Comunidades collas de Jujuy y Salta resisten nuevos proyectos de litio

Alicia Chalabe, abogada de las comunidades collas de Salinas Grandes y la laguna de Guayatoyoc, entre las provincias de Jujuy y Salta, contó este viernes en una conferencia de prensa, que había pedido al gobierno jujeño, que encabeza Gerardo Morales, información sobre qué proyectos de litio había en esas zonas, pero no consiguió respuesta. Temía que se iniciaran emprendimientos como los de los vecinos salares de Olaroz y Cauchari. Terminó recurriendo a la Justicia y se enteró que hay 38 “proyectos” en las turísticas Salinas Grandes, donde los indígenas también extraen sal y crían animales, y en Guayatoyoc.

En noviembre pasado, la empresa estatal Jujuy Energía y Minería (Jemse) anunció la licitación de siete áreas y Chalabe volvió a recurrir a los tribunales. “Estamos en tiempo de descuento”, sostuvo quien representa a unas comunidades indígenas que, a diferencia de las de otras zonas de Jujuy y Salta, están en contra del litio por su uso intensivo de un recurso vital y a la vez escaso: el agua.

La rueda de prensa fue convocada en San Salvador de Jujuy por el Colectivo de Acción por la Justicia Ecosocial (CAJE) y la comunidad internacional Aerocene antes de un encuentro de comunidades, cientistas sociales, ambientalistas y artistas, como Tomás Saraceno y la escritora Gabriela Cabezón Cámara, en el pueblo de Alfarcito, en la Quebrada de Humahuaca, este sábado y domingo. “Hace 12 años estamos en esta lucha, que sigue”, enunció ante los periodistas Verónica Chávez, presidenta de la Comunidad Santuario Tres Pozos. Reclama que antes de que arranquen los nuevos proyectos, Jujuy cumpla con el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de rango constitucional, que establece “la consulta previa, libre e informada”. “¿Por qué decimos no al litio? Por el agua. Queremos vivir en paz como vivieron nuestros abuelos, que vivan las generaciones que viene. Las Salinas Grandes y la Laguna de Guayatoyoc están en peligro. Tenemos derecho a vivir tranquilos, nosotros y nuestros animales, los zorros, las vicuñas. Es un atropello a nuestro territorio”, dijo Chávez, acompañada de Clemente Flores, de la comunidad de El Moreno.

Maristella Svampa, socióloga, ambientalista, investigadora del Conicet e integrante del CAJE, habló de un “modelo del mal desarrollo”. “El problema de la transición energética no es sólo un cambio de matriz, cambiar los combustibles fósiles (petróleo) por las baterías de litio. Hay una transición que nos quieren imponer el Norte, las corporaciones y el Gobierno. Ven la transición sólo como oportunidad de negocio sin interesarles el territorio y los derechos de los pueblos originarios. Esta visión implica el sacrificio de los territorios. Necesitamos una transición que los respete. El ser humano ha roto su relación con la naturaleza desde el 1600”, alertó Svampa, que llamó a rescatar la mirada ecodependiente de los indígenas y las ecofeministas.

El abogado ambientalista Enrique Viale, también del CAJE, destacó a la “naturaleza como sujeto de derecho”, aunque su postura sea objeto de burlas. “Nos parece normal que empresas tengas derechos casi humanos, pero que la naturaleza los tenga nos parece ridículo”, lamentó Viale. “Las salinas también tienen derechos”, defendió. Su colega y compañero del colectivo, Gastón Chillier, de larga trayectoria en derechos humanos, señaló que “cuando se arrasa el medio ambiente, se arrasa con el derecho a la vida y a la libertad”. “No puede ser que avancen con 38 proyectos en violación no sólo del convenio 169 sino de la propia Constitución”, argumentó Chillier.

Otro sociólogo Bruno Fornillo celebró que La Rioja declarara el litio como recurso estratégico y suspendiera todas las concesiones de litio que había otorgado al sector privado. En esa provincia aún no hay explotación. Fornillo propuso que la rescisión de áreas se generalice a todo el país y que se ponga el acento en el medio ambiente. Su colega Melisa Argento, también del CAJE, observó que la lucha de las comunidades collas “es asimétrica” frente a un “mundo que avanza sin parar, con un poder arrollador sobre territorios que no aportan” al problema de emisiones de dióxido de carbono, que generan los autos a nafta y gasoil y que serían reemplazado por los de baterías de litio. “Mi defensa del agua es contra los autos eléctricos Tesla, no contra los autos eléctricos sino contra un modo de consumo de autos de lujo”, sostuvo Argento, mientras en el debate se bogaba por moderar el consumo de movilidad y apoyar el transporte público.

AR/MG