macron, recibirá desde este miércoles en París el Foro Generación Igualdad, que coorganiza con ONU Mujeres y México, y al que asistirá Alberto Fernández. En el Palacio Ortiz Basualdo, sede de la embajada francesa, Scherer-Effose anticipa que ambos jefes de Estado se encontrarían a solas para abordar una agenda en la que lo económico está muy presente.

Esta semana, la Argentina acordó postergar pagos al Club de París. ¿Cómo evalúa ese consenso con los países acreedores, incluida Francia? 

El Club de París se llama así porque su secretariado está ubicado en el Ministerio de Economía francés y los funcionarios que trabajan ahí son del ministerio, pero trabajan de modo completamente independiente y al servicio de los acreedores del Club de París. Un club que fue creado por un problema de deuda…

De Argentina.

De Argentina, sí. Tiene una trayectoria de más de 50 años por Argentina. Ha habido intercambios, negociaciones y discusiones hace tiempo porque la deuda de la cual estamos hablando, de 2.500 millones de dólares, es antigua, se renegoció en 2014 con un esquema de desembolsos y ya en 2019 no se pudo pagar. En 2020 se empezó a discutir otra vez y estaba claro para las autoridades argentinas que tenían que avanzar con un acuerdo con el Fondo, que tenían que trabajar sobre sus diferentes deudas. Un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es uno de los requisitos para para avanzar con el Club de París, pero los tiempos de la política y todo este contexto hicieron un poco más complicado llegar a un acuerdo antes de que se terminara el tiempo durante el cual la Argentina tenía que abonar el reembolso. Se tuvo que demostrar de parte del gobierno argentino toda la buena voluntad que tenía de solucionar el tema y, como prueba de esa voluntad, anunció que iba a pagar una parte de lo que se debía. Hay más tiempo para negociar, discutir y llegar a un acuerdo con el Fondo antes de terminar la reestructuración de esa deuda.

¿Por qué el Club de París aceptó la postergación de la mayoría del pago hasta marzo próximo? ¿Tiene que ver con la pandemia o con que aún no se ha llegado a un acuerdo con el FMI?

Tiene que ver con un poco de todo lo que menciona. Por supuesto, la situación de pandemia está muy presente en la mente de los acreedores. La situación económica es muy dura en el mundo, en América Latina y en la Argentina, que en América Latina fue el segundo país con la más fuerte caída el año pasado. Los acreedores tuvieron también en cuenta la buena voluntad de las autoridades argentinas, que explicaron cómo iban a buscar la vía para lograr la estabilidad macroeconómica que permita tener los recursos necesarios para pagar.

¿Qué características debería tener ese acuerdo con el FMI, donde Francia tiene un porcentaje importante en el directorio?

No de los más. 

No tanto como Estados Unidos, Japón, China o Alemania, pero viene después.

Lo importante es convencer al Fondo de que va a poder pagar. Eso es lo que el ministro de Economía (Martín Guzmán) dijo el martes: la importancia de demostrar que la Argentina va a tener las divisas necesarias para pagar a esas deudas con el Fondo y el Club de París y mostrar que quiere crecimiento y crecimiento de las exportaciones para tener estas divisas.

El presidente Alberto Fernández denunció al gobierno anterior por el uso de que hizo del megapréstamo del FMI, desde el oficialismo se dice que el propio Fondo incumplió sus normas porque permitió que se usara para financiar la fuga de capitales y que fue un crédito político porque el gobierno de Donald Trump quería apoyar al de Mauricio Macri, y por eso debía renegociarse con condiciones especiales…

Es una postura de negociación que puedo entender muy bien. Hay que tratar de justificar una modificación de las condiciones y creo que se está discutiendo de eso entre los servicios del Fondo y la Argentina. Después, hablar de la legitimidad del préstamo… bueno, puedo entender que haya razones de política interior para utilizar ese tipo de vocabulario, pero me alegro de ver que hay intención, y la manifestó muy fuertemente el ministro de Economía, de pagar la deuda. Porque la tentación de decir “eso es ilegítimo y no lo pagamos” sería, a mi parecer, desastrosa, ¿no? La confianza en la Argentina tiene una historia complicada con los mercados financieros internacionales. Sería un gesto muy peligroso utilizar el hecho de que le parece que el préstamo haya sido político. En cierto modo se puede decir, y es un poco provocativo de mi parte, que todos prestamos son políticos. Unos países siempre están prestando dinero, o el Fondo, que es un grupo de países, está siempre apostando a que un gobierno va a utilizar ese dinero para desarrollar la política que quiere hacer. Es bastante normal.

¿Por qué sería desastroso para la Argentina?

Si uno no asume los compromisos de un gobierno pasado, crea una situación de inestabilidad de los compromisos de ese Estado, que a mí me parecen muy serios. Es como decir que ese tratado fue firmado y ratificado por la gestión anterior, pero a mí no me gusta, así que no lo voy a implementar.

¿Qué consecuencias puede tener un default de la Argentina con el FMI?

¿Qué consecuencias? 

Sí.

No, prefiero ni pensarlo. Sería dramático. Se quedaría totalmente aislada la Argentina.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner pide que se modifique el formato de los acuerdos con el FMI para que sea a 20 años, en lugar de diez, y que se bajen los intereses. ¿Cree que es posible que cambien las reglas del Fondo?

Hay posibilidades. Yo no digo, pero me parece que hay declaraciones de la directora del Fondo, Kristalina Georgieva, diciendo que el Fondo había cambiado, que tenía quizás más flexibilidad. Ha mostrado varias veces desde que asumió en su cargo que, además en el contexto de la pandemia, eran tiempos para ser más blandos. Aunque no se oye muy seguido en la Argentina, los préstamos del Fondo son muy baratos, no tienen nada que ver con créditos de bancos. Y la idea de que pagar a 20 años es mejor es algo que me interesa porque muestra que los argentinos no tienen conciencia de lo que es un crédito. Un crédito a muchos años es mucho más caro, siempre, porque los intereses son mucho más elevados en proporción de la cantidad de dinero. Uno piensa: “Tengo más tiempo”, pero al final va a pagar más.

¿Cuáles son los temas principales hoy en día de la agenda bilateral Argentina-Francia en lo político y lo económico?

En lo político tenemos mucha sintonía en los dos presidentes en la necesidad de ser solidarios en la lucha contra la pandemia. Francia es de los países que anunciaron más donaciones de dosis, y sin esperar que toda la población estuviera vacunada. En Francia, por ahora, sólo hay un 27% de la población que tiene las dos dosis y el 48%, una. Pero ya empezó a dar dosis al mecanismo Covax. La salud como algo que no puede ser completamente dejado en manos del sector privado es algo que también compartimos con la Argentina. Esta semana va ir el Presidente (Fernández) a Francia. Es uno de los invitados muy especiales del Foro Generación Igualdad por la decisión de este gobierno de apoyar el reclamo de la sociedad civil y de muchas asociaciones de mujeres para el derecho al aborto. Habían conversado los presidentes (Fernández y Macron) desde el primer encuentro que tuvieron en febrero de 2020 y es algo que el presidente francés considera como muy importante. La cuestión de igualdad de género es algo que también compartimos fuertemente. También tenemos en común y vimos con mucho interés el compromiso del presidente argentino en materia de cambio climático, de los acuerdos de París. Ya la Argentina hizo nuevos compromisos para tener mejor matriz energética, menos gases de efecto invernadero. Vemos eso muy positivamente.

¿Y en lo económico cuáles son los temas?

En lo económico, es una situación complicada en el mundo en general. Las empresas en la Argentina tuvieron que pasar por las dificultades del año pasado, con muchos meses de aislamiento y ahora están, de manera parcial, recuperándose. En las relaciones comerciales, Francia tiene muchas empresas acá en la Argentina: está muy presente en sectores como el automotor, como la distribución con Carrefour y Libertad, en el sector farmacéutico o Air Liquide, que fabrica oxígeno, o Total, que es el segundo productor de gas de la Argentina. Cada una en su sector tiene las dificultades de que son filiales de empresas francesas, con casas matrices, y está complicada la relación por el control de cambio. Pero en los últimos meses, aun en tiempo de pandemia, inauguraron varias inversiones importantes en la producción de automóviles, en PSA (Peugeot), que ahora se llama Stellantis; en energía renovable, en sólo dos años estamos inaugurando campos de producción eléctrica eólica con Total Eren, que es diferente de Total, y también hay unos campos de producción de energía solar que se están finalizando en Salta con una empresa que se llama Neoen. Empezó una inversión importante en el litio, que está por ahora en pausa, pero quizás se podrá empezar de nuevo. La Cámara de Comercio Franco Argentina trabajó mucho en este año de pandemia con muchísimos webinares y tiene un foro consagrado a la energía este 6 y 7 de julio. 

Cuando hace unas semanas vinieron empresarios españoles, decían que no estaban planeando nuevas inversiones, pero tampoco planeaban marcharse de la Argentina. Pero las empresas francesas están en movimiento, Renault produciendo una nueva pick up, o Total…

Total participó del plan Gas. El tema que tenemos es que se invierte poco, se podría invertir más, pero las condiciones son complicadas. ¿Por qué el mercado argentino es complicado? Porque todo está alrededor de ese tema de tener divisas para sostener las reservas. También la inflación es complicada. Todas esas empresas francesas, cuando presentan los informes a las casas matrices, vienen con una información: “Atención, hiperinflación”. Porque en la Argentina la inflación de hoy no se llama hiperinflación porque tuvo una mucho peor, pero para nuestros estándares es muy elevada.

Hay otro tema en la agenda económica que es el acuerdo de libre comercio Unión Europea-Mercosur. Tradicionalmente siempre los analistas vieron que del lado europeo Francia es el más proteccionista y del lado del Mercosur, la Argentina. Pero Alberto Fernández, que en campaña electoral criticaba el acuerdo, ahora lo apoya, mientras Francia plantea críticas por la conducta ambiental del presidente de Brasil Jair Bolsonaro…

El acuerdo está en discusiones en Bruselas para encontrar una manera de tener en cuenta las preocupaciones no sólo de Francia sino también de varios países de la Unión Europea, al menos cinco o seis, por razones de política interior, de preocupación de los parlamentos que tienen que ratificar el acuerdo con el Mercosur. Hoy en día no estoy segura de ni que el Parlamento Europeo estaría en capacidad de votar positivamente porque hay preocupaciones de medio ambiente en Brasil y su desinterés por el tema. Hay también preocupaciones sobre las normas sanitarias y fitosanitarias que los productores en Europa tienen que cumplir. Consideramos que si hay productos que entran, tienen que satisfacer las mismas normas.

En la nueva visita de Alberto Fernández a Francia, bastante seguida de la anterior, ¿habrá una reunión bilateral con el presidente Macron?

Debería haber una. Sí, está casi confirmada.

¿Y cuál va a ser la agenda de esa reunión?

Van a hablar de la situación de la Argentina, de la economía argentina, después de lo que se acaba de anunciar (del Club de París), y de la situación en América Latina. Siempre al presidente (Macron) le gusta oír lo que el presidente Alberto Fernández le dice de cómo ve la evolución de diferentes países de Latinoamérica.

A pesar de todo, la Argentina parece más estable que otros países de la región…

Un país que fue capaz de cambiar de gobierno con elecciones, dos gobiernos con ideas políticas bastante diferentes, muestra madurez política y hace de la Argentina un país que es visto con cierta admiración, ¿sí? También el hecho de que, aunque la situación económica sea tan grave, no se ve un caos en el país, ¿no? Muy seguido en el discurso de la Argentina se oyen esas estadísticas de pobreza que son tan impresionantes y uno se dice: “Bueno, ¿cómo es posible que no haya una situación más desordenada en el país?”. La capacidad de los gobiernos de gestionar una situación económica tan difícil es algo que atrae la atención.

En la reciente visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a la Argentina, dijo que iba a pedir que los argentinos vacunados con la Sputnik V puedan entrar a la Unión Europea. ¿Y Francia? También se habla de que España donaría los derechos especiales de giro (DEG) que emitirá el FMI para contrarrestar la crisis mundial pandémica. ¿Y Francia?

Sobre Sputnik V no hemos tomado posición en particular. De todos modos, por ahora las vacunas que están consideradas son las que están homologadas por la Agencia Europea del Medicamento. Por lo que sé, está en proceso la homologación de Sputnik V en esa agencia. No sé porque tarda tanto. Personalmente, como embajadora de Francia en la Argentina, desearía que se homologue rápidamente. Pero no sólo Sputnik V: hay otras vacunas que no están homologadas en la Unión Europea…

Como Sinopharm..

También. La Agencia de Medicamentos tiene el rol de homologar. Es como si aquí dijéramos: “La ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos) está tardando en dar la autorización, vamos a hacer otra cosa”. No, hay una agencia, hay un proceso, tenemos que seguirlo.

¿Y Francia estaría dispuesta a donar sus DEG?

La verdad, no lo sé. Creo que se discutió de eso en la cumbre del G7 y Francia promovió la asignación de DEG a los países menos adelantados de África.

Esta semana llegó un buque hecho en Francia para controlar la pesca ilegal en el Mar Argentino. ¿Están previstas nuevas compras de armas de la Argentina a Francia?

Ese buque que acaba de llegar es el segundo de un contrato que tiene cuatro. Hay un tercero que está casi construido y va a empezar el proceso de prepararse en unos meses. Creo que todo debe acabarse en 2022. Por ahora no hay otros contratos en ejecución. Pero estamos viendo con mucho interés el hecho que el Ministerio de Defensa tiene ahora más recursos financieros, con el Fondef (Fondo Nacional de Defensa), fue presentado por el ministro de Defensa (Agustín Rossi), que tiene muchos proyectos de adquisiciones. Cuando haya una posibilidad de oferta francesa, lo haremos, por supuesto.

Hace unos días, el ministro Rossi se quejó de que Gran Bretaña bloqueara la venta de componentes a aviones militares surcoreanos que iba a comprar la Argentina. ¿Francia ha enfrentado situaciones similares de Londres?

No, no ha habido. Pero es algo que complica muchísimo la política de adquisiciones de la Argentina.

¿Por qué es complicado?

En un estado soberano que produce equipamiento militar, si su parlamento decide que una parte no se puede exportar, pues no se puede exportar. Puede pasar en otros países cuando las relaciones bilaterales están mal. Desearíamos que no fueran tan malas.

AR

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